Maduro aumenta la tensión con Colombia al dar la bienvenida a exguerrilleros huidos
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El Gobierno ruso admite contactos esporádicos con la oposición liderada por Guaidó pese a no reconocerla
30 jul 2019 . Actualizado a las 09:00 h.Si el foro de São Paulo fue un desafío para los predominantes movimientos de derecha de Sudamérica, y los alegatos a favor de un Lula da Silva «preso del capitalismo» molestaron en Brasil, en la clausura de la XXV edición del foro, celebrado en Caracas el fin de semana, Nicolás Maduro volvió a retar al Gobierno de su vecina Colombia y dijo que «lamentaba» que los exguerrilleros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) Iván Márquez y Jesús Santrich no estuvieran en el foro, como había predicho el presidente de Colombia, Iván Duque.
«Maduro comete la burrada de seguir protegiendo el terrorismo en América Latina», dijo el mandatario colombiano, en reacción a las declaraciones de Maduro, quien señaló: «Iván Márquez y Jesús Santrich son bienvenidos a Venezuela y al foro de São Paulo cuando quieran, al igual que Timochenko y Catatumbo y las FARC son bienvenidas a Venezuela cuando quieran, porque son líderes de paz». También afirmó sentirse «extrañado» de que no hubieran asistido a la reunión del foro de la izquierda continental, al que asistieron unos 70 invitados internacionales durante tres días.
«Santuario» de delincuentes
«Él ha albergado a terroristas colombianos desde hace muchos años y eso ratifica que Venezuela es un santuario para terroristas y narcotraficantes. A Nicolás Maduro se le asoman más las orejas», expresó Duque desde Shanghái (China).
Luciano Marín, alias Iván Márquez, y Seuxis Hernández, conocido como Jesús Santrich, son prófugos de la Justicia colombiana tras los acuerdos de paz en el país que preveían la pacificación de las FARC y su pase a la vida civil, con un número de escaños garantizados en el Congreso.
Ambos son parlamentarios, pero Márquez no llegó a incorporarse a su escaño, y Santrich asistió a una sola sesión antes de volver a pasar a la clandestinidad, pues es reclamado por narcotráfico por EE.UU. Se sospecha que ambos están refugiados clandestinamente en Venezuela, en tanto que Rodrigo Londoño, Timochenko y Catatumbo están plenamente integrados a la vida civil.
El foro de São Paulo se ha celebrado, además, en momentos en que la tensión de Venezuela no solo ha aumentado con Colombia, sino también con Brasil y con EE.UU., al que el régimen de Maduro ha vuelto a acusar de incursiones aéreas no autorizadas.
Por su parte, el presidente brasileño, Jair Bolsonaro, acusó al foro de «buscar nuevas formas de robar la libertad a los países latinoamericanos» y señaló que a los brasileños les toca ponerse de su parte «para impedir que Brasil se convierta en otra Venezuela».
Mientras, el Gobierno ruso, uno de los principales aliados de Maduro, admitió que mantiene «contactos esporádicos» con la oposición venezolana -a la que no reconoce-, aunque negó que se trate de un canal paralelo al actual proceso de diálogo iniciado en Oslo, según el viceministro ruso de Exteriores, Serguéi Riabkov.
Mujica admite que en Venezuela hay «una dictadura»
A un Gobierno uruguayo al que cada vez le cuesta más explicar internacionalmente su posición sobre el régimen venezolano, se le sumó un nuevo problema: José Mujica, expresidente y factótum del Frente Amplio, que lleva 16 años en el Gobierno, reconoció que «en Venezuela hay una dictadura», aunque matizó su declaración a una radio de Montevideo: «También hay dictadura en Arabia Saudí, en Malasia y en la República Popular China».
Mujica, al igual que el actual presidente uruguayo Tabaré Vázquez, ha sido criticado por su posición en relación con el régimen de Maduro en diversas ocasiones, especialmente hace unos meses, cuando pidió a los venezolanos «no ponerse delante de las tanquetas», cuando un joven fue arrollado por uno de estos vehículos en la brutal represión a una manifestación en Caracas.
Insistió en que «son ellos [los venezolanos] a los que les corresponde encontrar la salida de la dictadura (...) Son ellos los que tienen que resolver».
Las voces disconformes con la posición de Uruguay ante la crisis venezolana no solo crecen en la oposición política, sino en el propio Frente Amplio. En las últimas semanas, tanto el candidato presidencial de la coalición, Danilo Martínez, como el ministro de Economía de Vázquez, Danilo Astori, han calificado al régimen de Maduro como una dictadura.
Mientras tanto, desde la oposición, el diputado Daniel Radío, uno de los más firmes críticos del chavismo en Uruguay, señaló que «hasta el propio Mujica ha dejado claro que no se sostiene la negación» de que en Venezuela hay una dictadura. «Si además de que falta poco para las elecciones, importara la gente, tendría que haber gestos de solidaridad con quienes padecen la dictadura», añadió el congresista uruguayo.