Los dos hombres son los presuntos autores de varios atracos a sucursales bancarias en La Rioja, Navarra y Castilla y León
23 jul 2019 . Actualizado a las 13:58 h.La Guardia Civil ha detenido a dos históricos atracadores, de 60 y 64 años, considerados presuntos autores de robos en sucursales bancarias de La Rioja, Navarra y Castilla y León, a las que accedían disfrazados con pelucas, gafas, pasamontañas y guantes.
La detención se produjo el pasado día ocho, cuando intentaban acceder a una sucursal bancaria del municipio riojano de El Villar de Arnedo, a la que no accedieron al ser detenidos por los agentes, que les sometían a una estrecha y discreta vigilancia, ha informado la Guardia Civil este martes en una nota.
A los detenidos les constan numerosos antecedentes por robo con violencia e intimidación en entidad bancaria, tenencia ilícita de armas y pertenencia a organización criminal. Uno de ellos cumplía condena en tercer grado por hechos similares y el otro ya había sido detenido por el mismo grupo de investigadores en 2010.
Uno de los detenidos, llevaba un arma corta del calibre 9 milímetros, ha detallado la Guardia Civil, que inició la investigación de esta operación, denominada «Praedova». Los agentes, fruto de ese análisis, corroboraron la vinculación de dos conocidos delincuentes en la ejecución de tres atracos en entidades bancarias, todos perpetrados con violencia e intimidación y mediante el uso de aparentemente siempre la misma arma de fuego.
Estos atracos ocurrieron en Navarra, Zamora y Valladolid durante los pasados meses de febrero, marzo y mayo, respectivamente, lo que generó una gran alarma social por la peligrosidad y contundencia de su ejecución. Así, se obtuvieron una serie de elementos indiciarios, que situaron a estas dos personas en distintos escenarios de los hechos descritos. Los agentes corroboraron los movimientos llevados a cabo por los investigados para planificar posibles atracos en sucursales bancarias de pequeñas localidades.
Ya en la puerta de la sucursal y, caracterizado con peluca, gafas, guantes y otros elementos que dificultasen su identificación, accedía uno de ellos al interior, amenazaba a los empleados y clientes con un arma corta y facilitaba el acceso al otro componente. Una vez dentro, primero intentaban actuar sobre la caja fuerte de la sucursal y si no era posible, se conformaban con la caja de atención al público. Una característica común en sus «golpes» era quedarse con el DNI de los clientes para tenerles identificados y amenazarles en el caso de que avisasen a las fuerzas de seguridad.