Ana Rosa Quintana: «Iría al infierno a entrevistar a quien sea»

julián alía MADRID / COLPISA

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Mediaset

La presentadora cierra el curso de su programa con su mejor dato de audiencia de los últimos cuatro años

01 jul 2019 . Actualizado a las 17:43 h.

Quince temporadas de liderazgo ininterrumpido cumple El programa de Ana Rosa, convertido a partir de hoy, y hasta septiembre, en El programa del verano, tras marcharse de vacaciones la propia Ana Rosa Quintana (Madrid, 63 años), que le cede los trastos de presentador a Joaquín Prat. El espacio, que emite Telecinco de lunes a viernes a partir de las 8.55 horas, termina el curso con una media del 19,1 % de cuota de pantalla, su mejor dato en los últimos cuatro años.

-¿Qué significa este éxito tras quince temporadas?

-Es algo de todo el equipo, pero para mí lo más importante es que te da libertad para trabajar. Tú, cuando has tenido un buen dato, tienes más libertad para hacer lo que quieras que cuando la audiencia no te sigue. Apostamos por nuestros temas sin mirar a ningún lado, y eso es muy gratificante.

-¿Dónde está el secreto?

-Hay que escuchar y ver qué es lo que en cada momento interesa. Hay que tener respeto por los espectadores, porque los programas están hechos para ellos, y tener cierta intuición social. Al final, ¿qué películas son las que triunfan? Aquellas en las que hay un señor, una señora o un equipo, que dos años antes ha tenido la intuición de qué es lo que iba a preocupar en ese momento. Nosotros tenemos que hacer lo mismo. Hay que tener la humildad de escuchar y la intuición de saber qué es lo que preocupa a la gente.

-¿De dónde sale esa intuición?

-Yo tengo un reloj en la barriga. Lo he tenido siempre. Sé cuándo algo está ya decayendo, si hay que darle más tiempo del estipulado, siento cuándo se ha acabado una entrevista o cuándo no está muy bien pero hay algo que va a salir. Eso se tiene o no se tiene, y yo tengo mi relojito.

-¿Le preocupa acomodarse?

-Me encantaría, pero no me dejan. Tengo a las fieras, que me mantienen siempre en tensión.

-¿Los de arriba?

-No, no. Me paso meses sin ver a los de arriba. La directora, la productora, los chavales del equipo, que están en ebullición. Están en esa edad en la que todo te parece poco. Siempre están con propuestas, con ideas.

-¿Qué opina de la polémica de la entrevista de TVE a Arnaldo Otegi?

-Yo soy partidaria de ir al infierno a entrevistar a quien sea. Los periodistas no entrevistamos a monjitas de clausura. Los periodistas tenemos que tener contacto con lo más alto, lo más bajo y lo del medio, en busca de la información y de la verdad. Yo no tengo ningún problema en entrevistar a nadie. Arnaldo Otegi, como líder político, no me gusta. Me gustaría más una entrevista como exmiembro de ETA, como un tipo que ha estado en la cárcel, que ha participado en un secuestro. Dicho esto, creo que los compañeros lo hicieron muy bien. Jamás censuraré a nadie por hacer la entrevista que sea, porque yo haría cualquiera.

-A usted también le han caído palos por ello.

-Pero eso está en el sueldo de estar en televisión. Si trabajas en un periódico es todo fenomenal, y si haces en televisión lo mismo, fatal.

-¿Hay una doble vara de medir?

-Completamente. Yo hago lo que creo que debo hacer como periodista, y lo que opina la audiencia me importa mucho, pero lo que opinan los que quieren dar lecciones no me importa. No me afecta nada.

-Máximo Huerta vuelve ahora a televisión.

-Y me alegro un montón. Me parece que se ha sido muy injusto con él. Creo que han ocurrido en el Gobierno otras situaciones similares que no han tenido ese final. Y me parece que él tuvo un pleito, como mucha gente que no estaba de acuerdo con Hacienda, y lo perdió. Yo creo que si en vez de ser periodista hubiese sido astronauta, por ejemplo, no le habría pasado. O si hubiese sido editorialista de un periódico. Esto nos ocurre a los de la tele.

-¿Qué es para usted «El programa de Ana Rosa»?

-Parte de mi vida. Creo que cada día hacemos mejor periodismo. Lo digo sinceramente, y no me importa. Más libre, más independiente, con menos ataduras. En política hemos conseguido tener la mesa más plural e independiente, en la que están representadas todas las sensibilidades. Eso es un éxito de este programa.

-Fue muy criticado el seguimiento del caso Julen...

-Las redes sociales son una parte de la vida, pero no son la vida. Yo creo que las televisiones hicimos una cobertura muy respetuosa en un tema en el que toda España estaba pendiente. Ya no era un interés, sino un sentimiento. Yo creo que se hizo muy bien.

-¿Ha tenido alguna tentación para entrar en política?

-Alguna insinuación he tenido. Yo creo que si hubiese querido ser política o actriz lo hubiese sido. Pero soy lo que quiero ser: periodista.

-¿Actriz?

-No, no. Me espanta, me horroriza. Podría ser cualquier cosa menos actriz, azafata y trabajar en la ventanilla de un banco.

-Decía que era complicado mantenerse tantos años en antena. ¿Acabará antes «El programa de Ana Rosa» o «Saber y ganar»?

-Uf. Ahí yo me rindo. Entrego mis armas.