Los conservadores fulminan a la primera ministra e inician una encarnizada lucha por su relevo
25 may 2019 . Actualizado a las 08:21 h.Theresa May tiró finalmente la toalla y anunció que dimitirá el próximo 7 de junio como líder del Partido Conservador. Lo anunció, entre lágrimas, a las puertas de Downing Street. Los mismos compañeros de filas que la han derrocado han iniciado ya una encarnizada lucha por su relevo. El proceso se pondrá en marcha el 10 de junio, así que mientras no se culmine la sucesión, May permanecerá al frente del Gobierno. Ella será, por tanto, la primera ministra que reciba el 3 de junio al presidente norteamericano, Donald Trump, que aterrizará en Londres en visita de Estado para sumarse a las celebraciones del desembarco de Normandía.
De hecho, Theresa May podría seguir en Downing Street hasta el 24 de julio, fecha tope establecida por el Comité 1922 para completar su relevo al frente del partido. En primer lugar, se dará un plazo de dos semanas para reducir a solo dos los candidatos a líder conservador. A continuación, los parlamentarios tories dispondrán de otras cuatro semanas para designar al sucesor de May en el partido, quien automáticamente se convertirá en el nuevo primer ministro.
Declaración muy emotiva
Fue una declaración muy emotiva, en la que Theresa May defendió haber hecho todo lo posible por hacer realidad el brexit y lamentó profundamente no haberlo conseguido. También afirmó que prefería anteponer los intereses del país a los suyos propios, por lo que era el momento de dejar paso a un sucesor.
«Pronto dejaré el trabajo que ha sido el honor de mi vida», reconoció la premier, la segunda mujer en ocupar el cargo tras Margaret Thatcher, pero que tiene claro que no será la última. May aseguró: «Me voy sin rencor, con una gratitud enorme y duradera por haber tenido la oportunidad de servir al país que amo».
Ese fue el momento en el que su voz se quebró, las lágrimas afloraron y decidió irse rápidamente del atril plantado frente a la puerta del número 10 de Downing Street y rodeado por decenas de cámaras. No hubo turno de preguntas ni reproches a los miembros de un Partido Conservador que no le han dado un momento de tregua durante sus tres años de mandato. May prefirió refugiarse de inmediato en su residencia oficial.
La primera ministra tuvo todo en contra durante los últimos tres años en su intento de cumplir el resultado del referendo en el que ganó el brexit, pero tras ser rechazado su acuerdo de retirada de la UE en tres ocasiones y el fracaso de sus conversaciones con los laboristas, su futuro político estaba condenado a su fin.
Por el momento no habrá elecciones generales, pero eso fue lo primero que exigió el líder de la oposición, Jeremy Corbyn. El laborista subrayó que May hizo «lo correcto» al dimitir y apuntó que los conservadores se están «desintegrando». La respuesta del Partido Conservador fue activar pocos minutos después la maquinaria para abrir el proceso de elección de un nuevo líder, lo que se traducirá en una encarnizada lucha entre los aspirantes para demostrar quién es el más duro entre sus filas. Precisamente del sucesor de May dependerá en gran medida lo que pase con el brexit a partir de ahora. Si, como todo apunta, el próximo líder es un político como Boris Johnson o Dominic Raab, el Reino Unido podría irse a las bravas y sin un acuerdo el 31 de octubre.
Mientras, la Bolsa de Londres respaldó la dimisión con una subida en torno al 0,9 % y la libra hizo lo propio, con su cotización a 1,271 dólares y 1,135 euros.