La polemista sitúa al PP en el centro del debate catalán
25 abr 2019 . Actualizado a las 12:43 h.Que se hable de ti; aunque sea mal, pero que se hable. Esta reflexión basada en una célebre cita de Oscar Wilde es una de las máximas de la política. Y una de las estrategias seguidas por Pablo Casado en su objetivo de resucitar al PP en Cataluña, en donde en los últimos años ha pasado a la irrelevancia por la irrupción de Ciudadanos.
Con el fin de revertir esta situación, el presidente popular designó para encabezar su lista al Congreso por Barcelona a Cayetana Álvarez de Toledo (Madrid, 1974), marquesa de Casa Fuerte y uno de los grandes azotes contra el independentismo. Y sin duda, a lo largo de esta campaña está consiguiendo que se hable de ella. Al menos mucho más que de la otra candidata del centro derecha, la dirigente de Ciudadanos Inés Arrimadas, a la que ya ha conseguido arrebatarle la corona mediática, aunque las encuestas no recogen que vaya a lograr trasladar este dominio a las urnas. La marca sigue pesando mucho, y la de los populares en Cataluña continúa estando muy tocada.
La elección de Álvarez de Toledo le costó a Casado críticas internas por haber desplazado a la vieja guardia del PP en Cataluña a costa de alguien que no mantiene especiales vínculos con este territorio. Sin embargo, el presidente del PP decidó apostar fuerte y enviarla de paracaidista. Casado estaba mandando un doble mensaje: Cataluña es España, e igual que hay gente que se presenta por Madrid habiendo nacido en Barcelona, Como Albert Rivera, es igual de legitimado que se presente por Barcelona una persona que ha nacido y vivido gran parte de su vida en la capital española. Además, Casado realizó un nuevo guiño al aznarismo, ya que Álvarez de Toledo es la directora internacional de la fundación FAES, y aunque nunca llegó a abandonar la militancia del PP, sí llegó a admitir haber votado a Ciudadanos movida por la tibieza de Rajoy y Sáenz de Santamaría a la hora de afrontar el desafío secesionista.
Nueva piñata del secesionismo
Álvarez de Toledo, que cuenta con una importante formación académica (historiadora y periodista) en la que destaca su paso por la universidad de Oxford, ha acaparado los titulares en varias ocasiones durante esta campaña. Su protagonismo está tan fuera de duda que hasta fue mencionada en los dos debates en los que participaron los candidatos a la presencia del Gobierno.
La nueva piñata favorita del independentismo catalán sufrió un escrache el pasado 11 de abril cuando se disponía a participar en un acto de la Universidad de Barcelona. Lejos de amedrentarse, desafió al centenar de jóvenes que se agolparon ante la puerta del centro para impedir su paso a la conferencia.
La candidata de raíces argentinas y francesas también protagonizó otro momento muy comentado cuando acudió a los estudios de RAC1, radio muy alineada con las tesis secesionistas, y aguantó con entereza las provocaciones del presentador sin morder su anzuelo, que le preguntaba por su preferencia idiomática para la entrevista, y a pesar de que esta argumentaba que el castellano sería lo más conveniente para entenderse mejor, el locutor continuaba en catalán, una actitud tras la que acabó pidiendo disculpas. Álvarez de Toledo fue enviada por el PP para participar en un debate en TVE en el que también participó la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, a la que atacó sin tregua desde el primer instante. Recibió un aluvión de críticas por ridiculizar un punto del programa del PSOE sobre la violencia machista: «¿De verdad ustedes dicen sí, sí hasta el final?». En el plató también estaba Arrimadas, el flamante fichaje de Rivera para las generales, pero todos los focos estaban sobre la marquesa.
Debate en TV3
Los seis candidatos catalanes en las elecciones generales del 28 de abril, entre ellos Cayetana Álvarez de Toledo e Inés Arrimadas, han protagonizado en TV3 un tenso debate, informa Efe, en el que han polemizado sobre la solución para el conflicto político en Cataluña, sobre un hipotético indulto a los encausados por el «procés» y sobre la propia televisión pública.
En el terreno de los símbolos, Álvarez de Toledo ha lucido un llamativo jersey amarillo, del mismo color que el vestido de Laura Borràs (JxCat), complementado con una mariposa también amarilla en la solapa. «Los colores no son de nadie. Y tampoco son del nacionalismo y el separatismo los colores. Hay que exorcizarlos a todos. Son de todos, también», dijo instantes antes de comenzar el debate.
En medio del cruce de acusaciones por el «procés», los presos, TV3 y las cuestiones económicas, ha habido 'pactos de no agresión' implícitos: Rufián y Borràs han evitado enfrentarse, y tampoco Arrimadas y Álvarez de Toledo han buscado el cuerpo a cuerpo.