Yusuf Galán, que se enfrenta a 13 años de cárcel por yihadismo, dice que se le condenó por ser musulmán
12 abr 2019 . Actualizado a las 05:00 h.«Se me estaba condenando por ser musulmán», aseguró este jueves ante los magistrados de la Audiencia Nacional José Luis Galán González, más conocido como Yusuf Galán, el único español condenado por los atentados del 11 de septiembre del 2001 en Estados Unidos sobre el proceso que le llevó 9 años y medio a prisión. Ahora se enfrenta de nuevo a una pena de 13 años de cárcel, ya que la Fiscalía le imputa la presunta comisión de los delitos de organización terrorista, autoadoctrinamiento y exaltación del terrorismo, al integrar la primera célula de Al Qaida desarticulada en España.
Nacido en Madrid en 1965 y convertido al islam desde 1991, el acusado trató de ganarse al tribunal mostrando arrepentimiento sobre su pasado y pidiendo perdón a las víctimas. Aseguró que ahora era «más maduro» y que las imágenes del 11M en Madrid fueron un punto de inflexión «tremendo». «Condeno totalmente esas acciones», dijo. Sin embargo, discrepó de su condena por la masacre del 11 de septiembre, que achacó a ser musulmán.
Galán negó haber colaborado con el Estado Islámico al salir de prisión, e insistió en que «si fuera un talibán estaría en Afganistán y tendría un turbante negro». En ese sentido, pidió «analizar el contexto» de una conversación pinchada por la policía en la que le decía a su mujer precisamente que era un talibán. Sin embargo, ayer matizó que con talibán se refería al plural de «talib», que es como se les llama a los estudiantes de religión musulmana.
Durante un largo interrogatorio en el que solo respondió a su abogado, dijo no encontrarse «anímicamente bien» y que por eso «por primera vez en su vida» le estaba costando elaborar un discurso. Pero no tuvo problemas para negar repetidamente las acusaciones de estar integrado en el Estado Islámico, así como de haber distribuido profusamente en Internet material yihadista con el objetivo de captar cibersoldados. Al contrario, se defendió argumentando que si compartió vídeos fue para denunciar las injusticias que se cometen contra los musulmanes, «porque soy un defensor de los derechos humanos», enfatizó.
Vídeos para soldados virtuales
Sin embargo, un policía que siguió a Galán cuando estaba en libertad declaró en sentido contrario, al asegurar que su «incesante actividad virtual», incluyendo vídeos impactantes de víctimas musulmanas que provocan «un efecto demoledor», facilitaba la captación de adeptos y su conversión en «soldados virtuales».
Cabe recordar que entre el material que distribuyó hay un vídeo en una azotea en la que muestra a su hermano cómo usar una catana y otro de «enseña a tus nenes a disparar». Respecto al primero, se defendió alegando que pretendía ganarse la vida dando clases de artes marciales, mientras que sobre el segundo equiparó el enseñar a los menores a usar las armas a la práctica de un deporte, «como montar a caballo, nadar o tirar con arco».
Sin embargo, el fiscal desmontó sus argumentos recordándole que sacó algunos vídeos de plataformas del Estado Islámico y que, pese a proclamarse defensor de los derechos humanos, solo mostraba imágenes del lado yihadista. «Por los discursos que defiende, se mata», sentenció. Cuando le detuvieron, escondía un machete y una navaja táctica.