Los partidos buscan el anonimato de sus mensajes en la batalla en redes

César Rodríguez Pérez
CÉSAR RODRÍGUEZ REDACCIÓN / LA VOZ

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Abascal en el vídeo de la Reconquista de Vox, la cerdita Peggy en el del voto útil contra Vox y el anuncio del canal de Podemos en WhatsApp
Abascal en el vídeo de la Reconquista de Vox, la cerdita Peggy en el del voto útil contra Vox y el anuncio del canal de Podemos en WhatsApp

Buscan la viralización de vídeos, memes y montajes a través de canales no oficiales

16 mar 2019 . Actualizado a las 09:26 h.

Quedan más de 40 días para las generales. Los partidos aún no tienen listas cerradas ni cabezas de cartel en todas las provincias. Tampoco han desvelado sus lemas o cerrado sus estrategias, pero empiezan a revelar algunas de sus armas tecnológicas para conseguir influir en los electores.

Los canales se diversifican. Lo habían pronosticado expertos y analistas como David Varona, colaborador de la Universidad Oberta de Catalunya: «La batalla se desplaza a las plataformas de conversación privadas, que es donde va a estar la difusión de noticias que buscan la viralidad más agresiva».

El papel que en anteriores campañas jugaron Facebook o Twitter como canales de difusión de propaganda y mensajes políticos lo va a desempeñar ahora WhatsApp, la red de mensajería hegemónica en España. Lo prueba el ya famoso vídeo en el que Epi y Blas explican a su manera el sistema electoral e intentan fomentar el voto útil en la derecha a favor del PP y en detrimento de Vox. Ese vídeo se convirtió en viral circulando por grupos de WhatsApp del entorno de los populares y con el aliento del aparato de Génova. No surgió de una cuenta oficial y nadie ha reclamado su autoría. Eso (y la atención de los medios) contribuyó a su difusión masiva. Y sirvió para burlar cualquier intervención de la junta electoral.

VIRALIZACIÓN

Una cuestión de confianza. «No es lo mismo que un mensaje te lo pase un partido que un allegado, así es mucho más fácil que circule, tiene un grado mayor de confianza, de interés», explica el coruñés Luis Nóvoa, consultor y experto en márketing que trabaja con varias fuerzas políticas. En su opinión, la irrupción del PP en un canal dominado hasta ahora por Vox (se atribuye buena parte de su éxito en Andalucía a su desempeño en las redes y mensajería) denota cierto nerviosismo de los populares. Y elogia la falta de respuesta del partido de Abascal, «el mejor boxeador en este ring hasta ahora», que a su juicio «eligió no engordar el debate» con una réplica directa a un mensaje «lógicamente no reconocido» y con puntos cuestionables, como la descalificación indirecta de Pedro Sánchez y su mujer, representada en el polémico montaje por la cerdita Peggy de los Teleñecos. Vista la repercusión del vídeo, no parece descabellado aventurar la aparición de nuevas entregas anónimas en las próximas semanas.

MICROSEGMENTACIÓN

El poder de la nostalgia. El manual aún no escrito de la próxima campaña electoral en redes públicas y privadas pasa por lanzar vídeos y montajes segmentados por grupos de edad e intereses y dirigidos de forma a perfiles concretos de usuarios. «Son los verdaderos difusores», según Varona. Ellos son la clave para llegar, desde entornos sociales o familiares no partidarios, a los votantes indecisos que pueden inclinar la balanza el 28A. Nóvoa explica que la eficacia de los mensajes puede aumentar gracias al uso de envoltorios nostálgicos. Bien utilizados, con ellos «la conexión es máxima», dice antes de pronosticar que veremos muchos en campaña. Y lanza una cuestión: «Habrá qué ver quién le saca más partido».

LOS ANUNCIOS NEGROS

El impacto de Facebook. Los anuncios «negros» (solo los ven los que los ponen y los destinatarios) y microsegmentados a través de la red social de Mark Zuckerberg fueron decisivos en los triunfos del brexit y de Trump. También jugaron un papel importante en el auge de Vox en las andaluzas. Ahora están bajo la lupa. Sorprende que el partido de Abascal no tenga ahora mismo anuncios activos (tampoco tienen PP, PSOE y C’s). El apagón coincide con la publicación en el BOE de una circular de Protección de Datos que siembra dudas sobre la legalidad de estas campañas en época preelectoral. Sí los tiene Podemos, que pide a sus simpatizantes que se unan a su cuenta oficial de WhatsApp para ayudarles a «difundir sus contenidos». Los de Pablo Iglesias también se encomiendan a la viralidad.

El Gobierno lanza un plan antibulos y en la red surge una lista contra el spam electoral

Otro frente tecnológico de la carrera hacia las urnas es el de la seguridad. El Gobierno y las instituciones comunitarias están preocupadas por la posibilidad de ciberataques y campañas masivas de desinformación que puedan alterar el normal desarrollo de las elecciones.

De momento el nivel de alerta no llega al de las legislativas holandesas de marzo del 2017, cuando se efectuó un recuento manual para evitar hackeos, pero sí se intensificará la vigilancia sobre «fuentes abiertas» (redes, aplicaciones de mensajería instantánea, foros o webs) y la Internet profunda.

La Comisión Europea recordó en un comunicado que hay «fuerzas que tratan de entrometerse en nuestras elecciones y subvertir nuestras democracias». El Ejecutivo comunitario pretende que los ciudadanos puedan reconocer «fácilmente» la publicidad política e incide en la necesidad de respetar los «datos privados». Este llamamiento coincide con la organización por parte de colectivos internautas en España de una campaña y una web, www.listaviernes.es, para no recibir «spam electoral» de los partidos en el correo electrónico y en los teléfonos móviles.