Los investigadores llevan años esperando dar con un método eficaz y natural para combatir la avispa asiática sin dañar a otras especies. José Manuel Fernández participa en una investigación que trata de averiguar si una especie de ave rapaz se alimenta mayoritariamente de velutina
30 sep 2019 . Actualizado a las 13:57 h.José Manuel Fernández es ornitólogo y forma parte de un equipo de investigación de la Universidad de Alcalá de Henares, del departamento de Ecología que dirige Salvador Rebollo. Los dos son de Marín, y desde el 2004 están realizando proyectos de investigación en Galicia. El último de ellos trata de determinar si el abejero europeo, un ave rapaz, es un depredador natural de la velutina, un hallazgo que sería importante para conseguir un mecanismo de control natural de la avispa asiática que no afecte a otras especies, como sí ocurre con los cebos actuales, en los que sí resultan atrapados otros insectos. Los primeros resultados de este estudio se presentaron hace unos días en unas jornadas.
-¿En qué consiste la investigación?
- Nuestras investigaciones, financiadas fundamentalmente por el Ministerio de Ciencia y Tecnología y el Ministerio de Economía y Competitividad, tratan sobre todo de saber qué servicios prestan las aves para el medio ambiente. A raíz de esto surgió el tema de la velutina, por la inquietud social que se vivía por aquí. Sabíamos que había un ave, el abejero europeo, que se alimentaba de himenópteros, sobre todo de avispas. Se nos ocurrió que seguramente esta ave estaría consumiendo la avispa asiática. Entonces, lo que hicimos este año fue detectar los nidos de esta ave, el abejero europeo, subir, colocarles cámaras y un sensor de movimiento, de manera que cada vez que se movía una cría o llegaba un adulto, sacaba una foto cada treinta o cuarenta segundos. Este método ya lo hemos usado en estas mismas zonas con otras especies para saber qué comían, y son métodos que no producen ningún altercado ni daño en la reproducción de estas aves.
-¿Y qué consiguieron averiguar?
-Comprobamos que el 70 % de los panales que los adultos traían a los nidos para alimentar a las crías eran de celdas grandes. Solo puede haber dos especies que tengan estas celdas grandes, o la avispa asiática o la nuestra, la vespa crabro, y eso solo lo podemos diferenciar molecularmente, de manera que el contenido de ese estudio lo vamos a llevar a Madrid para que molecularmente lo determinen y sacar una proporción para ver de ese 70 % cuáles serían velutina y cuáles serían crabro. Se han recogido muestras tanto en el interior del nido como en las cercanías. De todas formas, todo apunta a que es asiática, porque nosotros cuando subíamos a colocar las cámaras en los nidos, encontrábamos presencia siempre de la vespa velutina, nunca vimos una vespa crabro por las proximidades. También porque en las muestras que trajimos para llevar a Madrid, algunas de las larvas que estaban sin comer ya tenían un tamaño suficiente para poder identificarlas y siempre era velutina. Otro detalle importante es que la crabro la mayoría de las veces cría en oquedades de árboles, y ahí ya resulta más difícil acceder o al menos sacar el panal entero, de manera que los panales que llegan al nido deberían ser más pequeños, y lo que vemos en las fotografías tiene un tamaño más grande. Pero, bueno, son hipótesis a la espera de los resultados.
-¿Hay muchos abejeros en esas zonas?
-Precisamente otro de los temas llamativos de esta ave es que tenía en nuestras zonas de estudio una densidad de parejas reproductoras, pero esa densidad se vio duplicada más o menos sobre los años 2014-2015, justo coincidiendo con el auge fuerte de la velutina. Entonces, tenemos varios frentes. Por un lado, según lo que vemos en los nidos, todo indica que el abejero va a comer mayoritariamente vespa velutina. Por otro lado, tenemos que la población de abejeros se ha duplicado a raíz de la expansión de la asiática. Y esto nos hace confirmar que hay una serie de aves que son defensas naturales. Tenemos que conocerla para poder protegerla y que siga ejerciendo esta función.
-Si se confirman los datos de la investigación, existiría un depredador natural para la velutina.
-Claro, todo apunta a ello. A ver, no va a ser la solución. Las especies en la naturaleza se ajustan, entonces lo que está ocurriendo es que como hay más velutina, hay más parejas reproductoras de abejero.
-¿Es posible conocer la influencia que está teniendo la presencia de abejeros sobre la población de velutina?
-Basándonos en los pisos de panales que nos aparecían en los nidos, hicimos una estimación del consumo. Conociendo la densidad de abejeros que había en la zona, estimando la cantidad de paneles que estaban consumiendo las crías al día más el número de días que están allí, y fijando un tamaño medio de los nidos, hicimos una estimación de 700 panales, un mínimo de 500 a un máximo de 1.000 nidos que pudieron eliminar en cada una de las zonas.
-En caso de que se confirmen los datos, ¿sería posible aumentar de forma artificial la presencia de abejeros?
-Esto entraría en el nuevo proyecto que pretendemos desarrollar en los próximos años. Necesitamos conocerlo, saber dónde crían, y desde el conocimiento podríamos al menos facilitarle las cosas o no destruirlas para que no afectemos a los ejemplares que están. ¿Ampliar la población? Eso hay que estudiarlo y requiere tiempo.