Defiende la necesidad de proteger el acuerdo de paz de 1998
06 feb 2019 . Actualizado a las 07:54 h.La primera ministra británica, Theresa May, aprovechó ayer el comienzo de su visita a Belfast para descartar ante los líderes empresariales locales que Londres vaya a permitir una frontera dura entre las dos Irlandas tras el brexit. «No dejaré que esto ocurra», dijo, tras entender que el debate generó «preocupaciones reales» entre los norirlandeses. Aseguró que, en cualquier escenario futuro, «protegerá el acuerdo de paz de 1998», el texto que puso fin a décadas de conflicto armado en el Úlster y parte de cuyo éxito radica en la fluidez de la frontera con la República de Irlanda.
May explicó como la falta de un acuerdo para la salida de la UE, cuando quedan menos de dos meses para que esto ocurra, preocupa a muchas personas en Irlanda del Norte, pero se mostró confiada en encontrar un compromiso que tenga un amplio apoyo tanto en Irlanda del Norte como en Westminster. Para ello, la líder conservadora reconoció que la clave es cambiarla salvaguarda fronteriza (backstop), que ella misma defendió y está recogida en el acuerdo que pactó con Bruselas.
La primera ministra defendió que el Reino Unido es una «unión abierta y tolerante de naciones», en la que cada religión y cada credo democrático tienen un sitio. Además, resaltó como en Irlanda del Norte la violencia se ha visto reducida a niveles que hace décadas se pensaban imposibles.
May repitió la necesidad de proteger el acuerdo del Acuerdo del Viernes Santo, en el que se hace referencia explícita a la fluidez de la frontera con la República de Irlanda, el respeto mutuo y la igualdad religiosa. Además, aprovechó para recordar que ella tenía 12 años cuando comenzaron los problemas y 41 cuando se firmó el acuerdo de paz.
Exigencias del DUP
Pese a las buenas palabras de May, la líder del Partido Unionista Democrático (DUP), socia del Gobierno británico, Arlene Foster, tildó el plan de la salvaguarda de May de «tóxico», pidiéndole que lo retire y lo reemplace, tal y como lo pidió el Parlamento, para poder pasar así a darle su apoyo. Foster ve claro que May tiene «un mandato claro para volver a Bruselas» y encontrar una solución al que ya es el principal obstáculo para que se produzca un brexit con acuerdo, la salvaguarda , pues en su opinión «provocará la ruptura» de todo el país «a medio y largo plazo». De hecho, de no cerrarse el acuerdo, la salvaguarda establece que al final del período de transición, en diciembre del 2020, se pasaría a una unión aduanera, pero Irlanda del Norte tendría un estatus especial más alineado con el mercado único europeo.
En el que será su segundo día de visita oficial a Irlanda del Norte, May mantendrá hoy reuniones con el DUP y con los nacionalistas del Sinn Féin, proeuropeos y partidarios de la unificación de Irlanda, que ven necesario que se establezca una cláusula que garantice la inexistencia de una frontera y un contacto fluido con la vecina República de Irlanda.
La «premier» revisará el jueves con Juncker el acuerdo de salida de la UE
El presidente de la Comisión Europea (CE), Jean-Claude Juncker, y la primera ministra británica, Theresa May, se reunirán el próximo jueves en Bruselas para abordar la salida británica de la UE, tras el fracaso de la premier al tratar de ganarse el apoyo de la Cámara de los Comunes al acuerdo pactado. La intención de May, adelantada hace una semana, es pedir una revisión del texto negociado con la UE para que el Parlamento británico, que se opone fundamentalmente a la cláusula irlandesa, dé el visto bueno al brexit y evitar así la temida salida sin acuerdo. La UE ha reiterado en numerosas ocasiones, también después de que los Comunes aprobaran la enmienda para renegociar la salvaguarda que afecta a las dos Irlandas, que el acuerdo del brexit alcanzado con May es el mejor y único posible, y han rechazado renegociarlo.