La euforia por la remontada copera al Sevilla contrasta con las reivindicaciones contractuales de Rakitic y Alba y con el suspense de Coutinho sobre su futuro
01 feb 2019 . Actualizado a las 08:16 h.En la semana en la que se ha presentado en Barcelona el espectáculo Messi10 by Cirque du Soleil, una obra que recorrerá el mundo y que se estrenará en octubre, hubiera quedado muy mal que el delantero argentino no cumpliera con su palabra de remontar un 2-0 al Sevilla en la vuelta de los cuartos de final de la Copa del Rey. Bueno,
Leo Messi no garantizó el éxito, pero el lunes sí avanzó que el Barça no tira ningún título y pidió el apoyo de la afición. Aunque su poder de convocatoria no fue el esperado porque el acomodado socio culé huye del frío y de los horarios tardíos, los 58.050 espectadores presentes en el Camp Nou disfrutaron de otra noche mágica con un 6-1 que colocó a los de Ernesto Valverde en la semifinal de Copa por novena edición consecutiva.
El técnico, eso sí, no se dejó a ningún titular en el banquillo excepto al portero alemán Ter Stegen y a los lesionados Umtiti y Dembélé, pero precisamente el guardameta holandés Cillessen se reivindicó una vez más en la única competición que juega desviando un penalti lanzado por Banega con 1-0 en el marcador, mientras que Lenglet sigue haciendo olvidar al central campeón del mundo y Coutinho, empujado por Messi, dio por fin síntomas de recuperación anímica y física para poner la titularidad difícil al extremo francés cuando vuelva la próxima semana.
«Cuando ganas el desgaste se nota menos», afirmó Valverde, pero habrá que ver qué alineación saca mañana ante el Valencia en Liga, especialmente pendiente del cruce en la semifinal de Copa. Los refuerzos invernales Murillo (en la grada) y Boateng (en el banquillo) no tuvieron minutos. Parece probable que Semedo, Vermaelen, Arturo Vidal y el propio Ter Stegen serán titulares en Liga, quizás alguno más.
«Lo queremos todo», afirmó Messi, lamentando todavía haber fallado una de las ocasiones más claras de su carrera con un 4-1 en el marcador y el Sevilla apretando en busca del gol que le daba el pase. Pero sí acertó al cerrar el marcador con el 6-1 tras un contragolpe colectivo maravilloso.
Pero en un club como el Barça la tranquilidad nunca es absoluta. En plena euforia por la remontada, dos de los jugadores que atendieron a los medios de comunicación reclamaron lo suyo. Ivan Rakitic, entre risas, le soltó una indirecta muy directa al presidente para que le renueve en un momento en el que suena como objetivo del PSG para la próxima temporada: «Ya le he dado un toquecito a Bartomeu para ver si espabila», reveló.
Felicidad incompleta
Más contundente fue Jordi Alba, muy distanciado ahora del club en su negociación: «Es totalmente falso que esté a punto de renovar, no sé de dónde ha salido eso». El centrocampista croata acaba contrato en el 2021 y el lateral catalán en 2020. Los dos tienen ofertas y piden mejorar su ficha, pero el club, sobre todo en el caso del primero, no descarta un traspaso tras asegurarse la llegada de Frenkie de Jong. Y por si fuera poco, apareció Coutinho para añadir suspense con una frase enigmática viniendo de un jugador que solo lleva un año en el club: «El futuro nunca se sabe, yo me centro ahora en trabajar». En su caso, su venta tendría que acercarse a los 150 millones que costó entre fijos y variables. Dicen que el PSG irá a por él. Tiene contrato hasta el 2023 y su cláusula es de 400 millones. Al Barça le dolería menos su fuga que la de Neymar en su día.