La embajada saudí sigue negando que hubiese pedido la deportación de la mujer, de 18 años
08 ene 2019 . Actualizado a las 17:36 h.La joven saudí que huyó a Tailandia de su familia tras rechazar un matrimonio forzado y apostatar del islam pidió este martes asilo a Canadá, mientras que la Embajada de Arabia Saudí en Bangkok precisó que no ha pedido su deportación.
«Quiero que Canadá me conceda asilo», publicó en Twitter la saudí Rahaf Mohamed Al Qunun, que ayer evitó in extremis su deportación a Kuwait tras atrincherarse en su habitación de hotel en la zona de tránsito del principal aeropuerto de Bangkok.
Al Qunun, de 18 años y que ha acusado a su familia de amenazar con matarla, también ha pedido ayuda a la Unión Europea, el Reino Unido, Estados Unidos y Australia.
En un correo electrónico enviado a la agencia Efe, el Ministerio del Interior australiano dijo que «considerará con atención cualquier solicitud de Al-Qunun para un visado humanitario una vez termine su proceso con la Acnur (Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados)».
Las autoridades australianas aún no han explicado si han cancelado un visado de turista que había concedido el pasado 6 de diciembre a Al Qunun, quien llegó el sábado al aeropuerto tailandés de Suvarnabhumi en tránsito hacia Australia.
La Embajada de Arabia Saudí en Tailandia indicó en un comunicado que nunca solicitó la deportación de Al Qunun ni le confiscó el pasaporte como ella misma denunció y precisó que el caso es un «asunto familiar».
Diplomáticos saudíes se reunieron este martes con el jefe de la Oficina de Inmigración tailandesa, Surachate Hakparn, quien afirmó que el Gobierno saudí no está implicado en este asunto y que la Acnur examinará el caso durante cinco días.
«El padre y el hermano de la chica saudí llegarán hoy a Tailandia (...) El padre y su hermano quieren que la Acnur escuche a las dos partes», aseveró Surachate en un mensaje colgado en su página de Facebook.
Llegada el sábado a Tailandia
La joven saudí llegó el sábado a la capital tailandesa en un vuelo desde Kuwait, donde aprovechó que las mujeres no necesitan autorización de sus «guardianes masculinos» para viajar, como sí ocurre en Arabia Saudí.
Su intención era llegar a Australia, donde quería pedir asilo, tras recibir amenazas de muerte de su familia, según ella, por apostatar del Islam y negarse a un matrimonio concertado.
Sin embargo, la joven aseguró que un empleado de la aerolínea Kuwait Airways le confiscó el pasaporte y le comunicó que, a petición de la Embajada de Arabia Saudí, iba a ser obligada a embarcar en un vuelo de vuelta a Kuwait, donde la esperaban sus familiares.
Al Qunun, que abrió una cuenta en Twitter hace unos días y publicó su primer tuit el domingo, empezó a escribir y subir vídeos en la red social, donde su historia se hizo viral y cuenta con más de 88.400 seguidores.
La saudí se atrincheró el lunes en la habitación de su hotel y bloqueó con colchones la puerta, por lo que el avión en el que estaba previsto que fuera deportada salió sin ella a bordo.
Las autoridades tailandesas sostuvieron que la joven intentó entrar en el país, algo que ella niega, y que le denegaron el visado, por lo que procedieron a su expulsión a Kuwait, por ser el lugar desde el que llegó a Bangkok.
Sin embargo, finalmente accedieron a que quedara a cargo de la Acnur y le concedieron entrada temporal en el país.
«Ya me han devuelto mi pasaporte», escribió tras la deportación frustrada la saudí, que expresó su temor ante la noticia de la llegada de su padre a Tailandia.
En abril de 2007, otra mujer saudí que huía de su familia fue obligada a volver a su país cuando se encontraba de tránsito en Filipinas, con destino a Australia.
La ONG Human Rights Watch ha documentado muchos casos de mujeres saudíes que tratan de huir del sistema patriarcal de su país, donde la población femenina requiere permiso de sus «guardianes masculinos» para viajar, casarse y, en ocasiones, para trabajar.
«Las mujeres saudíes que huyen de sus familias pueden sufrir violencia severa de sus familiares, privación de libertad y otros tipos de daños serios si son devueltas sin su consentimiento», indicó en un comunicado Michael Page, subdirector de HRW para Oriente Medio.