Bernardo Montoya reconoció esta mañana que mató a la joven profesora zamorana. El examen médico confirma, además, que fue un golpe en la frente el que provocó su muerte entre los días 14 y 15 de diciembre, entre dos y tres días después de su desaparición
19 dic 2018 . Actualizado a las 21:46 h.Laura Luelmo fue agredida sexualmente. Así lo revela la autopsia realizada este martes en el Instituto de Medicina Legal de Huelva que, además, confirma que la joven zamorana murió entre los días 14 y 15 de diciembre de un golpe en la frente, entre dos y tres días después de su desaparición en El Campillo. Los investigadores tendrán que determinar si, durante este tiempo, la joven estuvo con vida retenida en algún lugar o si, por el contrario, fue abandonada, ya muerta o agonizando, en la zona donde se encontró su cuerpo el lunes día 17.
Su cadáver apareció oculto entre matorrales. Lo encontró un voluntario de la Cruz Roja poco antes del mediodía, entre jaras altas y arbustos, semidesnudo y a unos doscientos metros de la ropa que llevaba puesta la joven profesora el día que salió a correr y nunca más volvió. Presentaba, además, un golpe en la cabeza y signos de violencia en el cuello. Al día siguiente, la Guardia Civil detuvo al hermano gemelo del vecino de Luelmo, Bernardo Montoya, un hombre de 50 años que llevaba apenas dos meses en libertad tras haber cumplido dos condenas: la primera, por matar en 1995 a una anciana de 82 años en Cortegana; la segunda, por dos robos con violencia.
Tras horas de interrogatorio en dependencias de la Guardia Civil de Huelva, Bernardo Montoya confesó a los agentes de la UCO haber matado a Laura Luelmo. Después de deslizar diferentes versiones, algunas contradictorias e imposibles, reconoció en presencia de su abogado la motivación sexual en el crimen, según recoge Colpisa. Tras derrumbarse, explicó a los agentes que le interrogaban que tendió una trampa a Laura, que la joven profesora le preguntó por algún supermercado cercano y que él la envió a un callejón sin salida.
El detenido llegó antes en coche a ese lugar y allí la asaltó. Le golpeó la cabeza contra el maletero -siempre según su versión de los hechos- y la dejó inconsciente. La desnudó de cintura para abajo y trató de violarla allí mismo, pero -dijo- no lo consiguió. Después, metió a la chica en el maletero y dejó su cuerpo en el lugar donde apareció el lunes.
Según esta confesión, que recoge Colpisa, Laura Luelmo estaba viva, aunque inconsciente, en el momento en que la abandonó. La profesora zamorana habría agonizado durante al menos dos días en el campo hasta su fallecimiento. Respalda este supuesto el análisis forense, que concluye que la víctima murió dos o tres días después de ese golpe.
Montoya detalló también que después tiró el móvil y las zapatillas de Laura a un contenedor. Comenzó, sin embargo, negando los hechos y su primera versión sobre el asesinato fue exculpatoria, ya que dijo a los investigadores que había mantenido una discusión con la joven que había llegado a las manos y que, en el curso del forcejeo, acabó golpeándola.
Falleció de un fuerte golpe en la cabeza
Fuentes consultadas aseguran a Efe que una de las piezas claves para esclarecer el crimen es también el móvil de la joven que todavía no se ha encontrado, así como el análisis del teléfono del detenido a fin de concluir el posicionamiento de ambos terminales todos esos días.
La familia de Laura Luelmo ha pedido hoy respeto y comprensión «en estos momentos tan dolorosos» y ha rogado que no se les cause más dolor mediante declaraciones o difundiendo «bulos o rumores».
Bernardo Montoya, de 50 años de edad, fue desde el primer momento el principal sospechoso. Desde el instante en que la familia denunció la desaparición de Laura Luelmo, estuvo en el punto de mira de las fuerzas de seguridad por su antecedentes penales. Había sido condenado por el asesinato de una anciana en otra localidad onubense en el año 1995 e intentó agredir a otra chica en El Campillo. Fue detenido cuando trató de dar el esquinazo a las fuerzas policiales bajándose de su coche e intentando huir por el monte.
Había salido de prisión en el mes de octubre, después de cumplir veinte años de condena por haber matado a machetazos a una muejr para evitar que declarara contra él tras haber asaltado su casa un año antes para robarle y herirla. Cuando cumplía la condena, en el 2008, Bernardo Montoya aprovechó un permiso penitenciario para tratar de agredir sexualmente a una chica de 27 años que paseaba con su perro por El Campillo. La chica logró zafarse de él, pero su mascota recibió una puñalada. Por estos hechos fue condenado a un año y seis meses de prisión.
Laura se sentía vigilada
Bernardo Montoya vivía en El Campillo en la misma calle que Laura Luelmo y ella sentía que la vigilaba, según le dijo a su novio. «Montoya se obsesionó con ella desde que la chica llegó al pueblo», comentaron este martes responsables de la UCO. La propia profesora se había dado cuenta de ello. La alerta de la pareja de la joven puso desde el primer momento a la Guardia Civil sobre la pista de Montoya.
Tras conocer su detención, el padre de Bernardo Montoya aseguró que si su hijo había matado a la joven zamorana, debía de pagarlo. En declaraciones al programa Andalucía Directo, de Canal Sur, desde su casa en Cortegana, recogidas por Efe, Montoya explicó que vio a su hijo por última vez el miércoles, día en que desapareció Laura, sobre las 16:00 horas y que se enteró de su detención por la prensa. También quiso enviar un mensaje a la familia de la joven: «Les doy mi pésame. Si mi hijo lo ha hecho, que lo pague, porque eso no se puede hacer».
En 1990, Montoya salvó la vida tras sufrir un grave accidente de tráfico cuando huía de la policía tras ser sorprendido realizando un trapicheo de drogas. Fuentes policiales han informado a Efe de que estos hechos se remontan al 10 de diciembre de 1990, cuando Montoya fue sorprendido por una patrulla de la Policía Local en Minas de Riotinto, localidad situada a unos 5 kilómetros de El Campillo, y cuando procedían a interrogarlo arrancó el coche y huyó en dirección a El Campillo. En ese momento se inició una persecución a toda velocidad que terminó cuando, ya en El Campillo, el coche que conducía volcó y dio una vuelta de campana tras chocar contras las primeras viviendas del casco urbano.
Reconstrucción de los hechos
El detenido permaneció hora y media este miércoles para la reconstrucción de los hechos en el interior del lugar en el que supuestamente agredió a Laura, una casa situada a solo unos metros de la que alquiló la joven en la calle Córdoba. Del allí se vio salir de manera continua a agentes de la Guardia Civil y a la titular del Juzgado de Instrucción 1 de Valverde del Camino que investiga el caso. El cadáver apareció en el paraje de Las Mimbreras, a unos cuatro kilómetros del núcleo poblacional de El Campillo.
El detenido salió de su vivienda en un coche patrulla junto a varios agentes y parcialmente cubierto para evitar que fuera visto. Varios vecinos, sin embargo, alcanzaron el vehículo y se subieron a él, lo golpearon y le lanzaron piedras al tiempo que continuaban increpando al detenido.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, anunció este miércoles que el Consejo de Ministros aprobará medidas próximamente «para reforzar la seguridad de las mujeres». El jefe del Ejecutivo hizo este anuncio en su debate semanal con el presidente del PP, Pablo Casado, quien le exigió no derogar la prisión permanente revisable porque es la «mejor fórmula para evitar» la reincidencia y hacer que «los asesinos y violadores estén en la cárcel».
La vicepresidenta del Gobierno y ministra de Igualdad, Carmen Calvo, avanzó que el Ejecutivo está «reflexionando» sobre una reforma del artículo 106 del Código Penal para mejorar la vigilancia de expresos condenados por delitos peligrosos que atentan, especialmente, contra la libertad sexual de las mujeres y de los menores.
El ayuntamiento de Zamora ha decretado, según informa Europa Press, tres días de luto oficial por la muerte de Luelmo. El alcalde, Francisco Guarido, ha firmado este miércoles el decreto por el que la Corporación Municipal se suma a los sentimientos de duelo de los zamoranos y solidaridad con la familia.