Es la primera candidata transexual que se sube al escenario de este concurso
18 dic 2018 . Actualizado a las 05:00 h.Hace años que no voy a Bangkok, ese cruce de caminos donde el lujo que ostentan los tailandeses ricos se mezcla con las casas desvencijadas que se extienden en torno a los canales que van a dar al río. Pero me hubiera gustado ir esta fin de semana para ver a Ángela Ponce representando a España como candidata a Miss Universo. No es que sea uno mucho de ir a estos concursos, pero esta vez habría merecido la pena. Porque esta chica de Pilas (Andalucía) nació chico, sufrió bullying cuando aún era un niño e incluso fue criticada por algunas de sus contrincantes en el certamen tailandés. Pero no se rindió. Aprendió a luchar de pequeña y no va a dejar de hacerlo.
No ha ganado Miss Universo. Fue descalificada en la primera ronda, pero no importa porque ha hecho historia al convertirse en la primera candidata transexual en subirse al escenario de este concurso. Pero no solo lo ha hecho para defender su puesto, también para dar voz a la diversidad, la libertad y los derechos LGTB. Porque ella es una activista.
No ganó. El puesto de más bella del Universo fue para la filipina Catriona Gray. Pero el suyo fue un premio mejor que no esperaba. La organización la obsequió con un vídeo en el que repasaban su paso por el concurso, su infancia y su juventud haciendo especial hincapié en la lucha de esta mujer por ser lo que desde niña sentía que era. ¡Ole por ella!
La modelo recorrió sola la pasarela, ondeando la banda de España. Caminaba en solitario, pero estaba arropada por el público. La voz en off del vídeo también le daba ánimo: «Ángela Ponce es todo lo que uno espera de Miss Universo. Ella es muy inteligente, bella, motivada, pero su camino ha sido extraordinario».
Fue tal el aplauso que no logró evitar las lágrimas. Esa parte fue incluso más emocionante que cuando Gray recibió la corona de manos de su predecesora Demi-Leign, tras lo que se abrazó a su primera dama de honor la sudafricana Tamaryn Green.
LA VOZ MÉXICO
La cantante canaria Cristina Ramos, ganadora al otro lado del charco. Ángela no ganó en Bangkok, pero otra española, la cantante Cristina Ramos, lo hizo en México. Fue la ganadora de La Voz en el país norteamericano cantando el éxito de Queen The Show Must Go On, con un acento especialmente lírico y dando un espectáculo de notas altas y operísticas. La joven estuvo arropada por su coach Carlos Rivera, muy conocido y querido en el país mexicano tras haber ganado el programa La Academia en el 2004, una producción de TV Azteca. La canaria lució un aspecto muy roquero, con falda larga negra abierta, top de cuero negro y cadenas en cuello. Muy Queen. Y al acabar la chica estaba que no daba crédito. «Aún no me lo creo», aseguraba al tiempo que reconocía no saber qué le depara el futuro: «No sé, tenemos que ver».
La diva improvisa un concierto en un restaurante. Madrid. Esa fue la capital elegida por la cantante norteamericana para acabar su gira navideña All I Want in Chritsmas is You, donde ayer por la noche dio un concierto. Pero la artista llegó a la capital el domingo y quiso aprovechar las bondades que ofrece la ciudad, como ya hicieron otras grandes divas. Por ejemplo, la insuperable Ava Gadner. Lo que hizo fue salir a cenar a un restaurante y, de repente, para sorpresa de más de uno se puso a cantar con unos afroamericanos. No era para menos.
Porque por las venas del padre de la artista de la costa norte de Long Island corría una mezcla de sangre afroamericana y venezolana. Total que en el restaurante lo pasaron pipa. Y no tuvieron que aguardar al concierto del Wizink Center para disfrutar de su voz. Todo un lujo, vamos.