Berlín rechaza enviar buques de guerra al mar de Azov

Patricia Baelo BERLÍN / CORRESPONSAL

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HAYOUNG JEON

30 nov 2018 . Actualizado a las 08:08 h.

«Resolver las cosas de forma razonable, discutiendo los unos con los otros». Con estas palabras, Angela Merkel resumía ayer su postura ante la nueva escalada del conflicto entre Moscú y Kiev, tras la incautación rusa de tres buques de la Armada ucraniana en el estrecho de Kerch, que separa el mar Negro y el de Azov. Una posición que confirmaba también el ministro germano de Exteriores, Heiko Maas, al rechazar el pedido del presidente Petro Poroshenko de que Alemania envíe buques de guerra de refuerzo. «Entiendo las preocupaciones. Pero no queremos una militarización, queremos un proceso político», argumentó.

El Ejecutivo de la primera potencia europea intenta calmar así a su homólogo ucraniano, que ayer reclamaba a la OTAN una respuesta firme frente a lo que considera una agresión rusa en la anexionada península de Crimea. Una petición que ha caído en saco roto, pues por ahora los líderes de la UE apuestan por mantener la prudencia y no se plantean imponer nuevas sanciones contra Moscú. La medida solo es viable si se adopta por unanimidad y, pese a que Polonia ha dado su visto bueno, Francia y Alemania consideran que aún es pronto.

No obstante, según la jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini, los Estados miembro exigen a Moscú la inmediata liberación de los 24 marineros ucranianos capturados y el paso libre por el estrecho de Kerch. En la misma línea se expresó Merkel, que defendió la integridad territorial de Ucrania y el acceso al mar de Azov, así como a la ciudad de Mariúpol. «Tenemos la obligación de cumplir con lo que una vez prometimos», declaró la canciller alemana en alusión al Memorando de Budapest de 1994, por el cual Kiev entregó todo el armamento nuclear que le quedaba tras el fin de la Unión Soviética a cambio de poder vivir sin trabas dentro de sus fronteras. Asimismo, Merkel recordó los acuerdos de Minsk y culpó al presidente Vladimir Putin de haber dificultado el transporte marítimo al levantar un puente en el estrecho de Kerch.

Ucrania denunció que los puertos ucranianos del mar de Azov están bloqueados por Rusia y 18 navíos esperan el permiso para pasar del mar Negro al de Azov. «No tengo conocimiento de ninguna restricción en este momento. Al contrario, el estrecho de Kerch está abierto y funciona normalmente», respondía un portavoz del Kremlin.

El Gobierno de Poroshenko no parece haberse apaciguado tras la reacción de la UE, y ya ha anunciado que pedirá cerrar el estrecho del Bósforo para impedir el tránsito ruso hacia el mar Negro.