Los invitados desvelaron los detalles del espectacular banquete celebrado anteayer en Casas Novas a través de fotos y vídeos que fueron colgando en las redes sociales
20 nov 2018 . Actualizado a las 15:51 h.«Mira las estrellas / Mira cómo brillan por ti / Y todo lo que haces». Esos son los primeros versos de Yellow, la canción con la que el cantante de Coldplay, Chris Martin, sorprendió a Marta Ortega y Carlos Torretta durante el baile nupcial posterior a la cena de gala ofrecida anteayer en el centro hípico de Casas Novas. Su actuación, más allá de la de Norah Jones o Jamie Cullum, fue la gran sorpresa de una fiesta que fue retransmitida por algunos de los 400 invitados a través de sus stories de Instagram. Los amigos de los novios, los modelos Jon Kortajarena y Eugenia Silva, y el director artístico de la maison Valentino, Pierpaolo Piccioli, fueron algunos de los que fueron contando a lo largo de la noche lo que estaba ocurriendo tras los muros de un Casas Novas convertido en un frondoso bosque atlántico.
A medida que descendían de los microbuses que los llevaron hasta allí, los invitados fueron adentrándose en lo que parecía el escenario de El sueño de una noche de verano. Pero era otoño y lo que se encontraron al final del sendero fue sorprendente. Largas mesas rectangulares se confundían entre los árboles, varias pantallas gigantes desde las que luego se retransmitió la ceremonia de la boda oficiada el viernes por la mañana ante notario en la casa familiar de los Ortega en el coruñés paseo de la Dársena; un menú de Albert Adrià de seis platos diferentes servidos a un tiempo en una caja de madera; un cielo estrellado; una leyenda como Peter Lindbergh haciendo algún retrato; una tarta gigante del pastelero belga Cédric Golet inaugurada por la novia; luces, un escenario... y, de repente, Jamie Cullum poniéndose frente a las teclas de un piano de cola para mostrar su talento con esa mezcla de pop y jazz con la que ha sabido marcar la diferencia.
Lágrimas de emoción
No hubo tregua con el baile, ni para las lágrimas emocionadas de invitados como Eugenia Silva. Como suele pasar en todas las bodas, los amigos de los novios lo dieron todo al pie del escenario. Y el británico Cullum parece que no pudo resistirse y se mezcló entre el público para continuar cantando y, como no, bailar y contonearse como el que más.
La noche, que se avecinaba larga, continuó con la llegada de otra estrella, la ganadora de nueve premios Grammy, la neoyorquina Norah Jones. Como Cullum, también tomó las riendas del piano para cantar, entre otros temas, su aclamado Come away with me. Y aunque parecía que esta chica de Brooklyn era el gran broche de la fiesta, no lo fue. Entre las luces de colores que teñían con ráfagas ese bosque otoñal apareció sobre el escenario Chris Martin. Vestido de esmoquin y con sus características botas marrones, saltó al escenario para cantar a los novios su Yellow. Fue entonces cuando Marta y Carlos subieron también al escenario y, tras saludar al cantante, bailaron y se dieron un beso.
La noche continuó y continuó. Ya entrada la madrugada, Marta Ortega cambió su tercer estilismo de maison Valentino con el que llegó a la cena por otro vestido de fiesta rosa, abullonado y con escote palabra de honor. A primera vista parecía otro Valentino, o al menos por lo que deja ver el vídeo de Instagram, tenía un toque a la colección que Piccioli presenta en la portada de la edición de diciembre del Vogue británico. Continuó bailando. Disfrutando. Al igual que cada uno de los 400 invitados a una fiesta que duró hasta el amanecer. Ahora solo queda despejar una incógnita. ¿Dónde irán los novios de luna de miel?
Los hoteles se quedan vacíos tras la despedida de los invitados
La fiesta terminó, y los centenares de invitados desalojaron ayer los hoteles coruñeses durante toda la mañana. Algunos llegaban de la fiesta de Casas Novas cuando ya había amanecido, y festejaban con champán en el hotel sus últimas horas en la ciudad. Los más madrugadores fueron Pier Paolo Piccioli y Jon Kortajarena. Más tarde lo hacían el fotógrafo Peter Lindbergh y el diseñador Narciso Rodríguez, entre otros. También aparecieron entre los muchos conocidos que desfilaban a las puertas del Finisterre Mafalda Muñoz, hermana de Samantha Vallejo-Nágera, y su marido, Gonzalo Machado, que fueron quienes presentaron a Marta Ortega y Carlos Torretta.
Los últimos en salir fueron la modela Eugenia Silvia y su marido, Gonzalo de Borbón, con Samantha, a quien le esperaban numerosos seguidores que buscaban hacerse una foto con ella.
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