La hemeroteca persigue a Puigdemont: «No siempre los partidos de derechas tienen a las tías que están más buenas»
ACTUALIDAD
Así arrancaba el expresidente de la Generalitat una columna dedicada a desmontar tópicos
23 oct 2018 . Actualizado a las 13:15 h.No es la primera vez que la ya conocida como «maldita hemeroteca» pone en aprietos al expresidente Puigdemont. La televisión fue escenario de uno de sus apuros más mediáticos cuando Jordi Évole le recordó que, en el 2014, había votado en contra del derecho de autodeterminación kurdo, algo que, supuestamente, no recordaba.
Sin embargo, llama la atención que las palabras de épocas pasadas que persiguen este martes al líder de JxCat no tengan que ver con el secesionismo catalán ni con su «Govern paralelo» en Waterloo, sino con un comentario rijoso que adornaba una de las columnas que el aún periodista Puigdemont publicaba en los años 90 en el diario El Punt, una serie de textos recuperada ahora por El Independiente y triturada esta mañana en las redes sociales.
¿La razón? La idea inicial con la que el expresidente de la Generalitat arrancaba una columna dedicada a desmontar tópicos, titulada Axiomes y publicada en ese diario el 24 de noviembre de 1996. Uno de los clichés que buscaba pone en tela de juicio tenía que ver con el físico, concretamente con el de las políticas de la derecha, y muy especialmente, con aquellas que conformaban el primer gobierno de Aznar, un estereotipo que, en cualquier caso, le sirvió para volver a atacar al PP.
«La composición del actual Consejo de Ministros español demuestra de forma evidente que no siempre los partidos de derechas tienen a las tías que están más buenas», defendía literalmente Puigdemont en clara referencia a Esperanza Aguirre (Educación y Cultura), Isabel Tocino (Medio Ambiente), Loyola de Palacio (Agricultura, Pesca y Alimentación) y Margarita Mariscal de Gante (Justicia), las cuatro mandatarias que lo integraban y que, según constata, no parecían de su agrado.
Otro de los lugares comunes que rebate Puigdemont es el de que la buena mesa sea un privilegio de las clases altas, un «axioma imbécil» para el político. Por eso, según escribía, le «agradaba especialmente que Comisiones Obreras hubiera escrito un libro de recetas de cocina».
La columna también se centra en otro tópico manido, el de la relación entre lujo y modo de vida. «Conozco un abogado que luce siempre un pin de Che Guevara a la solapa, y que defiende aquello que dicen causas perdidas, a quien pocos perdonan que circule en BMW», intenta razonar un Puigdemont al que la hemeroteca ha vuelto a poner en entredicho.