Bruselas prepara a Europa para un «brexit» sin acuerdo: «Es más probable que nunca»

Cristina Porteiro
cristina porteiro BRUSELAS / CORRESPONSAL

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FACUNDO ARRIZABALAGA | efe

La UE intensifica los planes de contingencia ante la perspectiva de una salida caótica

16 oct 2018 . Actualizado a las 07:54 h.

«Debemos preparar a la UE para el escenario de un desacuerdo, lo cual es más probable que nunca». Es la advertencia que lanzó ayer el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, a los Veintisiete líderes de la UE a solo dos días de que arranque la cita crucial del brexit en Bruselas.

El reloj sigue corriendo. Quedan 24 horas escasas para que expire el plazo concedido por el negociador europeo, Michel Barnier, para lograr una solución amistosa y el acuerdo sigue bloqueado. La primera ministra británica, Theresa May, se niega a aceptar un alineamiento de Irlanda del Norte con las normas del mercado único para evitar una frontera dura en el Úlster. Tampoco está dispuesta a seguir formando parte de la unión aduanera.

Londres pensó que podría ablandar en los últimos compases de las negociaciones al francés, pero la firmeza de este echó por tierra todos los planes del ministro del brexit, Dominic Raab, quien se marchó de la reunión de urgencia convocada el pasado domingo con la cabeza gacha. «A pesar de las intensas negociaciones, varios asuntos clave siguen sin ser resueltos. Y no hay planeadas más reuniones antes de la cumbre», admitió ayer el portavoz de la Comisión Europea, Margaritis Schinas. 

Pesimismo

El pesimismo cunde en los cuarteles de Bruselas. Nadie confía en desatascar la situación a tiempo. Mucho menos con la delegación británica en estado de pánico. «Los trabajos de contención continuarán y se están intensificando», advirtió el griego. El equipo de Barnier quiere que las cancillerías europeas preparen a conciencia los planes para evitar el choque que provocará una salida abrupta del Reino Unido. Las perturbaciones en el transporte se dan por descontadas. Afectarán por ejemplos a los 1.000 camiones españoles que recalan todos los días en el puerto de Dover para descargar productos frescos y agroalimentarios.

«No tenemos que dramatizar. Queda tiempo», trató de calmar ayer desde Luxemburgo el ministro de Exteriores español, Josep Borrell. Algunas voces sugieren que el «ultimátum» de la UE a May podría extenderse hasta la cumbre europea de noviembre, en la que estaba prevista la aprobación formal del acuerdo de divorcio. Pero para conseguir tiempo extra, Londres tendrá que mover ficha y ceder en los próximos días.

Irlanda no se fía de sus vecinos británicos. Su ministro de Exteriores, Simon Coveney, dio ayer rienda suelta a su enfado por la falta de lealtad de los negociadores británicos. «Estamos frustrados y decepcionados. Deben seguir adelante con los compromisos adquiridos en marzo. Se acordó que, en ausencia de nada mejor, se alinearían con las normas de la UE, su unión aduanera y mercado interior como mecanismo de seguridad para evitar una frontera física en Irlanda», aseguró.

Otro de los asuntos que queda por resolver es el contencioso entre España y el Reino Unido a costa del Peñón. ¿Se aplicará un eventual período transitorio a Gibraltar?

Las directrices conceden al Gobierno español la posibilidad de vetar la aplicación de cualquier acuerdo en el territorio si en las negociaciones bilaterales no llega a un entendimiento con Londres en varios «asuntos irritantes» que siguen abiertos: pesca, contrabando de tabaco, gestión del aeropuerto, vertidos, aduanas y relaciones financieras. A pesar de ello, Borrell aseguró ayer que la disputa por el Peñón no bloqueará las negociaciones. «Si mañana hubiera un acuerdo sobre el brexit, Gibraltar no sería un problema», declaró.