Boris Johnson califica de desquiciado el plan de Theresa May para el «brexit»

RITA Á. TUDELA LONDRES / E. LA VOZ

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PAUL ELLIS | Afp

El nuevo rifirrafe entre ambos líderes eclipsa el arranque de la convención «tory», prevista para vender la unidad del partido

01 oct 2018 . Actualizado a las 07:06 h.

La jornada de apertura de la conferencia anual del partido conservador en Birmingham se presentaba como una ocasión para debatir sobre la posición global del Reino Unido y posibles futuros acuerdos comerciales, pero todo ello quedó eclipsado por la confrontación directa entre Theresa May y Boris Johnson por la manera de ejecutar el brexit.

El exministro de Asuntos Exteriores aprovechó los dominicales para dar una entrevista en la que defendió que, a diferencia de la primera ministra, él sí luchó por conseguir el brexit porque cree «que es lo correcto para nuestro país», a la par que recordaba cómo May estuvo en el bando favorable a seguir en la Unión Europea durante la campaña del referendo del 2016. John-son no le dio ni un día de tregua a la primera ministra y volvió a atacar su plan de Chequers en el diario The Sunday Times, diciendo que era «desquiciado» y sugiriendo que él podría lograr un mejor acuerdo que ella.

La primera ministra británica rechazó sus afirmaciones de que no cree en el brexit, puntualizando que confía «en hacerlo factible de una manera que respete y cumpla con el voto de los británicos, a la vez que también se protejan los empleos y se asegure que el Reino Unido tendrá éxito en el futuro».

Así, insistió en que se conseguiría con éxito «independientemente del resultado» de las conversaciones entre Londres y Bruselas, y pidió a los miembros de su partido «unirse y obtener el mejor tratado». En una entrevista en El show de Andrew Marr, la líder conservadora defendió que su plan comercial no estaba muerto, a pesar de haber sido rechazado por los líderes de la UE.

Pese a la evidente falta de apoyos a nivel interno y en Bruselas, la primera ministra mantuvo que está siendo «ambiciosa para el país» y puntualizó que quiere un «buen» tratado de libre comercio con la Unión Europea, que defiende qué es lo que está en el corazón de su plan de Chequers. May también dejó la puerta abierta para un escenario sin acuerdo: «Tendremos éxito con el brexit, independientemente del resultado de las negociaciones». 

«Escoger pedacitos»

May mantuvo que cree que Londres está «presentando una propuesta que mantendrá la integridad del mercado único», una línea con la que parece querer olvidar que los líderes de la UE ya rechazaron su plan porque creen que permitiría que el Reino Unido «escoja pedacitos de la legislación de la UE que le gustan» y deshacerse del resto.

En esa línea, May pidió una respuesta más detallada de la UE sobre sus objeciones a Chequers, pues argumenta que su plan para que Londres y Bruselas compartan un «reglamento común» para bienes, pero no para servicios, es la única manera creíble de evitar una frontera dura entre Irlanda del Norte y la República de Irlanda.

El ex fiscal general Dominic Grieve advirtió a la primera ministra que se enfrenta a una «rebelión educada» por parte de los parlamentarios favorables a la UE, con un número «significativo» preparado para respaldar otro referendo si no se llega a un acuerdo final. No fue el único en criticarla ayer; el exministro del brexit, David Davis, dijo a Sky News que su plan «morirá» porque «simplemente está mal».

Por su parte, la líder conservadora escocesa, Ruth Davidson, salió en defensa de su líder, reprochándole a Boris Johnson su actual estrategia de choque y su fragilidad de memoria. De hecho, le recordó que sabía perfectamente lo que se negociaba allá por el mes de diciembre en Downing Street, cuando aún formaba parte del Ejecutivo, y se mostraba de acuerdo en la postura negociadora del brexit.

Duros ataques a los laboristas para ocultar la fuerte división interna

Las críticas al Partido Laborista adquirieron un papel protagonista en el arranque del congreso anual de los conservadores en Birmingham. El presidente de la formación que ocupa el Gobierno del Reino Unido, Brandon Lewis, abrió la veda en contra del principal partido de la oposición y su líder, Jeremy Corbyn. Lewis afirmó que los laboristas quieren «destruir» todo lo que ha conseguido el Reino Unido como país y devolverlo a «la casilla de salida», y tildó las ideas izquierdistas de Jeremy Corbyn como peligrosas. Para el presidente «tory», el jefe de la oposición es un hombre «que a través de sus acciones y sus palabras» durante muchos años «se ha mostrado como un individuo poco cualificado, indigno de confianza y no apto para gobernar este gran país».