Sáenz de Santamaría tampoco acude a la primera Junta Directiva Nacional convocada por Pablo Casado
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La reunión, que se celebra en Barcelona, ha arrancado con la ausencia de varios barones autonómicos, entre ellos Feijoo y Cospedal
08 sep 2018 . Actualizado a las 19:01 h.La primera Junta Directiva Nacional -el máximo órgano entre congresos- con Pablo Casado al frente del PP se ha iniciado con la ausencia de Soraya Sáenz de Santamaría y buena parte de los barones autonómicos, ya que solo han asistido los de Andalucía, Baleares, Cataluña, Navarra, La Rioja, Ceuta y Melilla.
A la reunión, que se celebra en Barcelona, no han acudido líderes regionales tan importantes como el presidente de la Xunta, Alberto Núñez-Feijoo; la presidenta del PPCV, Isabel Bonig; los presidentes de la Junta y del PP en Castilla y León, Juan Vicente Herrera y Alfonso Fernández Mañueco, respectivamente, o la todavía presidenta del PP de Castilla-La Mancha, María Dolores de Cospedal.
Tampoco han estado los presidentes regionales del PP vasco, canario, extremeño, aragonés, cántabro o asturiano, como tampoco el presidente del gobierno de Murcia.
Fuentes de la dirección del partido han indicado que Santamaría ya había justificado su ausencia y han añadido que muchos líderes regionales no han podido asistir a la Junta al coincidir con la celebración de numerosas festividades locales y regionales este fin de semana.
A preguntas de los periodistas sobre la ausencia de Soraya de Santamaría, el presidente del PP andaluz, Juanma Moreno, ha recalcado que ella justificó y adelantó que no podría acudir por motivos de agenda, por lo que ha pedido no «dramatizar ni exagerar estas cosas».
Santamaría, que tiene pendiente una reunión con el presidente del PP para decidir sobre su futuro, tampoco acudió el pasado jueves a la primera reunión del grupo parlamentario desde la llegada de Casado a la presidencia de la formación, cuya ausencia excusó previamente por motivos de agenda, aunque sí asistió al pleno parlamentario.
Aplicar otra vez el 155
El líder del PP, Pablo Casado, ha querido este sábado desmarcar a su partido de la política de «bandos» que, dice, se pretende en Cataluña y ha defendido combatir al independentismo no en la calle sino en las instituciones, porque cree que ya se dan las circunstancias objetivas para un nuevo 155.
«Recuperar la convivencia alrededor de las leyes y la Constitución» ha sido la propuesta para Cataluña que ha expuesto Casado en esta intervención que se produce a tres días de la celebración de la Diada y en la que ha defendido que el PP defienda sus postulados y haga frente al independentismo desde las instituciones, pero no en la calle.
Y ha advertido de que en este conflicto «no hay dos bandos equivalentes» ni el PP se puede prestar a que parezca que los hay, del mismo modo que ha rechazado el diálogo con «equivalencia moral entre las partes, porque nunca la ha habido ni la va a haber». Asumir esa equivalencia, ha advertido Casado, «debilitaría la operatividad jurídica de la respuesta» al desafío secesionista.
El líder del PP ha considerado que «comienzan a darse objetivamente las circunstancias» para que pueda volver a aplicarse el «precepto constitucional que restaure la legalidad en Cataluña», el artículo 155 de la Carta Magna, aunque no las ha detallado.
Fuentes de la dirección nacional han citado, entre esas posibles razones, la «amenaza de consulta» en Cataluña por parte del Gobierno -en alusión a la oferta de un referéndum para una reforma estatutaria-, o de la «cesión» de los Mossos permitiendo lazos amarillos en espacios públicos.
Y hablan también de una posible iniciativa parlamentaria con la que el presidente catalán, Quim Torra, pudiese querer acudir a las Cortes y que «podría ser ilegal».
En cualquier caso, desde la cúpula popular advierten de que estarán vigilantes, y defienden que si se vuelve a activar el 155 sea de forma extendida, tanto en el tiempo -el que sea necesario, apuntan- como en el contenido, con una mayor intervención en competencias como la de la televisión pública catalana o la educación, reforzando la inspección para evitar el adoctrinamiento.
En su discurso, Pablo Casado ha advertido al Gobierno de que «no se puede pactar con los independentistas como si fuesen los legítimos representantes de toda la sociedad, porque no lo son y han renunciado a serlo».
«No nos vamos a quedar mirando cómo el PSOE complica más el problema recuperando un estatuto inconstitucional», ha dicho el líder del PP, quien también ha advertido de que no piensa aceptar una Cataluña «confederal de facto independiente» ni tampoco cree que haya que «hacerse perdonar» por quienes están tratando de «destruir el país».
En todo momento ha lanzado reproches al Gobierno y al presidente, Pedro Sánchez, por defender el diálogo con la Generalitat. Ante quienes «tratan de imponer su ideología represiva y totalitaria» no puede haber «negociación ni cesión alguna», ha dicho.
Pero además, en otro momento de su intervención ha colocado socialistas e independentistas en el mismo lado al apuntar que el «proyecto de disolución de España» lo «patrocina primero el nacionalismo» y después «la izquierda radical con el PSOE liderando».
Pablo Casado ha pedido a los suyos ayuda en esta lucha contra el independentismo y ha advertido de la necesidad de «no cometer errores ni subestimar el fanatismo de los adversarios».
Y sin citar expresamente a su rival en el centroderecha, Ciudadanos, ha insistido en que el PP se debe distinguir por enfrentarse a los secesionistas desde las instituciones.
«Tenemos que pasar de la denuncia al ejercicio eficaz del poder político para revertir de verdad el avance de los totalitarios» ha dicho en este sentido el líder de los populares.
Y ha considerado que lo que quieren los españoles del PP es que sea ese «gran partido moderado e institucional pero decidido y valiente» que reclaman.
Todo en un acto en el que Casado ha defendido la monarquía y ha reivindicado el «viva el Rey» como la proclama que defiende el pluralismo y la convivencia.