Esta es la asturiana que se esconde tras las joyas de la reina Sofía

Claudia Granda REDACCIÓN

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Pilar González-Quirós
Pilar González-Quirós

Pilar González-Quirós, fundadora de Joyas Quirós, conoció a la reina emérita hace décadas en Madrid

07 ago 2018 . Actualizado a las 12:23 h.

Si hay algo por lo que las mujeres de la Casa Real destacan en cada acto al que acuden es por sus estilismos, ya sean sobrios o arriesgados. Tanto su ropa como sus accesorios son el foco de todas las miradas en todas y cada una de sus reuniones. La reina Sofía se ha caracterizado siempre por lucir muchas y muy elaboradas joyas, algo que le gusta escoger y que, con el paso de los años, ya sabe a donde acudir para acertar de pleno. 

La selección de joyas de la reina emérita siempre ha sido muy comentada. Y si hay alguien que destaca tras su colección es la asturiana Pilar González-Quirós, fundadora de la joyería ovetense Joyas Quirós. La estrecha relación entre la diseñadora y la reina se inició hace décadas en el Rastrillo Nuevo Futuro de Madrid y, desde entonces, siempre se ha podido ver a la soberana luciendo numerosos diseños artesanales del taller de esta asturiana.

Tal y como cuenta González-Quirós en una entrevista a la revista Vanity Fair, la empresaria ha sido invitada múltiples veces al Palacio de la Zarzuela por invitación expresa de la madre del rey Felipe para hacer nuevas adquisiciones. Sin ir más lejos, el pasado octubre, Sofía de Grecia lucía dos broches moscón en perla y oro de la marca Quirós durante los Premios Princesa de AsturiasDestaca de la reina su bondad y gran sentido del humor y asegura que solo puede contar cosas positivas sobre ella. 

Pilar González-Quirós, procedente de una prestigiosa familia ovetense, siempre fue una mujer muy moderna. Estudió Graduado Social en la Universidad de Oviedo, a pesar de que las mujeres de su edad no lo hacían.  Más tarde viajó a París con el apoyo de su padre, el reconocido psicólogo Pedro González-Quirós, y se matriculó en Diseño en la Universidad Católica de París. Allí tuvo contacto con famosos diseñadores como Pierre Cardin o Pedro Rodríguez, maestro de Cristóbal Balenciaga.

A su vuelta de tierras francesas la asturiana comenzó a diseñar joyas y, gracias a la autopromoción que realizaba vistiendo sus propias joyas, logró elaborar una colección para la conocida tienda madrileña Tupi. La diseñadora, ahora jubilada, dedicó su vida a su gran pasión y jamás se casó. Tal y como explica en la revista, escogió el trabajo al matrimonio dado que todas sus parejas le pedían que dedicase su vida al hogar. Actualmente, la firma está en manos de su sobrina María Ignacia Iturmendi.