La crisis de las calles principales dejaría 100.000 tiendas vacías en 10 años
23 jul 2018 . Actualizado a las 08:53 h.Cada semana Londres sufre el cierre de un pub, pero la tendencia no termina ahí y la crisis de las calles principales del Reino Unido podría dejar 100.000 tiendas vacías dentro de una década, por lo que un informe independiente le recomienda a los minoristas en apuros que no dependan de ellas para salir adelante.
Los datos son preocupantes, pues la tasa más alta de cierres comerciales desde la crisis financiera de hace una década se registró precisamente en los primeros seis meses de este año y no hay indicios de que esta realidad vaya a frenarse. Los consumidores miran con lupa el gasto que dedican a ropa y artículos para el hogar y, cuando se deciden a hacerlo, cada vez más compran por Internet y no van al establecimiento físicamente.
Los centros urbanos británicos y sus calles principales, hasta ahora lugar en el que se situaban las tiendas, restaurantes y con ellos toda la actividad que representan, están «en gran peligro de convertirse en pueblos fantasmas en el futuro» si no se toman medidas inmediatas. «Debemos de actuar ya», advierte Bill Grimsey, el exdirector de cadenas británicas tan populares como Wickes, Iceland y Focus DIY. «Olvídese de la venta al por menor, los centros urbanos necesitan convertirse en centros comunitarios para la salud, la educación, el entretenimiento, el ocio y las artes y la artesanía», añadió.
En lo que va de año los minoristas en las calles principales del Reino Unido se han visto afectados por ventas débiles, la competencia en línea y el aumento creciente de los costes, que afectaron a 22.000 empleos este año. El informe presentado por Grimsey, deja claro que instalaciones como las bibliotecas y los centros de salud públicos, junto con la vivienda y algunas tiendas independientes, deberían ser parte de la oferta que lidere este cambio, para conseguir que los ciudadanos sigan yendo a los centros urbanos.
Grimsey reconoce como la gente de su generación clonó con éxito todas las ciudades del Reino Unido para que todas tuvieran el mismo aspecto, «pero claramente eso no funciona, cada ciudad tiene un patrimonio y una historia, y es necesario destacar las razones que la hace única». En total, hay 50.000 tiendas vacías en el Reino Unido, de un total de 500.000, según Matthew Hopkinson, un analista de propiedades que fue coautor del primer informe con Grimsey. Precisamente ese estudio original fue seguido muy de cerca en Westminster y una copia fue enviada directamente al entonces primer ministro, el conservador David Cameron.
Ahora, cinco años más tarde desde que publicasen el primer informe, son muchas las empresas que anuncian cierres por todo el país. Sin ir más lejos, la cadena House of Fraser informó el mes pasado de que echaría el cerrojo a más de la mitad de sus establecimientos, lo que llevará la pérdida de 6.000 empleos. A eso hay que unir el cese de actividad de Marks & Spencer, Carphone Warehouse, New Look y una caída del 27 % del número de pubs en la capital británica desde el 2001, por lo que el alcalde de Londres anunció que revisará los impuestos que pagan. En esa línea, desde el Consorcio de Minoristas Británicos (BRC, por sus siglas en inglés) pidieron un congelamiento durante los próximos dos años en los aumentos de las tasas de los negocios, para ayudar así a proporcionar algún alivio para la industria minorista, el mayor empleador del sector privado del Reino Unido.
«La industria minorista británica representa el 5 % de la economía y paga casi el 25 % de la factura general de tarifas comerciales, más de 7.000 millones de libras al año», expone Neil Schneider, director ejecutivo del BRC. «Esta es una carga desproporcionada y está llevando a decisiones como cerrar tiendas, mientras que al mismo tiempo interfiere en la modernización de High Streets (calles principales) del Reino Unido».