Defiende la bajada de impuestos, es contrario a la ley actual del aborto y hace bandera de la defensa de la familia y la seguridad. Su gran talón de Aquiles son sus estudios bajo sospecha
21 jul 2018 . Actualizado a las 14:45 h.Pablo Casado acaba de ser elegido como nuevo presidente del PP al imponerse a Soraya Sáenz de Santamaría de forma holgada en la votación de los compromisarios asistentes al XIX Congreso Nacional del partido. Sucede así en el cargo a Mariano Rajoy.
Ha hecho campaña vendiéndose como el candidato de la renovación y la regeneración que necesita el PP. Era fácil teniendo como rivales a Soraya Sáenz de Santamaría y María Dolores de Cospedal, que representaban la continuidad pura y dura con la era de Mariano Rajoy. Joven, 37 años, mediático, con buena imagen, ambicioso, simpático, autoproclamado liberal, católico de misa dominical, ha ido en esta carrera por la sucesión a por el voto de protesta de los militantes de base que sienten que el partido se ha desvirtuado al abandonar su ideología para abrazar el pragmatismo desde que llegó al poder. «Detrás de mi candidatura no hay ningún alto cargo ni ningún barón autonómico ni provincial. Yo soy el candidato de los afiliados», ha presumido el político palentino. Su discurso recuerda al de José María Aznar, su padrino político, del que fue director de gabinete cuando este dejó la Moncloa. Cospedal señaló con toda la intención su proximidad al expresidente. También le ha apoyado Esperanza Aguirre, su otra mentora. Pero no hay que olvidar que Casado ha sido vice secretario general con Rajoy los tres últimos años, en los que tuvo que dar la cara cuando arreciaban los escándalos de corrupción y otros dirigentes se escondían. Ha logrado algo que parece imposible en el PP actual: llevarse bien con Rajoy y Aznar a la vez.
Así ha resumido su programa de tintes conservadores: «Libertad, unidad de España, familia y seguridad». En asuntos concretos se ha mostrado contrario a la eutanasia y a la ley de plazos del aborto, ha manifestado que no gastaría dinero ni tiempo en la exhumación de los restos de Franco, es partidario de bajar los impuestos y asegura que no dialogaría con Quim Torra.
Su gran talón de Aquiles son sus estudios bajo sospecha. La jueza que investiga el máster de Cristina Cifuentes ha puesto en su punto de mira el que obtuvo Casado en la misma Universidad Rey Juan Carlos, hasta el punto de solicitar información al Congreso sobre su aforamiento. También su licenciatura en Derecho ha suscitado críticas de trato de favor. Casado ha logrado minimizar los daños en la campaña, pero el asunto podría golpearle en el futuro.
Los politólogos aseguran que es el peor candidato para Ciudadanos, ya que su perfil se parece al de Albert Rivera y podría frenar la sangría de votos hacia esa formación. Él mismo ha dicho que su objetivo es recuperar a los votantes que se han ido al partido naranja y a Vox.
Algunas de sus intervenciones han sido muy polémicas. Sobre todo una. «No puede estar de moda ser de izquierdas. Son unos carcas. Están todo el día con la guerra del abuelo, las fosas de no sé quién...», dijo en un mitin en el 2008, cuando era secretario general de Nuevas Generaciones de Madrid.