Republicanos y demócratas se rebelan contra Trump tras la cumbre con Putin

La Voz REDACCIÓN / LA VOZ

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Paul Ryan, líder republicano en el Congreso, tuvo que defender a la CIA ante el desplante de Trump
Paul Ryan, líder republicano en el Congreso, tuvo que defender a la CIA ante el desplante de Trump PETE MAROVICH

Senadores y exdirigentes de la CIA lo acusan de traición y se disparan las críticas contra él

18 jul 2018 . Actualizado a las 07:54 h.

Donald Trump consiguió enfadar a todo el mundo -excepto a Vladimir Putin- tras su encuentro con el líder ruso en Helsinki. «Fue más fácil hablar con el presidente de Rusia que con los miembros de la OTAN», llegó a decir tras dar por buenas todas las explicaciones del exagente de la KGB negando la injerencia rusa en las elecciones estadounidense. «Tuve un gran encuentro con la OTAN, consiguiendo grandes cantidades de dinero, y tuve un encuentro aún mejor con Vladimir Putin», tuiteó Trump. «Por desgracia, no se está informando de esa forma, ¡Los medios que difunden fake news se están volviendo locos!», añadió, calificando de «noticias falsas» la información que se está dando sobre la cumbre de Helsinki.

Pero ese optimismo del magnate choca con la dura reacción de sus hasta ahora incondicionales aliados, como los medios más afines a las posiciones presidenciales. También importantes responsables republicanos que hasta el momento habían defendido a Trump a pesar de sus controvertidas decisiones rompieron su silencio y enunciaron la palabra «traición» para definir el comportamiento del neoyorquino tras su cita con Putin.

El líder de la mayoría republicana en la Cámara de Representantes, Paul Ryan, insistió ayer en sus acusaciones a Rusia por su injerencia en las últimas elecciones. «Seamos muy claros, para que todo el mundo lo sepa: Rusia se inmiscuyó en nuestras elecciones», dijo. «No solo se inmiscuyó en nuestras elecciones, lo hace en todo el mundo. Rusia intenta socavar la democracia», añadió Ryan. También arremetió contra Trump uno de sus mayores apoyos, el republicano Newt Gingrich, para quien se trata del fallo más grave cometido por Trump desde su llegada al poder, hace un año y medio. Otros políticos describieron la actuación de Trump como «vergonzosa», «bochornosa», «traidora», «peligrosa» o «débil».

John McCain, presidente del Comité de Defensa del Senado y uno de los más duros con el presidente estadounidense a pesar de sufrir una grave enfermedad, aseguró que «la rueda de prensa de Helsinki fue una de las comparecencias más vergonzosas de un presidente estadounidense desde tiempos inmemoriales»

«Prefiere a uno de la KGB»

Esas palabras se sumaron a las de otros senadores y congresistas, que mostraron su enfado «porque Donald Trump prefiere creer a uno del KGB [por Putin] antes que a sus propios servicios secretos», como verbalizó el líder de la minoría demócrata en el Congreso, Chuck Schumer.

«Durante mi vida profesional vi a muchas personas manipuladas por los servicios secretos rusos, pero nunca pensé que el presidente estadounidense sería uno de los utilizados por viejas manos de la KGB», tuiteó el Congresista republicano y extrabajador de la CIA Will Hurd. Para el ex director de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) John Brennan, la actuación de Trump fue «simple y llanamente traidora». «Putin lo tiene totalmente en el bolsillo», añadió.

Aturdido por las críticas, el presidente de EE.UU. utilizó sus redes sociales para contestar: «Como dije muchas veces antes, tengo una GRAN confianza en mi gente de inteligencia Sin embargo, también reconozco que para construir un futuro más brillante no podemos centrarnos exclusivamente en el pasado. ¡Como las dos mayores potencias nucleares del mundo debemos llevarnos bien!».

La semana que arruinó el atlantismo

En apenas una semana en Europa, Donald Trump ha conseguido enfadar a casi todos sus tradicionales aliados. Camino del segundo año en la Casa Blanca, el millonario ha hecho realidad los peores presagios: gobierna a impulsos y pocos son capaces de predecir sus movimientos más allá de su capacidad para incendiar cualquier asunto a través del Twitter. Su visita es una retahíla de afrentas a quienes se presumen sus amigos: llamó morosos a sus socios en la OTAN, tildó de enemiga a la UE, calificó de incapaz a Theresa May y solo apareció sonriente al lado de Putin para decirle «yo sí te creo» al desmentido del exespía del KGB al aluvión de pruebas recopiladas por el fiscal especial Robert Mueller sobre el Rusiagate, que se tradujeron en la acusación formal contra 12 agentes de Moscú por su injerencia en las elecciones presidenciales estadounidenses. Es el fin de la armonía trasatlántica tal y como se conocía antes de la llegada de Trump a la Casa Blanca. La brecha entre los antiguos aliados no para de crecer.

RELACIONES BAJO SOSPECHA

La UE como enemigo. Ya nada es como era. La UE ya sabe desde hace tiempo que no puede fiarse de un Estados Unidos liderado por Trump. Los últimos días no han hecho sino aumentar esa sensación. Primero Trump se inmiscuyó sin miramientos en las negociaciones del brexit, criticando con dureza la actuación de Theresa May. Para rematar, el presidente estadounidense dijo que la UE era un adversario en cuestiones comerciales, o incluso un enemigo, según la traducción.

Esto último no puede significar nada bueno para la disputa arancelaria iniciada por Washington hace meses con nuevos impuestos a las importaciones de acero y aluminio. Si Trump hace realidad su amenaza de nuevos aranceles a las importaciones de vehículos europeos, el conflicto comercial podría convertirse en una verdadera guerra. Para evitarlo, el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, se reunirá personalmente con Trump en las próximas semanas en Washington. Pero nada hace presagiar una solución a corto plazo.

SOLO UN GANADOR

Putin, el nuevo amigo preferido. Para Moscú el viaje de Trump por Europa fue relativamente bien, tan bien que en los programas de debate político se habla de Trump como «nuestro hombre». La OTAN es un adversario para Rusia, por lo que posiblemente no le habrá gustado que se aumente el gasto en defensa. Trump criticó con dureza a Merkel por el gasoducto Nord Stream 2, que llevará gas ruso a Alemania y otros países de Europa. Pero no arremetió por ello contra Rusia, principal inversor del proyecto. El Kremlin también pudo apuntarse un tanto con la rueda de prensa conjunta entre Trump y Putin. Al ruso no se le exigieron grandes concesiones y Trump habló de un «primer paso hacia un futuro brillante» de las relaciones bilaterales.

EL DESPERTAR DE ALEMANIA

Fin de la cordialidad. Trump ya había identificado a Alemania como uno de sus adversarios favoritos antes de su viaje p, criticando su insuficiente gasto en defensa, su superávit comercial y la política migratoria de Merkel. Pero durante la cumbre de Bruselas el presidente subió el tono y llegó a decir que Alemania estaba controlada por Rusia por su política energética. Fue demasiado incluso para Merkel, que hasta ahora había ignorado con estoicismo los ataques de Trump. La canciller rechazó esas declaraciones recordando su experiencia personal con la República Democrática Alemana, controlada por la Unión Soviética. Berlín parece haberse dado cuenta de que no puede seguir aguantando todos los ataques de Trump. Desde la cumbre de la OTAN el ministro de Exteriores alemán, Heiko Maas, no deja que pase un día sin criticar a Trump. «Quien trata a sus socios internacionales como figurantes de un reality show no solo pierde la confianza sino que acaba dañándose a sí mismo», dijo por ejemplo. El Ministerio de Exteriores germano está trabajando en una nueva estrategia respecto a Estados Unidos que no se basará solo en la cordialidad.

Un primer paso hacia el deshielo con un «interlocutor muy interesante»

Rusia espera que, pese la ausencia de avances concretos, la cumbre de Helsinki haya sido el primer paso hacia el deshielo de las tensas relaciones entre las dos grandes potencias. «No tenía mayores expectativas, por cuanto era nuestra primera reunión. Y, a mi parecer, debía de tener carácter preparatorio para, luego, en futuros contactos hablar más concretamente», dijo el jefe del Kremlin. Sin embargo, añadió, «ocurrió de otro modo: la conversación fue realmente muy sustanciosa y se desarrolló en un ambiente bastante de socios». Putin tuvo palabras de elogio hacia Trump, de quien dijo es una «persona muy cualificada, que está en el tema, que escucha y atiende argumentos. Es un interlocutor muy interesante».