Gayoso evita explicar de nuevo por qué se intervinieron las cajas gallegas

fran balado / r. santamarta MADRID | LA VOZ

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Aprovecha el Congreso para pedir perdón por sus posibles errores

09 may 2018 . Actualizado a las 01:16 h.

«Deseo que conste una autocrítica por los errores y equivocaciones, por los que solicito su comprensión y su perdón». El arranque de la comparecencia de este martes en el Congreso del expresidente de Caixanova Julio Fernández Gayoso -citado en la comisión de investigación de las cajas- parecía una declaración de intenciones, pero acabó convertida en un intento de blanquear su imagen tras 40 años al frente de Caixanova primero y de Novacaixagalicia después. Porque, según detalló, su arrepentimiento se debe a no haberse anticipado a la crisis que arrasó buena parte del sistema financiero mundial de entonces, pero hasta incluso esto lo llenó de peros: podían haber cerrado alguna sucursal no rentable, pero así habrían dejado de prestar servicios al rural; podían haber destinado menos fondos a la obra social, pero habría sido «una medida terrible y drástica»; y hasta tenían que haber sometido a una estricta dieta de adelgazamiento a los servicios centrales de la entidad. No hubo perdón por las preferentes, que llegó a justificar, ni por las millonarias indemnizaciones que aprobó, como quedó acreditado en sentencia judicial.

En su intervención, Gayoso evitó explicar por qué hubo que intervenir y nacionalizar las cajas gallegas tras su fusión, una operación esta, la fusión, que dijo haber rechazado insistentemente, pese a que fue su presidente. Sí presumió de que Caixanova se convirtió, con él al frente, en una herramienta fundamental para vertebrar Galicia, para lo que puso de ejemplos su participación en la AP-9 o un mecanismo de crédito gracias al cual la flota pesquera pudo defender su posición hegemónica en el continente europeo.

Gayoso se presentó en la comisión -él sí ha ido en persona, Méndez alegó motivos de salud para evitarlo- que investiga las cajas gallegas como «un jubilado de 86 años» que con solo 16, todavía siendo un chaval, acudió a una de las oficinas de Vigo «en pantalón corto» para pedir un empleo. Desde ahí fue ascendiendo escalón a escalón por todos los puestos hasta alcanzar la dirección, cargo en el que permaneció durante cuatro décadas. Para poder seguir al frente de Caixanova casi medio siglo, presionó hasta lograr que se modificaran los estatutos de la caja en dos ocasiones. También lo obvió en su comparecencia. Sorprendió que ninguno de los cuatro diputados que asistieron a la cita, en representación de cada uno de los grupos parlamentarios mayoritarios, emplearan el derecho a repreguntar al invitado.

El exdirectivo, condenado a dos años de cárcel por aquellas jubilaciones millonarias, defendió que siempre mantuvo una postura contraria a la fusión de Caixanova con Caixa Galicia. Era reacio por tratarse de dos entidades de la misma comunidad. «Cuando dos entidades compiten por el mismo territorio durante más de cien años», explicó, además de las inevitables duplicidades de oficinas, se concentran los riesgos tanto en créditos como en depósitos. Lo mejor, dijo, hubiera sido fusionarse con entidades de otras comunidades, «como quería el Banco de España y como hicieron casi todas las cajas que lo necesitaron y ahora siguen vivas». Lo cierto es que ninguna sigue. Eso también lo obvió. Y que hubo ejemplos de fusiones dentro de una comunidad -Kutxabank, las cajas vascas- que siguen adelante. Tampoco recordó que, cuando se produjo, el Banco de España bendijo la operación con estas palabras: «Este proyecto cumple los criterios de solidez y racionalidad económica que se han de exigir a este tipo de operaciones».

Gayoso no estaba de acuerdo con la fusión, pero cuando se produjo lideró durante ocho meses Novacaixagalicia, el fruto de la unión. En este corto período recibió casi 1.200 millones del FROB, algo que tampoco detalló, limitándose a decir que «las ayudas fueron al banco, no a la caja», y olvidándose de esta etapa con él al frente, en la que la forma jurídica de la entidad era una caja.

El autor del informe de KPMG sobre la fusión defiende su independencia y metodología, pese a hacerlo en un mes

El consultor de KPMG Gibert Pibernat, coautor del informe encargado por la Xunta para la creación de Novacaixagalicia, abrió la sesión en el Congreso relativa a la comisión que investiga la fusión de las cajas gallegas. Estructuró su intervención en cinco bloques. En el primero de ellos explicó que la consellería de Facenda concedió un mes para «anticipar el trazo gordo de un informe más profundo y completo». Y así lo hicieron. Pibernat también aclaró que, a pesar del escaso plazo, «se siguió una metodología muy robusta y estructurada, a medida de este encargo», y concretó que ese calificativo de «a medida» -que fue muy cuestionado por la diputada de En Marea Yolanda Díaz-, se refería a que «estaba diseñado para un encargo muy concreto». «Eso es lo que nos obligó hacer un trabajo a medida, pero para nada se encargó que saliera un resultado previo», comentó. Defendía así la total independencia del trabajo. Pibernat también alegó la confidencialidad de este, algo habitual en este tipo de operaciones. En los bloques restantes detalló los resultados del informe, que calificó de «oportunos» para su contexto; la contratación, que cifró en 850.000 euros más IVA, otro aspecto por el que se critica al Ejecutivo gallego; el intercambio de información con otras partes; y las preferentes que recomendaban emitir, pero solo «destinadas al mercado mayorista».