Indignación general contra Catalá

T. N. REDACCIÓN / LA VOZ

ACTUALIDAD

Salas

A la dimisión que reclaman las asociaciones judiciales se suman las críticas de toda la oposición, pero el ministro insiste en que el Consejo del Poder Judicial debió actuar

02 may 2018 . Actualizado a las 07:36 h.

 Rafael Catalá va camino de convertirse en el ministro de los récords en el Gobierno de Mariano Rajoy. Parecía difícil superar a José Ignacio Wert, pero el responsable del departamento de Justicia parece empeñado en concitar aún mayor rechazo tanto de toda la oposición política como del conjunto de las asociaciones profesionales de su sector. Sus críticas al magistrado que emitió un voto particular discrepante con el fallo en la sentencia sobre la Manada constituyen un ataque a la independencia del poder judicial, en opinión de las asociaciones profesionales, que exigieron su dimisión, y, en el mejor de los casos, desvía la atención sobre el verdadero problema, que es el contenido del fallo, según los grupos de la oposición. En cualquier caso, un incendio político más generado por Catalá, quien ya tiene el dudoso honor, desde hace un año, de haber sido el primer ministro en ejercicio que es reprobado en el Congreso de manera unánime por toda la oposición. Ni siquiera Wert llegó a tanto.

Pese a las críticas, el ministro de Justicia no se deja amilanar. En declaraciones publicadas ayer por El País, Catalá justificó sus palabras: «Yo no debo ser ciego, sordo y mudo», ante sentencias como la de la Manada. Pero además de reivindicar su derecho a opinar sobre las decisiones judiciales, insiste en sus insinuaciones sobre la capacidad del juez Ricardo González, aunque sigue sin aclarar cuál es ese «problema singular» que, en su opinión, habría aconsejado una intervención disciplinaria previa contra él. «Es mi obligación pedir al Consejo [del Poder Judicial] que actúe, porque yo no voy a participar en juegos de hipocresía y los datos sobre ese magistrado los tienen ellos; yo no tengo detalles, pero sí sé lo que me han contado con mucha preocupación sus compañeros».

Los comentarios del ministro de Justicia provocaron ayer un nuevo alud de comentarios críticos, empezando por los del presidente del Tribunal Superior de Justicia de Navarra, Joaquín Galve, quien ve en las palabras de Catalá «un ataque directo a la independencia del poder judicial». Una opinión compartida por el resto de los jueces y magistrados de Navarra, que en un escrito reclamaron la dimisión inmediata del ministro. Joaquín Galve salió, además, en defensa de Ricardo González, de quien dijo que «es una persona absolutamente normal, buen juez», que no tiene problema alguno que le impida ejercer como magistrado con absoluta normalidad. El propio afectado ha comentado que se está planteando interponer una querella contra Catalá.

Las históricas manifestaciones del 8M atropellaron al PP, que inicialmente había despreciado las protestas de las mujeres. Tras la sentencia de la Manada, los populares intentaron evitar cometer el mismo error, y Catalá se puso en primera línea de las críticas al fallo del tribunal y se apuntó rápidamente a reformar el Código Penal para modificar la regulación de los delitos sexuales. Pero con sus críticas personales al juez Ricardo González se ha pasado de frenada. 

Sánchez desdice a Robles

Así se lo afeó ayer el líder del PSOE, Pedro Sánchez, quien instó al ministro a que aclare a qué se refiere con su acusación «particular o personal» al juez, y añadió que, si no tiene esa información ,«lo mejor es estar callado y asumir la responsabilidad que tiene un miembro del Gobierno y respetar la división de poderes». Una forma de reclamar su dimisión. En realidad, con estas palabras Sánchez desautoriza al mismo tiempo a su portavoz parlamentaria, Margarita Robles, quien fue la primera en manifestar públicamente que el Consejo del Poder Judicial, del que ella formó parte del 2008 al 2013, debería haber intervenido con anterioridad y señaló, además, que el ministro hablaba «con conocimiento de causa».

Pero además de criticar el ataque personal de un ministro a un juez, los principales partidos de la oposición coincidieron en que las «inadecuadas» palabras de Catalá, según Villegas (Ciudadanos), apartan «el foco de lo fundamental» (Pablo Iglesias), que es, en opinión de todos, una sentencia que no refleja los valores de la sociedad.