Merkel no logra convencer a Trump

Adriana Rey NUEVA YORK / CORRESPONSAL

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JIM LO SCALZO | Efe

El magnate y la canciller exhibieron cercanía personal, pero la germana se fue sin acuerdo alguno sobre los aranceles ni sobre la crisis del acuerdo nuclear con Irán

28 abr 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Días después de agasajar al presidente francés Emmanuel Macron con una cena de Estado en Washington y tres días de eventos en honor a Francia y sus relaciones bilaterales, Donald Trump recibió este viernes a otra líder europea clave, la canciller alemana Angela Merkel. En una cumbre más corta que la del galo y en la que se evidenció también un trato más frío entre mandatarios, el estadounidense trató de quitar hierro al asunto: «Tenemos una relación realmente genial», dijo el neoyorquino tras calificar a Merkel de «mujer extraordinaria». Trump siguió así el enfoque positivo marcado previamente por Washington. «Alemania es un valioso socio en la lucha antiterrorista y con fuertes lazos comerciales», recordó la Casa Blanca a través de un comunicado.

En esta ocasión, el republicano se esforzó por limar asperezas con la alemana después del tenso encuentro bilateral que mantuvieron en marzo de 2017 y en el que el magnate no le dio la mano a la canciller. Ayer en cambio, sí existió el protocolario saludo, incluso hubo dos besos por parte del magnate y un agradecimiento de Merkel por la «cálida recepción», expresando después su compromiso de «profundizar en las relaciones» de ambas administraciones. Era, de hecho, el objetivo de la alemana: recomponer las relaciones entre países en una especie de misión de «control de daños», porque la agenda que ambos debían de abordar, contenía dos temas de extrema sensibilidad. El primero de ellos, el referente al acuerdo nuclear con Irán, que se espera que Donald Trump abandone el próximo 12 de mayo. Al respecto, la alemana usó su reunión con el republicano para tratar de allanar sus diferencias, calificando el pacto heredado del gobierno de Barack Obama como «un primer paso» hacia la contención de Teherán, aunque sugiriendo la apertura a un acuerdo paralelo en el que se modifiquen los términos. Justo lo que el magnate desea. «El acuerdo no es perfecto. Es una pieza de un mosaico, un bloque sobre el que podemos construir una estructura», declaró Merkel mostrando su flexibilidad para modificar el pacto, tal y como Macron había hecho dos días antes, en pleno despacho oval.

Aparente indiferencia

Trump, sin embargo, mantuvo una aparente indiferencia a las palabras de su homóloga y, aunque insistió en que está abierto a nuevas negociaciones, no dio nuevas claves sobre su decisión.

Otro de los temas espinosos que ambos líderes trataron en su cita fue el de la entrada en vigor el próximo 1 de mayo de los aranceles estadounidenses a las importaciones de aluminio y acero procedentes de la Unión Europea. Merkel pretende que Trump convierta en permanente el régimen temporal de la exención aplicada a la UE, pero, de momento, a lo único que se comprometió el magnate fue a «seguir trabajando» en esa posibilidad. «Pido que haya reciprocidad y justicia. Y con la UE tenemos un déficit comercial de más de 150.000 millones de dólares, de los que 50.000 millones corresponden al sector automovilístico», aseveró el estadounidense con tono reivindicativo.

Merkel se refirió a esas palabras como un «intercambio de puntos de vista» y confesó resignada que, a pesar de sus deseos, «decidirá el presidente».

Solo los republicanos avalan un informe que niega la injerencia electoral rusa

«Al ser preguntados directamente, ninguno de los testigos entrevistados dio prueba de una conjura, coordinación o conspiración entre la campaña de Donald Trump y el Gobierno ruso». Estas han sido las palabras con las que el Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes defendió que no hubo conspiración entre el equipo electoral de Trump y el Kremlin. Tras un año de investigaciones y decenas de desencuentros, el informe fue respaldado solo por los republicanos del comité. Los demócratas por su parte tildaron las conclusiones de «deficientes y superficiales». El informe también critica duramente la labor de los servicios de inteligencia y el FBI a lo largo de todo el proceso. «¡Una absoluta caza de brujas! ¡Debe terminar ya!», denunció ayer el presidente.