Una publicista arousana emigrada a Francia difunde una ilustración muy aplaudida en las redes sociales sobre la justicia patriarcal en el juicio de Pamplona
27 abr 2018 . Actualizado a las 12:05 h.«Vienen cinco energúmenos contra ti». Tienes dos opciones: cagarte de miedo y dejarte hacer o resistirte. Si optas por la primera opción, que es lo que probablemente hizo la víctima de La Manada en la noche de los Sanfermines del 2016, la sociedad y los medios te etiquetarán de «fácil» y la Justicia determinará que, al no haber violencia, es solo abuso sexual: «Nueve años y a la calle». Si, por el contrario, hubieras optado a la resistencia, se presentarían dos opciones: «Tienes suerte: te dejan mazada a hostias y violada pero viva». En este caso, la Justicia puede condenar a tus agresores por violación: «Te han jodido la vida, pero puede caerles sentencia de violación. Eso sí, te toca a tí (la víctima), demostrarlo». La última posibilidad es que te violen y te maten. «Puede caerles sentencia de homicidio o asesinato. Pero a ti ya te da igual porque estás muerta».
Muchas palabras (y demasiados caracteres) para intentar explicar la indignación de la sociedad tras conocer la sentencia de La Manada, que condena a nueve años de prisión a los cinco miembros de La Manada. Mucho mejor hacerlo mediante un gráfico, pensó María Sande, (@mariasande) una publicista arousana emigrada a Francia, indignada por la decisión de los jueces, y cuya ilustración está siendo muy aplaudida en las redes sociales. «Quería meter en un tuit toda esa información y no me cabía, así que como también soy diseñadora gráfica, me apliqué lo de "una imagen vale más que mil palabras" y me puse a ello». De hecho, no tenía pensado hacerlo hasta ayer por la tarde cuando, una vez conocida la sentencia, se planteó que «las alternativas que nos da la sociedad como mujeres ante un ataque de este tipo son todas injustas». Y quiso que se entendiera fácilmente, «de un vistazo».
Y lo ha conseguido: «Duro gráfico, por reflejar la crudeza del mensaje que nos deja la sentencia», «Duro, pero también necesario para reflexionar sobre ello», comenta un internauta en Twitter. Otro usuario precisa que los 9 años de prisión no son reales y que, «con beneficios penitenciarios, se pueden pasar el día en la calle oteando a la(s) siguiente(s) víctima(s)».
María Sande lo hizo «con las tripas y con la rabia de la noticia de la sentencia». Y además es consciente del poder de la comunicación para transformar la sociedad, algo a lo que ha dedicado parte de su carrera profesional: «Intento que mi trabajo sirva para dejar claros los vínculos entre consecuencias y causas de las injusticias, para aclarar conceptos complicados para el gran público, para ayudar a crear conciencia sobre temas que deberían importarnos». Desde hace dos años, Sande vive en Francia, de dónde es su pareja. Licenciada en Publicidad y Relaciones Públicas y Especialista en Información Internacional y Países del Sur por la Universidad Complutense de Madrid, siempre ha trabajado en el ámbito de la comunicación social.
El juicio de la Manada ha traspasado las fronteras y asegura que todos los medios franceses se han hecho eco, tanto de la sentencia como de la respuesta social ante ella. «Hoy las redes han borrado las fronteras, al menos virtualmente. Yo he visto reacciones de indignación contra esta sentencia desde Argentina, Roma, Puerto Rico...» Y tiene cada vez más claro que el movimiento de mujeres está cobrando fuerza a lo largo del mundo, «con una sensación creciente de unidad y solidaridad que lo alimenta, y ya es imparable. Es una toma de conciencia que las redes facilitan».
¿Y que pasará ahora, con la sentencia en mano? La publicista subraya que vivimos en un sistema patriarcal «y todos sus mecanismos, entre ellos la justicia, así lo demuestran»; y pone dos ejemplos, el primero, que los casos de violación son los únicos en los que una víctima ha de demostrar su inocencia; y el segundo, el juicio mediático que sufren las víctimas, como ha ocurrido en el caso de la Manada o en el de Diana Quer.
Y destaca una reflexión de un compañero: «la intención del observador determina lo observado, y si la sensibilidad del observador no está en línea con la sensibilidad del pueblo que le otorga el poder de interpretar las leyes, hay un problema». Y remata su reflexión: «a veces son las leyes las que tiran de los cambios sociales, y otras es la sociedad la que tiene que exigir leyes más justas».