Los demócratas denuncian a Trump por conspirar con Rusia y Wikileaks
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Un memorando de Comey revela charlas escatológicas entre Putin y el plutócrata
21 abr 2018 . Actualizado a las 09:11 h.El Comité Nacional Demócrata demandó este viernes al Gobierno ruso, a la campaña de Donald Trump y a Wikileaks por su supuesta participación para perjudicar la campaña de la excandidata demócrata Hillary Clinton y favorecer al hoy presidente de EE.UU.
El escrito de 66 páginas presentado en el Tribunal Federal del Distrito Sur de Nueva York argumenta que los republicanos conspiraron con espías rusos tras el pirateo de los ordenadores del Partido Demócrata los días 27 de julio del 2015 y el 18 de abril del 2016, además de facilitar la filtración posterior de los documentos robados a través del portal de Internet Wikileaks, propiedad de Julian Assange. Es este, de hecho, el núcleo de la querella respaldada por informes del FBI y la CIA. «Constituye un acto de traición sin precedentes», argumenta en un comunicado el presidente del comité, Tom Pérez, tras reiterar que durante la campaña presidencial del 2016 «Rusia asaltó la democracia estadounidense» y encontró como socio al equipo de campaña del magnate. La querella incluye a la plana mayor de los asesores electorales, como el primogénito del mandatario estadounidense, Donald Trump júnior, el exdirector de campaña y acusado en el marco del Rusiagate, Paul Manafort, así como el yerno del neoyorquino y miembro del ala oeste, Jared Kushner.
Este nuevo giro recuerda la estrategia que ya utilizó el Partido Demócrata durante el escándalo del Watergate y que acabó con la dimisión de Nixon en 1974. Dos años antes, el Comité Nacional Demócrata había presentado un escrito exigiendo un millón de dólares por los daños causados al entrar en su sede y llevar a cabo el espionaje.
Informes polémicos
La demanda se suma a las pesquisas sobre la injerencia rusa que ya investigan el Congreso y el fiscal especial Robert Mueller. Una de las partes centrales de dichas investigaciones es la posible obstrucción a la justicia que Trump pudo haber cometido y por la que se miran con lupa los recientemente publicados memorandos de James Comey,
Las quince páginas incluyen documentación de siete conversaciones entre Trump y el exdirector del FBI, entre el 7 de enero del 2017 y el 11 de abril de ese mismo año. En ellas, Comey relata la famosa conversación en la que el presidente le pidió lealtad y donde le dijo «Espero que puedas ver la forma de despejar esto y dejarlo ir, para dejar marcharse a Flynn [exasesor de Seguridad Nacional]».
El exfuncionario relata además el especial interés del magnate por el informe Steel, en el que se aducía, sin pruebas públicas hasta el momento, que el neoyorquino habría contratado los servicios de prostitutas en Moscú y que los rusos tenían información comprometedora que podrían usar para chantajearlo. Fue el 6 de enero del 2017 cuando Comey visitó al magnate en su cuartel general de la Quinta Avenida neoyorquina. Según el exdirector del FBI, Trump se río sonoramente tras decir que «lo de las prostitutas es una tontería», aunque le reconoció que Vladimir Putin le dijo que en su país tenían «algunas de las mejores putas, de las más bellas, del mundo». Las reacciones no tardaron en llegar desde Moscú, donde el Kremlin negó la mayor: «Putin no pudo haber dicho eso y no se lo dijo al presidente Trump». En enero del 2017, el presidente ruso aseguró que todas las acusaciones intentaban deslegitimar la victoria de Trump. «Es un hombre adulto y, además, una persona que durante muchos años ha organizado concursos de belleza», dijo para desvirtuar las acusaciones sobre las prostitutas.
Gran parte del contenido de los memorandos de Comey se incluyen en su libro A Higher Loyalty, (Una mayor lealtad) publicado esta semana, donde compara a Trump con un jefe de la mafia que antepone la lealtad hacia su persona a cualquier otra cuestión.
Ayer mismo, Trump lanzó un tuit para asegurar que la filtración de los memorandos «demuestra que no hubo obstrucción ni colusión» en el Rusiagate, además de fichar al exalcalde de Nueva York Rudy Giuliani para su equipo de asesores legales.