Ana Julia Quezada: «Quité a la persona que amo lo más grande que uno puede tener»

La Voz REDACCIÓN

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La asesina confesa de Gabriel escribe una carta manuscrita a Ana Rosa para dar su versión sobre la muerte del pequeño

12 abr 2018 . Actualizado a las 14:55 h.

«Sé que no tengo excusa por el accidente. Quité a la persona que amo lo más grande que uno puede tener un hijo. Ángel, Patricia, a todos perdón». Son palabras escritas por Ana Julia Quezada desde la cárcel de El Acebuche, donde se encuentra en prisión provisional, comunicada y sin fianza, por la muerte violenta del niño de ocho años, hijo de su excompañero sentimental.

La mujer ha enviado una extensa carta de dos folios escrita a mano a la periodista Ana Rosa Quintana, en respuesta de una primera misiva que el programa de Telecinco escribió a la acusada, «para saber por qué mató a Gabriel, si estaba arrepentida y, sobre todo, por qué interpretó semejante farsa» durante 12 días delante de la familia y también de toda España, tal y como explican desde el programa.

A lo largo de 58 líneas, la asesina confesa da su versión de lo ocurrido el 27 de febrero, día que desapareció el pequeño de su casa en Almería, y de los doce días posteriores. «Me asusté, me bloqueé y la bola se fue haciendo cada vez más grande», explica en un momento en la misiva, en el que reconoce que no fue capaz de confesarlo a su pareja, padre del niño.

En la primera parte, la asesina confesa de Gabriel pide perdón a la familia y mantiene su versión de que la muerte fue accidental. «Me asusté mucho, el miedo se bloquea y actué así. No fui lo suficientemente fuerte como para decirle a mi pareja, a nadie, lo que había pasado y, poco a poco, me fui metiendo en una bola cada vez más grande», comenta.

«Tengo una hija y le he hecho mucho daño, espero que ella algún día me pueda perdonar. También creo que cometas el delito que cometas nos tienen que tratar como personas. Sé que pasaré el resto de mi vida aquí, pero esto es en lo que menos pienso. Tengo mucho que contar, en cuanto pueda, lo explicaré».

También habla del la quema de un muñeco con su imagen en la localidad sevillana de Coripe y dice sentirse víctima de racismo:  «Soy negra, cometí un delito sin querer, lo único que pido es que se me juzgue y se me trate como se me tiene que tratar en mi situación». Precisamente este jueves la Fiscalía de la Audiencia Provincial de Sevilla ha abierto diligencias para investigar la denuncia de Movimiento contra la Intolerancia contra el Ayuntamiento de Coripe (Sevilla), tras una fiesta en la que fue quemada una figura que representaba a Quezada, informa Efe. «No soy más monstruo que esas personas y lo hice por un accidente. Ellos lo hacían queriendo, son más monstruo que yo. Al escribir esta carta me tiemblan las manos. así que discuplas, cuando hay gente de color blanco que cometen esos crímenes nunca he visto tantas barbaridades. Eso se llama racismo y xenofobia», dice la asesina confesa de Gabriel.

En otro momento de la carta, denuncia el trato recibido por agentes de la Guardia Civil al ser detenida y en el calabozo. «Cuando llegué a prisión, me pareció el cielo», escribe Ana Julia Quezada. «Estoy con antidepresivos y pastillas para comer y dormir. ¿Que no hay racismo en España? Ahora lo pongo en duda, menos mal que aquí en la prisión me siento bien y me tratan como es debido porque son profesionales».

El juez Rafael Soriano, ordenó el pasado 15 de marzo el ingreso en prisión por delitos de asesinato, detención ilegal y contra la integridad moral de Ana Julia Quezada, tras confirmar que asfixió al menor con sus manos siguiendo una «malvada voluntad».

La mujer de origen dominicano y de 43 años se ratificó durante su primera comparecencia ante el juez en la declaración ofrecida ante la Guardia Civil, en la que señaló que hubo una discusión y un forcejeo por un hacha previamente a que asfixiara al menor para acabar con su vida y ocultar su cadáver en la finca de Rodalquilar a la que trasladó al pequeño. Esta versión que ha sido parcialmente desmontada por los investigadores en su relato oficial de los hechos, en el que han calificado de «manipuladora» a la detenida.

La carta de Ana Julia, íntegra

¿Que cómo estoy? Pues te puedes imaginar, nada bien. Ante todo pedir perdón a toda la familia de Gabriel y a todas las personas que he hecho daño. No puedo hablar mucho por el secreto de sumario.

Lo primero, estoy impactada por todas las mentiras que se han dicho de mí. ¿Mi versión de los hechos? Fue un accidente. Lo dije y siempre lo diré porque es la verdad. Me asusté mucho, el miedo te bloquea y actué así. No fui lo suficientemente fuerte como para decirle a mi pareja, a nadie, lo que había pasado y, poco a poco, me fui metiendo en una bola cada vez más grande.

Sé que no tengo excusa por el accidente. Quite a la persona que amo lo más grande que uno puede tener, un hijo. Ángel, Patricia, a todos perdón. Tengo una hija y le he hecho mucho daño, espero que ella algún día me pueda perdonar. También creo que cometas el delito que cometas nos tienen que tratar como personas. Sé que pasaré el resto de mi vida aquí, pero esto es en lo que menos pienso. Tengo mucho que contar y en cuanto pueda lo contaré, y os digo ¿por qué? Porque lo que está escrito se lee. Os seguiré escribiendo en cuanto pueda. 

Hola Ana Rosa otra vez. Impresionante las imágenes que he visto hoy. Subo del patio y como siempre pongo las noticias y en Telecinco sale que el juez tiene nuevas noticias sobre la muerte de Gabriel, vale. Lo que dicen coincide con mi declaración, pero lo que no veo normal son otras imágenes donde sacan una muñeca de plástico negra, la ponen en una plaza y la queman como si me quemaran a mí.

Lo mío con Gabriel lo dije y siempre lo diré, fue un accidente. No soy más monstruo que esas personas y lo hice por un accidente. Ellos lo hacían queriendo, son más monstruo que yo. Al escribir esta carta me tiemblan las manos, así que disculpas. Cuando hay gente de color blanco que cometen esos crímenes nunca he visto tantas barbaridades. Eso se llama racismo y xenofobia.

Soy negra, cometí un delito sin querer, lo único que pido es que se me juzgue y se me trate como se me tiene que tratar en mi situación. Dicen que el fiscal va a investigar si se trata de racismo. ¡Por Dios! Si ya cuando me detuvieron en el coche que me metieron las dos chicas que se montaron conmigo, esas mismas me querían matar con las esposas por detrás y diciéndome una «Ahora mismo te mataba, zorra. Te dejaba en una plaza para que te mataran, hija de puta. A ver si con un poco de suerte te matan en la cárcel».

En el calabozo fue un infierno. No sé si sabéis que la familia de Ángel es Guardia Civil, con esto os puedo decir cómo me trataron. A mí me han tratado muy mal ciertas personas en el calabozo y en más sitios. Por eso cuando llegué a prisión me pareció el cielo, os podéis hacer una idea. Incluso fueron a ver a mi familia a la República Dominicana y mi pobre madre sufre del corazón. ¡Y eso no está bien! Estoy con antidepresivos y pastillas para comer y dormir. ¿Que no hay racismo en España? Ahora lo pongo en duda, menos mal que aquí en la prisión me siento bien y me tratan como es debido porque son profesionales. Un saludo,

Ana Julia Quezada Cruz