El crimen de Susqueda se produjo en el lugar en el que el principal sospechoso pescaba habitualmente

Efe

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Los cadáveres de los dos jóvenes fueron posteriormente trasladados en kayak hasta el lugar en el que fueron encontrados

11 abr 2018 . Actualizado a las 16:53 h.

El crimen de Susqueda, en el que fueron asesinados dos jóvenes cuyos cadáveres aparecieron en las aguas de este pantano, se produjo donde la persona investigada, Jordi M., que se encuentra detenida desde el 26 de febrero, pescaba habitualmente desde hacía años.

El abogado de la familia de las víctimas, Carles Monguilod, que ejerce la acusación particular, ha dado detalles de la instrucción del caso, después de que el juez haya levantado el secreto de sumario, y ha confirmado ese indicio, que se suma a otros como que los cadáveres fueron trasladados posteriormente en kayak hasta el lugar en el que se descubrieron.

Monguilod ha explicado que todavía no hay pruebas directas que inculpen a Jordi M., pero que se han conseguido numerosas del tipo «indiciario», por lo que se sumará a la petición de prisión provisional que la fiscalía planteará en la vista programada el próximo martes a solicitud de la defensa contra esta medida.

El letrado ha desgranado todos esos indicios, entre los que figuran la ubicación del lugar del crimen gracias a estudios de sonido basados en los disparos que escucharon diversos testigos. Ese análisis sitúa el espacio y momento de la muerte donde Jordi M. pescaba habitualmente, a lo que se suma la confesión de este de que aquel día se encontraba en el pantano.

Carles Monguilod también ha destacado que Jordi M. inicialmente negó esa presencia allí y que la investigación descarta al resto de personas a la que se situaba por la zona gracias a la posición de sus teléfonos móviles. El sumario incluye igualmente grabaciones de las conversaciones del detenido que, según Monguilod, «llaman la atención», aunque en ninguna reconoce el crimen del que se le acusa.

Respecto al traslado posterior en el kayak de las víctimas de sus cadáveres, la investigación confirma que un reactivo utilizado para detectar sangre dio positivo en la embarcación, aunque sin que hayan aparecido restos de ADN.

El abogado ha explicado que la ocultación de los cuerpos y, posteriormente, del coche de los dos jóvenes es otro indicio de que el autor no pasaba «por allí por casualidad» y que si no hubiera tenido relación con el lugar lo «normal» es que hubiera huido sin arriesgarse a ser descubierto.

Tampoco ha aparecido el arma del crimen, pero sí material informático con consultas para adquirir una y munición en la vivienda en la que residía Jordi M.. El lugar donde fue hundido el coche de las víctimas es el único del pantano con un agujero que permitía ocultar un objeto de estas dimensiones bajo las aguas, con lo que, según Carles Monguilod, «nuevamente quien lo esconde conoce el sitio de manera extraordinaria».

«La persona investigada ha reconocido que conoce de toda la vida el lugar», ha añadido Monguilod, quien ha admitido de todos modos que no hay un móvil «que sea razonable» y ha apuntado al perfil psicológico de Jordi M., que ya fue condenado anteriormente por asesinar a su mujer en plena calle con un arma de fuego.

En consecuencia, el letrado especula con una posible «reacción desproporcionada por un incidente menor» y reitera que, después de una reunión este miércoles con policía y fiscal, les parece que «la investigación está muy bien enfocada» y que la línea seguida, que vincula al detenido con la autoría del crimen, es «la correcta».

Los ayuntamientos de Arenys de Munt y Cabrils, en los que residían las dos víctimas, han consultado a la familia sobre su deseo de ejercer la acusación popular, a lo que han sido instados, porque «todo lo que sea solidaridad se agradece», según Monguilod.