Del Prestige a Lavapiés: Gobierno y Podemos se enzarzan con las noticias falsas
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La vicepresidenta recuerda que Manuela Carmena impulsó un portal de la verdad en el Ayuntamiento que determinase la versión oficial de las cosas o las aspiraciones de Pablo Iglesias para dirigir TVE
21 mar 2018 . Actualizado a las 10:57 h.La polémica de Lavapiés continúa instalada en el Congreso. Podemos intentó hacerse con la iniciativa parlamentaria durante la sesión de control al Ejecutivo de este miércoles en la Cámara. Su portavoz parlamentaria, Irene Montero, mencionó la muerte del pasado jueves de un vendedor ambulante en este barrio madrileño durante su pregunta a la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, en la que cuestionó que el Ejecutivo se mostrara dispuesto a realizar un «sellado de información» como parte de la estrategia para combatir injerencias extranjeras.
Además de este episodio ocurrido en el céntrico barrio madrileño por el que varios miembros de la ejecutiva de Ahora Madrid están recibiendo críticas por haber contribuido a la difusión de un bulo sobre las circunstancias de su muerte, responsabilizando a la policía local, cuando en realidad se debió a una cardiopatía, Montero repasó algunos de los casos en los que distintos gobiernos populares se encargaron de difundir noticias falsas desde Moncloa, como el naufragio del Prestige, las armas de destrucción masiva jamás encontradas en Irak o los atentados del 11-M. La dirigente de Podemos acusó al Gobierno de que con este control de informaciones extranjeras en las redes se estaba encargando al zorro del cuidado del gallinero. «Han creado una policía política en Interior para distribuir noticias falsas contra sus adversarios», denunció Montero. Para cerrar su intervención, en un claro intento de sacar a relucir las distintas corrientes que integran al PP, invitó a Sáenz de Santamaría a apostar por la educación como la mejor herramienta para combatir la proliferación de noticias falsas: «Gane la batalla en el Consejo de ministros y en su partido a la señora Cospedal», dijo.
Pero la número dos del Ejecutivo llevaba su intervención muy bien preparada y no mordió el anzuelo. Tras dejar clara la necesidad de encontrar un equilibrio entre la libertad de expresión y el derecho de los españoles a acceder a información fiable y veraz, mostró su sorpresa por la elección de Podemos del tema de su pregunta, precisamente «la semana del bulo de Lavapiés», y acusó a la propia portavoz parlamentaria de la formación morada de «haberse sumado a la indignación» durante «la noche de autos». Sáenz de Santamaría también rescató una iniciativa impulsada por el gobierno madrileño encabezado por Manuela Carmena, un «portal de la verdad» sufragado con dinero público en el que la corporación buscaba «imponer la versión oficial» de las cosas.
Para la vicepresidenta del Gobierno, si hay un partido que entorpece la libertad de información es Podemos, sacando a colación las denuncias de la Asociación de prensa de Madrid por acoso y por presión contra periodistas. Asimismo, también recordó las aspiraciones de Pablo Iglesias para convertirse en director de RTVE. En una entrevista en el 2014, el secretario general de Podemos garantizó que la simple existencia de medios de comunicación privados constituía «un ataque a la libertad de expresión».
Minutos más tarde, el ministro de Justicia, Rafael Catalá, denunció en la sesión de control «la intervención de la cuenta de Twitter de la Policía Local» por parte del ayuntamiento de Madrid para evitar que se informase adecuadamente durante la noche del jueves y la madrugada del viernes, coincidiendo con la muerte del vendedor ambulante de origen senegalés y con los altercados que se generaron a posteriori.
Pensiones
La sesión de control arrancó con una pregunta de la portavoz socialista en la Cámara baja, Margarita Robles, que cuestionó a Rajoy sobre las políticas de su Gobierno con los pensionistas. «No es justo ni digno que lleven cinco años con una subida de solo el 0,25%», dijo.
Rajoy reprochó que Robles criticase esta revalorización, cuando el último gobierno socialista aplicó «el peor, que es el 0%», e invitó al principal partido de la oposición a dejarse de «palabras vacías y cheques sin fondo» y a seguir trabajando en el pacto de Toledo para llegar a un acuerdo, «y si no, lo haremos en solitario», zanjó.