El político contra el tecnócrata

C. Porteiro bruselas

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Philip Lane, actual gobernador del Banco de Irlanda es el rival del español De Guindos en su carrera hacia la vicepresidencia del BCE

08 feb 2018 . Actualizado a las 08:09 h.

A modo de pistoletazo de salida, el comisario de Economía, Pierre Moscovici, recibió ayer la noticia de que su excompañero del Eurogrupo Luis de Guindos será finalmente el candidato que presentará España para sustituir al portugués Vítor Constâncio al frente de la vicepresidencia del Banco Central Europeo (BCE). Nada que no supiera el francés: «No es una sorpresa, ni lo era hace tres meses», aseguró. Bruselas daba por hecho que España acabaría presentando a su ministro. Existe una especie de «deuda política» con De Guindos. La del Gobierno con él por pilotar la economía del país en los años más oscuros de la crisis y la de la UE con España, infrarrepresentada en los principales órganos ejecutivos de la Unión.

Pero su perfil genera dudas en Bruselas y en Fráncfort. Sobre todo si se compara con el de su competidor, el actual gobernador del banco central irlandés, Philip Lane. Para Moscovici, «Luis cuenta con grandes cualidades», pero como admiten quienes lo conocen bien, tiene un perfil demasiado político para un organismo que deber ser, por encima de todo, independiente. En este sentido, Lane se amolda mucho mejor a la imagen de tecnócrata a la que están acostumbrados en el BCE para llevar dosieres de política macroprudencial y estabilidad financiera. Como muchos de los miembros que han pasado por su ejecutiva, el irlandés tiene en esos campos una dilatada experiencia de la que carece De Guindos. Irlanda nunca ha estado en la ejecutiva del supervisor y Lane cuenta con el apoyo unánime de todas las fuerzas políticas de su país, al contrario que el candidato español. Los argumentos técnicos los gana Lane. Los políticos, De Guindos. Y es que España insiste en que se la ha «maltratado». Aceptó reformas durísimas durante la crisis y cuando llegó el momento de hacerse con la batuta del Eurogrupo en el 2015, los ministros del euro traicionaron a De Guindos. Muchos de sus socios creen que este es el momento de enmendar el error.