El Gobierno insta a Ciudadanos a negociar con Podemos su apoyo para que Arrimadas sea investida
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Los socialistas rechazan la propuesta de los comunes de moverse del bloque constitucionalista
03 feb 2018 . Actualizado a las 09:35 h.Con los partidos independentistas más divididos que nunca por el «aplazamiento» del pleno de investidura al que se quería someter el expresidente Carles Puigdemont con la intención de renovar su cargo al frente de la Generalitat, la situación en Cataluña se encuentra totalmente bloqueada. Los secesionistas tienen la mayoría en la Cámara, y todo parece indicar que cualquier escenario que no pase por la investidura de un candidato de consenso entre JxCat y ERC, tarde o temprano acabará desembocando en una repetición electoral en la que resulta complicado aventurarse sobre quién se acabaría beneficiando. Sin embargo, aunque los partidos constitucionalistas son plenamente conscientes desde el primer día de que las cuentas para arrebatarle el poder al nacionalismo no salen, están aprovechando estas jornadas de transición a la espera de que se resuelva el tapón catalán para jugar a presionarse los unos a los otros.
El PP lleva varios días insistiendo en que Inés Arrimadas, como líder del partido más votado, debería probar fortuna presentándose a una sesión de investidura. Justifican estas presiones en que dentro de un marco tan volátil como el actual puede surgir cualquier carambola favorable, cuando en realidad el único objetivo que persiguen al acusar a Ciudadanos de falta de iniciativa es propiciar su erosión y mantenerlos firmes dentro de esa pugna que protagonizan desde el pasado 21 de diciembre por el electorado de centroderecha.
Los lamentables resultados obtenidos por el PP en las elecciones catalanas propiciaron la aparición de voces en Génova críticas con la incapacidad del Gobierno para transmitir las buenas acciones que lleva a cabo, así como la falta de picardía política, permitiendo que otros partidos se anoten los tantos de tareas propias del Gobierno, cuando en realidad estas medallas deberían ser para el PP como la formación que sostiene al Gobierno.
Domènech contra el PSC
Íñigo Méndez de Vigo empleó la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros de ayer para soltar un pequeño perdigón en este sentido. En la línea de lo que vienen proponiendo los altos cargos del PP sin tareas de Gobierno, el ministro portavoz sugirió que Arrimadas debe aprovechar el acercamiento que ha mantenido Ciudadanos con Podemos en los últimos días para intentar sumar el apoyo de los comunes en esa más que complicada labor de someterse a una sesión de investidura. En los últimos días, Albert Rivera y Pablo Iglesias exploran una alianza para modificar la ley electoral, al considerar que el modelo actual les perjudica. Méndez de Vigo destacó la aproximación entre estas dos fuerzas antagónicas como una ventana de oportunidad para que hablen de otros temas, con la intención de dejar claro que en ocasiones el agua y el aceite pueden mezclar bien, sobre todo si van a salir beneficiados.
Por su parte, Xavier Domènech, de Catalunya en Comú, nombre con el que se presentó la coalición integrada por Podemos y Ada Colau a los pasados comicios, desempolvó ayer uno de los mensajes que más repitieron los comunes durante la campaña: intentar superar el bloqueo entre independentistas y constitucionalistas para transformar el problema en un debate entre derecha e izquierda, en el que en su formación se encuentran más cómodos. Para ello, invitó al PSC a que abandone su postura a través de una entrevista en El Confidencial. «Solo construye alianzas pensando implícitamente en un Gobierno formado por el denominado bloque constitucionalista y, por tanto, no quiere moverse de ahí», criticó a los socialistas.
Ferraz respondió ayer a través de su secretaria de Igualdad, Carmen Calvo, quien dejó claro que no es a ellos a quienes corresponde mover ficha. «Los datos son los que son, las mayorías en las alianzas las tienen los independentistas», comentó la número cuatro del PSOE. Y sugirió que los comunes «tratan de desviar la atención», refiriéndose a la fallida cuestión de confianza a la que se sometió Colau para aprobar los Presupuestos.