El horror de los Turpin: Palizas, estrangulamientos o ducharse solo una vez al año

La Voz / Agencias

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El matrimonio se enfrenta a un total de 38 cargos que los podrían llevar a permanecer hasta 94 años en prisión

19 ene 2018 . Actualizado a las 19:46 h.

Los Turpin, la pareja que mantuvo secuestrados a sus 13 hijos en condiciones insalubres, han sido acusados por las autoridades del condado de Riverside (California, EE. UU. ) de un total de 38 cargos entre los que se incluyen 12 por tortura, 12 por detención ilegal, 7 por abusos a adultos dependientes, 6 por abusos de menores y 1 por acto lascivo sobre un menor. Solo en el caso de la hija menor, de solo dos años, la fiscalía consideró que no hubo tortura o abusos. De ser declarados culpables de todos los cargos, David Turpin, de 57 años, y su esposa, Louise Anna Turpin, de 49, podrían afrontar hasta 94 años en prisión.

El matrimonio Turpin se declaró no culpable de todos los cargos que se le imputan en una audiencia en la que se mostraron tranquilos. El juez que lleva el caso estableció una fianza de 12 millones de dólares para cada uno. 

Abusos prolongados

Las palizas, los estrangulamientos como castigo, la desnutrición y una sola ducha al año eran algunos de los métodos impuestos por los Turpin a sus hijos. El matrimonio fue detenido el pasado domingo en su residencia de la pequeña localidad de Perris, situada al sureste de Los Ángeles, después de que la policía confirmase las terribles condiciones en que mantenían a todos sus hijos, de entre 2 y 29 años.

«Los castigos se alargaban durante semanas e inclusos meses en algunas ocasiones», indicó en rueda de prensa Michael Hestrin, el fiscal del distrito de Riverside, quien aseguró que todavía están intentando comprender qué motivos pudieron llevar a los Turpin a actuar de ese modo. «Parece un caso de depravación humana», reconoció Hestrin.

Entre las torturas descritas por la policía se incluyen encadenamientos de los que no eran liberados ni para ir al baño, prohibición de jugar con los juguetes que había en casa -algunos incluso en sus embalajes originales- o comer delante de los hijos sin que éstos pudiesen probar bocado.

Los vecinos de Perris, con su alcalde Michael Vargas a la cabeza, se han declarado devastados después de que las autoridades descubrieran los terribles sucesos que se escondían tras las paredes del domicilio de los Turpin.

La desnutrición fue otro de los factores que desataron todas las alarmas. Cuando las autoridades locales entraron en la vivienda del matrimonio Turpin fueron testigos de la clara desnutrición que sufrían los trece jóvenes. «Todas las víctimas están desnutridas. La mayor, de 29 años, pesa 37 kilos», explicó Hestrin.

Handout | Reuters

Una hija los delató

La Policía descubrió lo que estaba sucediendo en casa de los Turpin gracias a que una de las hijas, de 17 años, logró escapar del domicilio familiar y llamó a la policía tras planearlo durante dos años. Al verla, los oficiales pensaron que se trataba de una niña por su aspecto menudo y su delgadez y lo mismo sucedió con el resto de los hermanos, que a pesar de parecer todos menores, siete de ellos tienen en realidad entre 18 y 29 años.

El fiscal explicó que la familia educó a sus hijos en su propia casa, a la que se habían mudado en el 2014 tras obtener una licencia que acreditaba que su domicilio servía, además, como escuela. Y aunque uno de los hijos estudió en la universidad, siempre acudió escoltado por su madre.

A pesar de todo lo detallado por el fiscal del distrito, los Turpin parecían una familia extensa, pero normal. De hecho, en la cuenta de Facebook del padre pueden verse numerosas imágenes de toda la familia, en las que sus hijos posan sonrientes en lugares como Disneyland.

La próxima vista judicial de los Turpin tendrá lugar el 23 de febrero y sus hijos podrían ser llamados a testificar.