El expresidente Fujimori sale del hospital y queda en libertad tras el polémico indulto humanitario de Kuczynski
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Su concesión ha desencadenado una importante crisis política y social en el país
05 ene 2018 . Actualizado a las 07:19 h.El expresidente peruano Alberto Fujimori (1990-2000) ha abandonado la clínica Centenario de Lima en la que estuvo internado durante doce días y tras haber sido indultado por el mandatario, Pedro Pablo Kuczynski. Fujimori salió de la clínica, en el distrito de Pueblo Libre, en una silla de ruedas acompañado por su hijo menor Kenji Fujimori y otros colaboradores del legislador.
El exgobernante, de 79 años, saludó a los periodistas antes de abordar una camioneta con lunas polarizadas y abandonó el lugar custodiado por agentes de Seguridad del Estado.
Durante su permanencia en el centro médico, el expresidente fue sometido a una serie de análisis y tratamientos para atender los problemas de salud que justificaron el indulto humanitario y derecho de gracia.
Fujimori ingresó en la clínica, un día antes del indulto otorgado por Kuczynski, con problemas de presión arterial, los cuales según el ex director general de Derechos Humanos del ministerio de Justicia Roger Rodríguez nunca antes calificaron para un indulto humanitario.
El indulto al exmandatario ha generado división en el partido fujimorista Fuerza Popular, dirigido por su hija Keiko Fujimori, pues en un comunicado su Comité Ejecutivo Nacional ha expresado su saludo a la libertad de su fundador, aunque ha discrepado con «la forma en que se logró».
Keiko Fujimori buscaba la libertad de su padre en los tribunales, mientras que su hermano menor, el legislador Kenji Fujimori, defendió siempre la opción de un indulto humanitario.
Según el Ejecutivo, la petición de indulto se presentó en diciembre pasado, días antes de comenzar el proceso de destitución contra Kuczynski por presuntos vínculos con la empresa brasileña Odebrecht.
El jefe de Estado se salvó de la destitución debido, en parte, a la abstención de Kenji Fujimori y otros nueve legisladores de su partido, en contra de la postura del resto de su bancada, que apoyaba la destitución de Kuczynski.
El indulto fue otorgado tres días después de la frustrada destitución, lo que alimentó las versiones de la oposición de que se trató de una negociación entre el gobernante y Kenji Fujimori. Horas antes de la salida de Fujimori de la clínica, un centenar de seguidores acudió a la casa de Kuczynski para agradecerle el indulto a Fujimori.
Los manifestantes vestían camisetas blancas con la inscripción «Fujimori Libertad» y llevaban banderines y carteles donde daban las gracias a «PPK», como se conoce al jefe de Estado.
Una vez en las inmediaciones de la casa del mandatario, los manifestantes lanzaron palomas blancas al viento y afirmaron que «se hizo justicia con el mejor presidente del Perú».
En otro de los carteles se leía «el Perú solo quiere reconciliación», la misma idea que el mandatario ha expresado tras otorgar el indulto al exgobernante y recibir el rechazo de distintos sectores políticos y sociales, al cuestionar la legalidad del beneficio dado a Fujimori.
Alberto Fujimori cumplía una sentencia dictada en el 2009 de 25 años de cárcel por las matanzas de Barrios Altos y La Cantuta, en la que murieron 25 personas, perpetradas por el grupo militar encubierto Colina en 1991 y 1992, además del secuestro de un periodista y un empresario.
Tormenta política en Perú
El indulto concedido por el presidente Pedro Pablo Kuczynski en la víspera de la Navidad desató una nueva tormenta política en Perú pocos días después de que el mandatario de centro-derecha se salvara de ser destituido por el Congreso por haber mentido sobre sus lazos con la cuestionada empresa brasileña Odebrecht.
Familiares de las víctimas decidieron recurrir a la Corte Interamericana de Derechos Humanos, con sede en San José, para conseguir anular el indulto, que consideran un «insulto».
«Hemos sido notificados por la Corte para una audiencia que ha programado para el 2 de febrero», dijo a la AFP la abogada Gloria Cano, de la la Asociación Pro Derechos Humanos.
«La Corte sí puede disponer la anulación de disposiciones normativas o jurisprudenciales internas» de Perú, expresó por su parte el abogado Carlos Rivera, que representa a familiares de víctimas.
Rivera destacó que la propia Corte Interamericana «ha dispuesto que se investigue, juzgue y sancione a todos los involucrados» en las matanzas de Barrios Altos y la universidad La Cantuta perpetradas en 1991 y 1992 por escuadrones de la muerte militares bajo el gobierno de Fujimori y que motivaron su condena.
Kuczynski argumentó que el indulto busca conseguir una «reconciliación» entre los peruanos, pero la medida desató protestas callejeras y críticas de organismos internacionales, además de las renuncias de los ministros de Cultura, Salvador del Solar, y de Defensa, Jorge Nieto.
También abrió grietas en el minoritario partido de gobierno y en las filas del partido fujimorista Fuerza Popular, principal agrupación política del país que controla el Congreso. Algunos dirigentes temen que el exgobernante le dispute el liderazgo a su hija Keiko Fujimori.
El analista Luis Benavente compara la compleja relación de Keiko con su padre con la de Marine Le Pen con Jean-Marie Le Pen, la actual líder y el fundador del Frente Nacional de extrema derecha en Francia.