El consejero delegado garantiza a toda la plantilla en una videoconferencia que no hay negociaciones en marcha. El precio de las acciones se mantiene en el primer día sin prohibición de las ventas en corto y el directivo da por superadas las dificultades y afirma el compromiso con la banca minorista
21 nov 2017 . Actualizado a las 21:11 h.Liberbank se ha sostenido en la bolsa este martes, el primer día sin la protección contra la venta de sus acciones en corto que estuvo en vigor desde junio hasta ayer. Con los 500 millones de euros conseguidos en su ampliación de capital, el banco creado a partir de la antigua Cajastur vivió una jornada plácida con pequeñas apreciaciones a primera hora del día y un leve descenso después. Pero ni alza ni a la baja cambió el precio de los títulos más de un 1% sobre los 43 céntimos de euro con los que se había llegado al final de la sesión del lunes. La placidez en el parqué se trasladó también al esperado discurso del consejero delegado, Manuel Menéndez, ante los trabajadores de la entidad. Según ha podido saber La Voz de Asturias en fuentes que presenciaron la charla, el economista asturiano trasladó a la plantilla un mensaje de tranquilidad con respecto a un futuro que considera más fácil una vez superada la captación de nuevos inversores. Su intervención fue especialmente firme ante las constantes especulaciones de una pronta venta o fusión con algún banco mayor. Menéndez asegura que no hay ninguna negociación de ese tipo en marcha y que tampoco va a haberla salvo un cambio drástico de las circunstancias que él no espera. Hace meses se especuló con una posible operación con Abanca.
El directivo se había citado con los trabajadores de las cuatro antiguas cajas (Cantabria, Badajoz, Castilla-La Mancha y Asturias) cuya fusión dio lugar al nacimiento de Liberbank a la hora del cierre al público de las oficinas. Por videoconferencia, les aseguró que con la ampliación de capital se pone fin a un año agitado para la empresa. En el 2017, y especialmente tras la caída del Banco Popular, muchos inversores apostaron contra el banco, al que veían como el siguiente eslabón débil del sistema financiero español. A pesar de la protección levantada por la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), que ha estado cinco meses en vigor, el valor en bolsa de la entidad ha caído un 21% en lo que va de ejercicio. Pero esas circunstancias, según Menéndez, pertenecen ya al pasado y el futuro pinta mucho mejor con la tranquilidad que da la inyección de capital y la mejora de los balances.
A los nuevos accionistas se los mira con recelo en algunos sectores sindicales del banco y hay analistas que comparten la preocupación por sus características: fondos de inversión que no dudarán en hacer negocio en cuanto puedan y que no han llegado para quedarse en los malos tiempos. Pero Menéndez pidió ayer a la plantilla que no se desanime por esas opiniones y que no prejuzgue los resultados. Por su parte, aseguró que no duda de las intenciones de nadie. Además, al cotizar en un mercado abierto, tampoco hay posibilidad de escoger a los inversores que deciden apostar su capital.
Los trabajadores hicieron llegar al consejero delegado preguntas sobre la situación laboral de la empresa, que ha encadenado dos expedientes de regulación de empleo. El segundo aún está en vigor y, a pesar de la confianza en el futuro, no va a dejar de estarlo. La dirección tampoco tiene planes para abordar otra reivindicación de la plantilla: la equiparación de las condiciones salariales de todos los empleados. Liberbank, heredero de cuatro entidades anteriores, no ha unificado las retribuciones y ha mantenido a cada trabajador las que ya tenía en su antigua empresa. El resultado son disparidades entre los territorios en los que opera.