El efecto búmeran deja de lado a los productos asturianos

Raúl Álvarez

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Un trabajador de CAPSA
Un trabajador de CAPSA RTPA

El grueso de las ventas a Cataluña está formado por mercancías industriales que tienen otras salidas

30 oct 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Los agricultores extremeños han lanzado la voz de alarma sobre los efectos contraproducentes y dañinos para el interés propio de las campañas de boicot contra los productos catalanes. Mucho de ellos, han advertido colectivos y sindicatos agrarios, salen como materias primas de Extremadura y vuelven transformados. La ruina de las empresas que los emplean para hacer sus elaboraciones es también la de los campesinos que les sirven como proveedores. Es el efecto búmeran del que se ha hablado esta semana, pero no parece de aplicación en Asturias. Entre los 450 millones exportados el año pasado a Cataluña hay pocos productos del campo y muchos componentes industriales que no son perecederos, se fabrican por encargo y pueden encontrar salidas en otros mercados.

Es cierto que la corporación Capsa, entre cuyos productos está la leche de la Central Lechera Asturiana, posee una participación en una planta de transformados lácteos en Girona. Pero la leche que pasa por allí no llega desde Asturias. La aportan productores locales y se comercializa bajo la marca Ato, cuya cuota de mercado en Cataluña ronda el 10%.

Desde Asturias también salen hacia Cataluña acero y otros productos siderúrgicos usado por las industrias catalanas, incluida la automoción. Pero fuentes de la patronal asturiana del metal, Femetal, señalan que ninguna de sus empresas asociadas ha expresado preocupaciones al respecto ni prevén problemas a corto plazo con sus clientes. El peso de las compañías que prestan servicios auxiliares a la automoción, además, no es relevante para hablar de riesgos de desequilibrio.