El president ha convocado al Govern para una reunión a las 19.00 horas. Oriol Junqueras afirma que el Gobierno no ha dejado más opción que proclamar la república
25 oct 2017 . Actualizado a las 21:00 h.Finalmente, Carles Puigdemont no acudirá este jueves al Senado, como era su pretensión, para responder personalmente a la activación del 155 de la Constitución. Pese a haberse anunciado su comparecencia, la presidenta del Parlamento de Cataluña ha anunciado a los grupos que no será así y que el pleno para responder a la aplicación del artículo 155 será mañana, jueves, por la tarde.
La anterior convocatoria de la cámara autonómica catalana fijaba el arranque de la sesión por la mañana, lo que habilitaba al president a acudir a la Cámara Alta a debatir con la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría.
El presidente de la Generalitat ha publicado una foto en su cuenta de Instagram con su particular explicación a la decisión final de no acudir al Senado. «No perder el tiempo con aquellos que ya han decidido arrasar el autogobierno de Cataluña. ¡Seguimos! #CatalanRepublic», escribió.
Además, Puigdemont está reunido desde las 10.00 horas con miembros del Govern y representantes de Junts pel Sí en el Palau de la Generalitat para ultimar cuál será su respuesta a la aplicación del 155. A la reunión han acudido, entre otros, el expresidente de la Generalitat, Artur Mas, el presidente de Junts pel Sí en el Parlamento catalán, Luís Corominas y la portavoz del partido, Marta Rovira. Se espera además, que durante el transcurso de la juntanza se incorporen representantes de la Asamblea Nacional Catalana (ANC) y Òmnium Cultural.
En el transcurso de la reunión se ha decidido aplazar una hora el incio del pleno del Parlament previsto para las 16.00 horas para que así, los senadores catalanes desplazados a Madrid, puedan estar en Barcelona al inicio de la sesión.
Por su parte, el vicepresidente de la Generalitat, Oriol Junqueras, ha asegurado a Associated Press que el Gobierno de Mariano Rajoy no ha dado a los independentistas más opción que «proclamar una nueva república».
Diversas fuentes soberanistas han señalado que la decisión de Puigdemont de acudir este jueves por la tarde al Senado ya estaba tomada, pero finalmente este mismo día a partir de las 16.00 horas comenzará el pleno monográfico del Parlament para responder al 155. Todavía no se ha aclarado si ha sido el propio Puigdemont el que ha forzado el cambio de hora del pleno para evitar acudir al Senado, o si ha sido una maniobra de los sectores soberanistas, con Carmen Forcadell a la cabeza, para impedir la comparecencia del president en la Cámara Baja.
Poco antes de conocerse la reunión de urgencia convocada por el Govern, el vicepresidente Oriol Junqueras afirmó que «el Gobierno no nos ha dejado mas opción que proclamar una nueva república.
PARA SABER MÁS
En las filas soberanistas hay abierto un debate interno sobre si la respuesta al 155 debe pasar por una declaración de independencia o la convocatoria de unas elecciones al Parlament que traten de evitar el choque con el Estado.
Las reiteradas ofertas trampa de diálogo expresadas por Carles Puigdemont al Gobierno quedaron desenmascaradas el martes por la CUP, grupo cuyo apoyo parlamentario es vital para la supervivencia del Gobierno en la Generalitat.
Por boca del diputado anticapitalista Carles Riera, la CUP admitió que Puigdemont se está planteando convocar elecciones para evitar la declaración de independencia y la aplicación del artículo 155. «Nos consta que está sobre la mesa del Gobierno catalán», aseguró Riera sobre la convocatoria electoral. Ese escenario, por el que han abogado el Estado, el Gobierno y el PSOE, no gusta a los cuperos. Lo consideran «la herramienta más eficaz, demoledora y mortal para abortar» el proceso de independencia. Carles Riera volvió a presionar una vez más a Puigdemont al advertirle que «se encontrará solo» si llama a las urnas, y con un escenario de «desobediencia civil».
Para Puigdemont, sin embargo, tampoco bajan claras las aguas en su propio partido y, sobre todo, en el seno de su Gobierno. Según el argumentario de la coalición Junts pel Sí, de la que forman parte el PDECat y ERC, la suspensión de la declaración de independencia se levantaría en el pleno convocado en el Parlament, lo que serviría de «vía defensiva» frente a la aplicación del artículo 155. Esto al menos es lo que están explicando en reuniones de ANC en base a un documento que enfatiza la necesidad de que «la calle siga apoyando a las instituciones».
Ahora bien, estas pretensiones atribuidas a Junts pel Sí chocan con las presiones internas en el PDECat, ya que al menos dos consejeros de la Generalitat no parecen dispuestos a hacerse el harakiri político. Algunas fuentes apuntan a que se trata de Santi Vila, consejero de Empresa y Conocimiento, y del propio responsable de Interior, Joaquim Forn. El primero, que mantuvo un silencio total ante la fuga de cientos de empresas de Cataluña, no es diputado y, de ser destituido el Gobierno catalán por el Consejo de Ministros, quedaría expuesto a los tribunales ordinarios, ya que perdería su condición de aforado. Parece ser que otros compañeros de Gobierno tampoco se inclinan por una posición de rebeldía y han amenazado con seguir el paso de los dos anteriores y presentar su dimisión si se avanza en la confirmación de la declaración unilateral de independencia.
Las resistencias llegan incluso del exconsejero de Economía Andreu Mas-Colell, quien el martes advirtió en una entrevista radiofónica que «ni la Generalitat ni el pueblo están en condiciones de hacer viable la independencia».