La Generalitat avanza que el presidente catalán «no se moverá» de sus posiciones y la CUP advierte que en los próximos días se declarará la independencia «antes de que venga el Estado»
18 oct 2017 . Actualizado a las 12:23 h.Carles Puigdemont está seguro de que los que vienen en dirección contraria son Mariano Rajoy, el Gobierno central, el PSOE y todas las formaciones e instituciones que no comparten la posibilidad de que Cataluña se independice. Está persuadido de que no hay marcha atrás en la vía de la independencia, pero en la nueva carta que enviará a la Moncloa antes de las 10 horas de mañana optará de nuevo por eludir dar una contestación sobre si declaró o no la constitución de la república catalana.
«No se moverá de lo que ya se ha respondido», adelantó ayer el consejero de Presidencia, Jordi Turull, tras la reunión del Gobierno autonómico, evidenciando el enroque en la postura de Puigdemont y dando por imposible un diálogo que los soberanistas aseguran que están planteado «sin condiciones». Pero como indicó el lunes el mandatario catalán a Rajoy, esa conversación tendría como objeto principal discutir, pactar y regular cómo tendría que organizarse la salida de Cataluña de España.
El presidente catalán optará así por no intentar evitar la puesta en marcha del artículo 155 de la Constitución por parte del Gobierno central y correr el riesgo de ver limitada la gestión directa de sus competencias e incluso acabar con la convocatoria anticipada de las elecciones autonómicas. Las consecuencias que pueda entrañar el no contestar al requerimiento del Gobierno central, realizado antes de que el Tribunal Constitucional declarase la ilegalidad de la normativa que puso en marcha el referendo, son advertidas ya desde el Ejecutivo catalán como «cierre de puertas», «menosprecio» y amenazas.
«Ante la rendición o tirar adelante, la rendición no forma parte de este Gobierno». «Ni plegaremos velas ni estaremos contemplativos viendo cómo ocupan las instituciones catalanas», advirtió Turull.
Y la CUP avanzó por dónde se puede caminar tras lo que decida Rajoy. «Se encontrarán la república proclamada cuando vengan a por nosotros», dijo la parlamentaria anticapitalista Mireia Boya ayer en la Cámara autonómica. En los pasillos del palacio legislativo catalán no se ocultaba que Junts pel Sí y la CUP negocian ya cómo declarar la independencia. «Será en los próximos días, ante el contexto represivo del Estado», clamó.
La ley del referendo, ahora anulada por el Constitucional, no exige que la proclamación de la república sea votada en la Cámara, mientras que decisiones de mucho menor trascendencia sí exigen mayorías cualificadas.
SegurCaixa rescinde el seguro al Parlamento catalán y a la Generalitat
La empresa contratada por el Parlamento de Cataluña y la Generalitat para cubrir su seguro de responsabilidad civil rescindió ayer esos acuerdos «por agravarse el riesgo producido por los acontecimientos ocurridos recientemente en Cataluña». SegurCaixa Adeslas introdujo por registro una carta de aviso a los servicios de la Cámara autonómica en la que argumenta su decisión, en especial por la suspensión por parte del Tribunal Constitucional de la ley de transitoriedad jurídica y fundacional de la república. Junts pel Sí, la coalición que sustenta al Ejecutivo autonómico, instó a la empresa radicada en Barcelona a revisar los contratos que mantenga con el Estado, al identificarlo como generador de dicho riesgo. El seguro cubría a los 135 diputados y a los miembros del Gobierno catalán.
Búsqueda de eco internacional copiando modelos de vídeos de Ucrania y Venezuela
La presencia de banderas españolas ha vuelto a disminuir en los balcones de Barcelona. La manifestación del 8 de octubre coronada con el encendido discurso de Josep Borrell animó a los partidarios del mantenimiento de la unidad del Estado a dar luz a su presencia, pero vuelve a ocultarse poco a poco ante el despliegue de pancartas, banderas y distintivos que las entidades independentistas proporcionan para multiplicar su estela.
La fractura social que está generando el conflicto catalán es evidente, y la batalla de la imagen se convierte en una baza fundamental en la propia comunidad, pero se le concede una importancia vital a cómo se perciba en el extranjero. Con esa intención, Òmnium Cultural, la entidad independentista presidida por el encarcelado Jordi Cuixart, lanzó ayer un vídeo en YouTube en el que el soberanismo catalán clama por la ayuda de otros países.
El vídeo Help Catalonia calca el lanzado en el 2014 en Ucrania titulado I am an ukrainian, en el que una joven con la voz quebrada y los ojos llorosos, como ocurre en el realizado ahora por Òmnium, mostraba y comentaba las protestas que se realizaban en el país contra el Gobierno del presidente Víktor Yanukóvich, prorruso y contrario al acuerdo de asociación con la UE.
Ciertas similitudes guarda también con el realizado igualmente hace tres años en Venezuela por movimientos de oposición al régimen bolivariano y que se tituló Help Venezuela.
En Help Catalonia, la narradora se presenta como la voz de los catalanes y dice: «Como ciudadanos europeos, hemos vuelto a tomar las calles para protestar pacíficamente porque creemos en la libertad, la democracia y los derechos humanos». Imágenes de manifestaciones en defensa de la acogida de refugiados o de las mujeres se intercalan con movilizaciones en favor de la independencia. El mensaje concluye con la idea de que «los valores europeos están siendo atacados» y para ello se añaden vídeos de las cargas policiales realizadas contra personas que intentaban el 1-O evitar el desmantelamiento de colegios electorales en el proceso ilegalizado.
En «Help Catalonia» se mezclan imágenes del 1-O con otras de apoyo a la acogida de refugiados «Ayuda a Cataluña, salva a Europa. Después será tarde», clama la narradora, que llega a equiparar el referendo declarado ilegal por el Constitucional con el de Escocia, donde fue pactado.
Activismo
El encarcelamiento provisional de los líderes de Òmnium y Asamblea Nacional Catalana dio también lugar a que los sectores independentistas retomasen ayer la senda de las movilizaciones, abandonada en la última semana. Miles de personas se concentraron en la Diagonal de Barcelona y otras localidades catalanas ayer tarde, portando velas y lazos amarillos, símbolos de protesta por la entrada en prisión de Sánchez y Cruixat, los Jordis, como se los llama en los lemas con los que se exige su puesta en libertad. Las pasadas del helicóptero de la Policía Nacional sobre la marcha concentraron los gritos de rechazo de los concentrados. Ya por la mañana, empleados de diversos centros de trabajo, especialmente de instituciones públicas, se concentraron guardando unos minutos de silencio, como hicieron Puigdemont y Ada Colau. La alcaldesa de Barcelona decretó el cese de la actividad institucional del Ayuntamiento durante dos días en señal de protesta.