La audiencia ha abandonado a la que antaño fue la gallina de los huevos de oro de Telecinco. El espacio encadena dos galas con los peores resultados de la historia
22 sep 2017 . Actualizado a las 19:44 h.Gran Hermano Revolution no ha empezado con buen pie. La audiencia se hunde, el presentador sigue sin convencer y hasta los más devotos del formato comienzan a abandonar a la que antaño fue la gallina de los huevos de oro de Telecinco. La polémica, bastante habitual en Gran Hermano, no le está sentando muy bien este año. Ni tan siquiera los concursantes han defendido al programa.
Un centenar de concursantes entraron en la casa prometiendo la «revolución» de la que tanto ha presumido Gran Hermano en sus promos de estas últimas semanas. De ese nutrido grupo, tan solo 20 llegaron a convertirse en concursantes de pleno derecho, 18 de ellos en la gala del martes (celebrada 48 horas después de que todos entraran en Guadalix) y dos de ellos este jueves, elegidos por la audiencia. Los ochenta restantes se quedaron con las ganas. Y con un cabreo monumental. «¿Ahora qué pasa con nosotros? ¿Qué hacemos aquí?», clamaba uno de ellos en pleno directo a un molesto Jorge Javier.
Y aquí se prendía el primer fuego de Gran Hermano Revolution. Porque, una vez más, la sombra del amaño volvía a sobrevolar el formato. «Tongo, tongo», gritaba un plató que se le revolucionaba a un Jorge Javier que no dudó en intentar devolver lo antes posible al animal al redil: «Vuestra opinión será escuchada en programas como Viva la vida o Debate Revolution, pero si no estáis de acuerdo con el resultado de la votación y consideráis que es tongo o fraudulento, id a denunciar a los juzgados». Lejos de calmar un poco los ánimos, las palabras de Jorge Javier solo empeoraron las cosas. «Si no estáis bien aquí, os invito a que os marchéis del plató. Solo quiero a gente aquí que esté dispuesta a disfrutar y a pasárselo bien». Dicho y hecho. Un nutrido grupo de aspirantes decidieron levantarse y abandonar el plató dejando una imagen nunca vista en la historia del longevo reality.
Gran Hermano no tiene que lidiar solo con un grupito de concursantes cabreados. Su principal problema es el que hasta ahora había sido su gran fuerte. La audiencia se le ha vuelto en contra. El martes Gran Hermano Revolution vivía el peor estreno de su historia con un 16,2 % de share y 1.809.000 espectadores. La segunda gala no mostró signos de mejoría. Un 15,7 % de share y 1.516.000 televidentes parecen augurar que el famoso reality vive sus peores tiempos.
Gran Hermano iniciaba su andadura con la propuesta de aplicarse un lavado de cara con el que seguir enganchando a la audiencia. Tras 18 ediciones, la idea era la de ofrecer algo diferente a los que llevan viéndoles desde el principio. Pero el cambio no ha sentado muy bien a los espectadores. Ahora toca esperar a ver como arreglan el desaguisado.