La madre de Granada asegura que su expareja «no merece la custodia compartida» y que le ha ofrecido esta medida para «controlarla»
07 sep 2017 . Actualizado a las 09:08 h.Juana Rivas ha defendido este miércoles que su expareja, Francesco Arcuri, condenado en el 2009 por lesiones en el ámbito familiar y al que en el 2016 denunció por malos tratos, «no merece» la custodia compartida de los dos hijos que tienen en común y ha pedido «apoyo» a la justicia española para no tener que regresar a Italia, al mostrarse convencida de que el padre le ha ofrecido esta medida para «controlarla» y de que, una vez allí, «seguiría el maltrato».
En una entrevista en Telecinco, Juana Rivas ha relatado algunos de los capítulos de malos tratos que supuestamente vivió con su exmarido. «Propuse salir yo sola con nuestro grupo de amigos y me quedé bailando hasta las 5 o las 6 de la madrugada. Él me esperó hasta que llegué a casa y al abrir la puerta me cogió del pelo y me empezó a golpear por la casa», explicaba la madre de Maracena para después añadir: «Me encontré en el sillón y él estaba encima estrangulándome. Sentía que me estaba muriendo porque no podía quitarle las manos. Imagino que se da cuenta, pero yo me había hecho mis necesidades encima. Me dijo que no me preocupara, que no me iba a matar porque me quedaba mucho por sufrir».
Juana Rivas está siendo investigada por el Juzgado de Instrucción 2 de Granada por los supuestos delitos de desobediencia judicial y sustracción de menores después de que permaneciera casi un mes ilocalizable con sus hijos sin acatar la orden judicial que le obligaba a entregarlos al padre para que regresaran con él a Italia, donde tienen fijada su residencia habitual. Finalmente lo hizo el pasado lunes 28 de agosto, tras lo que Arcuri se ha trasladado con los menores a este país.
En una entrevista en Telecinco, Juana Rivas ha sostenido que ella no es «abogada ni juez» sino «una madre» que, ante los supuestos episodios de maltrato sufridos en la pequeña isla de Carloforte, decidió irse con sus hijos porque «les iba a convertir en unos desgraciados» si se «quedaba allí».
Preguntada sobre la orden judicial que le obligaba, ya en España, a entregarlos al padre, ha relatado que «un día antes» de que se cumpliera el plazo tomó la decisión de que no lo haría hasta que alguien «diera la cara» y se sentara a analizar lo que estaban ocurriendo en su caso. Acabó por entregarlos porque, según ha dicho, vio que sus pretensiones no se estaban cumpliendo y no quería «perder la patria potestad» sino «luchar por sus hijos hasta el final». «La justicia es injusta y yo me lo tengo que comer con mis hijos», ha lamentado, afirmando que su expareja «tiene mucho dinero» y ha hecho los trámites judiciales «muy rápido» mientras la denuncia que ella puso por malos tratos se ha tirado «un año en un cajón para ser traducida y mandarla a Italia».
«Es un terror vivir en un pequeña isla (...) en una custodia compartida para que me siga manejando a sus anchas», ha sostenido Juana Rivas, que ha pedido apoyo a la justicia española para que no le «hagan ir -hay fijada una comparecencia y una vista durante el mes de octubre- y que se resuelva aquí».
«Que la ley española sepa que yo soy una lagartija y este hombre es un dragón, y yo el miedo que tengo es que se los coge allí -a los niños- y de allí no salgo del maltrato en vida», ha llegado a afirmar durante la entrevista, en la que ha narrado algunos de los episodios de malos tratos que presuntamente ha vivido a manos de su expareja desde el inicio de su relación.
Ha confiado por ello en que la justicia le dé a ella y a sus hijos «un futuro» y opina que volver a Italia, donde ella además no tiene medios, sería «una injusticia» y «el peor ejemplo que le podía dar» a sus hijos.
Rivas, que ha defendido su papel como madre estos años, ha dicho que no está pudiendo hablar con los niños en Italia, habiendo tomado ya sus abogados medidas al respecto, y ha lamentado que la jueza no le permitiera este pasado martes «contar su historia» cuando fue a declarar por los delitos de desobediencia judicial y sustracción de menores.