La fuerte división del Gobierno de May frustra la ejecución del «brexit»
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Un ex alto cargo revela que medio Gabinete aboga por seguir en el mercado único
08 ago 2017 . Actualizado a las 07:55 h.Desde que perdió la mayoría absoluta en las elecciones de junio, la primera ministra Theresa May ha ido en caída libre. Sus dudas respecto al brexit se han extendido a su equipo de Gobierno, algo que confirmó ayer sir Simon Fraser, subsecretario de Estado británico de Exteriores con el Gobierno de David Cameron. En unas declaraciones ayer a la radio de la BBC, Fraser acusó al Ejecutivo británico de impedir con sus fricciones internas la negociación con Bruselas. «Hay diferencias en el Gabinete respecto hacia qué tipo de brexit nos dirigimos y hasta que no las resolvamos creo que será muy difícil acordar una posición clara», afirmó.
Su declaración confirma que existe una pugna abierta entre los ministros de May: los partidarios de un brexit duro que rechazan pasar por caja tras su salida de la Unión Europea, frente a quienes claman por un brexit blando y permanecer en el mercado único. En medio está la cuestión de los derechos de los ciudadanos de la UE residentes en el Reino Unido. También la de Irlanda del Norte, que pasará a compartir con Irlanda la única frontera física entre las islas y Bruselas. Fraser pidió claridad al equipo de negociaciones británico: «Creo que tenemos que demostrar que estamos preparados para meternos en materia, para que la gente pueda entender lo que nos jugamos aquí y cuáles son las opciones».
En ausencia de la primera ministra, que se encuentra de vacaciones, un portavoz salió al paso para negar las afirmaciones de Fraser, señalando que el Gobierno ya había hecho «un buen avance en una serie de temas».
«No reconozco esa cifra»
El dominical The Sunday Telegraph desveló en su última edición que Londres barajaba presentar una oferta de 40.000 millones de euros como parte de la factura por su salida del bloque comunitario, según las declaraciones de tres fuentes muy cercanas a las negociaciones. El portavoz de Theresa May volvió a recurrir a desmentidos para atajar la noticia: «En cuanto a esta cifra, yo no la reconozco», se limitó a señalar.
Por su parte, el comisario europeo de Programación Financiera y Presupuestos, Günther Oettinger, confirmó ayer al diario Bild que el Reino Unido continuaría pagando incluso después de marcharse «por los programas a largo plazo que se acordaron antes de la resolución del brexit».
«Están obligados a ello. Por lo tanto, Londres tendrá que transferir dinero a Bruselas como mínimo hasta el 2020», añadió.
La gestión ambivalente de May comienza a despertar escepticismo y frustración entre la población. Según la última encuesta de ORB International, un 61 % de los británicos rechaza su acción de gobierno, frente al 56 % que lo hacía en julio y al 46 % del pasado mes de junio.