Los paros parciales han ocasionado importantes aglomeraciones especialmente en la T2, donde el tiempo máximo de espera ha sido más de una hora y media
04 ago 2017 . Actualizado a las 16:53 h.Unos con resignación, otros con evidente cabreo, los pasajeros que debían tomar esta mañana un vuelo en el Aeropuerto de Barcelona han tenido que soportar largas colas para pasar el control de seguridad, una situación que muchos preveían y que han intentado sortear llegando a El Prat con varias horas de antelación.
Durante toda la mañana, los paros parciales convocados por los vigilantes de la empresa Eulen han ocasionado importantes aglomeraciones en las dos terminales del aeropuerto, especialmente en la T2, donde el tiempo máximo de espera para pasar el filtro de seguridad ha sido de más de una hora y media, mientras que en la T1 se ha estimado aproximadamente en una hora.
Conscientes de esta convocatoria y de los problemas que el aeródromo barcelonés registra desde hace dos semanas por este conflicto laboral, muchos viajeros precavidos han llegado a El Prat con cinco o seis horas de antelación para asegurarse no perder el vuelo. Sin embargo, algunos se han encontrado con que los mostradores de facturación han abierto más tarde y que, por lo tanto, de poco les ha servido ser tan previsores.
En plena salida de vacaciones de agosto, algunos pasajeros han mostrado su enojo por el caos que se ha vivido en determinados momentos en El Prat. «Llevamos un año esperando las vacaciones y nos las quieren joder. Me siento frustrada», ha afirmado a EFE-TV una usuaria, móvil en mano, en la terminal T1, a la que había llegado seis horas antes de la partida de su vuelo, pero que aun así temía no poder coger. «Estoy muy cabreada y preocupada; puedo perder el vuelo y los culpables son ellos, no yo», ha clamado en la misma cola otra mujer que tenía que volar a Sudamérica.
Ante esta situación, algunos pasajeros que viajaban en pareja o en grupo han optado por repartirse funciones y hacer simultáneamente dos colas: la de la facturación y la del control de seguridad. «Nosotras estamos en la cola, mientras ellos facturan las maletas. Es que es un viaje caro, a Brasil», ha justificado Bea Montovio, que se ha mostrado preocupada por la situación, pero entendía que los trabajadores de Eulen protestasen para reclamar mejoras de las condiciones laborales.
Otros viajeros, muchos de ellos extranjeros, han llegado a El Prat conscientes de lo que se iban a encontrar y han encarado la espera con resignación. «Tendrán sus motivos para hacer huelga, así que paciencia», ha comentado Melisa, que ha apurado el tiempo y ha llegado al aeropuerto con sólo dos horas de antelación, el tiempo mínimo en una jornada normal.
Algunos usuarios, como el estadounidense Christopher Grant, que lleva quince años viviendo en Cataluña, han lamentado el perjuicio que la huelga está causando a los pasajeros y también la imagen negativa que puede transmitir Barcelona a causa de estos problemas. «Es una situación difícil, pero entiendo las quejas de los trabajadores. Son cosas que tienen las externalizaciones», ha afirmado Grant.