Donald Trump tiene que firmar ahora el proyecto para que se haga realidad, o vetarlo
28 jul 2017 . Actualizado a las 07:30 h.El Senado de Estados Unidos aprobó hoy de manera abrumadora un paquete de sanciones contra Rusia pese a los reparos que había manifestado el presidente Donald Trump, que ahora tiene que firmar el proyecto para que se haga realidad, o vetarlo.
El paquete, aprobado con apoyo de republicanos y demócratas por 98 votos a 2, también incluye sanciones contra Corea del Norte e Irán por sus programas armamentísticos.
La Cámara Baja ya había aprobado este martes por 419 votos a 3 el texto, que impondría sanciones a Rusia por su supuesta injerencia en las elecciones de 2016 a la Casa Blanca, así como por su actividad militar en el este de Ucrania y su anexión de Crimea en 2014.
El proyecto también propone sancionar a rusos implicados en violaciones de derechos humanos, responsables de ciberataques e individuos que hayan suministrado armas al Gobierno de Siria.
Aunque Trump ha mostrado reparos hacia estas sanciones, su margen de maniobra es limitado por el apoyo abrumador que ha reunido el proyecto en ambas cámaras, que podrían invalidar un eventual veto con los votos de solo dos tercios de los congresistas.
La portavoz de la Casa Blanca, Sarah Sanders, dijo hoy antes de la votación que Trump esperaba a recibir la propuesta para tomar una decisión.
«Vamos a esperar y ver el proyecto final, y tomaremos una decisión en ese punto», afirmó Sanders.
El flamante director de Comunicación de la Casa Blanca, Anthony Scaramucci, insinuó hoy, sin embargo, que Trump podría vetar la propuesta legislativa para promover algo «más duro».
Trump ha expresado siempre su deseo de mejorar las relaciones con el Kremlin y considera reabrir unas instalaciones diplomáticas rusas en suelo estadounidense que su antecesor, Barack Obama, clausuró como castigo por la presunta intromisión de Rusia en las elecciones del año pasado en Estados Unidos.
El presidente ruso, Vladímir Putin, achacó hoy las sanciones a una «histeria antirrusa» en Estados Unidos, y su Ministerio de Asuntos Exteriores indicó que representan «un paso muy serio hacia la destrucción de las posibilidades de normalizar las relaciones».