Unos protocolos estrictos que resultan inexplicables en España o en Francia
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El ministro de Exteriores británico, Boris Johnson, defendió los procedimientos para evitar «identificaciones erróneas» tras la petición de información de su homólogo español, Alfonso Dastis
07 jun 2017 . Actualizado a las 07:25 h.¿Qué pasaría si un equipo británico estuviese a cargo de la identificación de las víctimas de un terremoto como el de Nepal en el 2015, en el que fallecieron más de 7.000 personas? Es la pregunta que empiezan a hacerse algunos en vista de la tardanza de las autoridades de Londres en dar cuenta de sus investigaciones. La demora duele especialmente a las familias de las víctimas pero, además, resulta incomprensible a las diplomacias de países como España o Francia, que no entienden que se retrase de este modo la información sobre sus ciudadanos.
Los británicos alegan en su defensa que, después de acometer las tareas forenses propias de estos casos, como la comprobación de huellas dactilares y las pruebas de ADN, aún han de respetar otros procedimientos de identificación. Son los «protocolos» para evitar «identificaciones erróneas» tras los que se parapetó el ministro de Exteriores británico, Boris Johnson, cuando respondió a las súplicas de su homologo español, Alfonso Dastis, para acortar en lo posible la incertidumbre que carcome a los familiares de Ignacio Echeverría.
El ministro del Interior español, Juan Ignacio Zoido, reconoció que, en efecto, el protocolo de Scotland Yard «es muy estricto y suele facilitar pocos datos». Es posible, además, que se hubiese agravado como consecuencia de las últimas filtraciones de los medios estadounidenses, cuando se produjo el atentado de Mánchester. En el ataque del pasado marzo, la policía confirmó en menos de 24 horas que la gallega Aysha Frade era una de las víctimas. Ahora han transcurrido ya 72 horas en vilo.
La tardanza de las autoridades llevó a enfermeros y médicos españoles que trabajan en Londres a intentar comprobar por su cuenta si Echeverría estaba entre los heridos en los hospitales de St. Thomas y Kings College. Su búsqueda, por el momento, tampoco dio frutos.