
Las dos entidades suman más de 500 trabajadores en la región. La exposición al ladrillo de la entidad que presidía Saracho es menor en el Principado que en el resto de España
08 jun 2017 . Actualizado a las 05:00 h.La compra del Banco Popular por el Santander obligará a reordenar el mapa bancario de la región. Todavía es pronto para conocer las medidas concretas y para saber exactamente cómo afectará la operación a los trabajadores, pero todo apunta a que el nuevo propietario pondrá en marcha acciones encaminadas a reducir costes. En Asturias, la entidad que preside Ana Patricia Botín tiene una presencia mucho mayor que la que dirigía Saracho, pero existen duplicidades en 18 concejos. Ahí es donde, previsiblemente, se concentrarán los ajustes.
El Banco Santander tiene en Asturias 97 centros de trabajo, un concepto que no se corresponde exactamente con el de oficinas porque en alguna de estas puede haber más de un centro. Están repartidos en 38 concejos, la mayoría de ellos en Oviedo. Por su parte, después del ERE del año pasado, el Popular tiene en la región 30 oficinas en 21 municipios. La mayoría, también en la capital. Coinciden en 18 concejos y, en conjunto, tienen presencia en 41, ya que a los del Santander hay que añadir las oficinas del Popular en Aller, Caso y Proaza.
En cuanto al número de trabajadores, la cifra del Santander es sensiblemente superior a la del Popular, ya que el primero tiene 350 y el segundo, después de la salida de 43 personas en el último ERE, 160. Fernando Álvarez, delegado de CCOO en el Banco Popular, considera que «en principio», esas duplicidades no deberían generar excesivos problemas.
El sindicalista celebra la compra, ya que asegura que «hasta ahora teníamos una gran incertidumbre y, por fin, se ha alcanzado una solución». Álvarez reconoce que, en las últimas fechas, se había producido una importante «fuga de depósitos» que confía en que ahora se frene. «La plantilla está mucho más tranquila», reconoce el responsable de CCOO, que espera que si el proceso de integración obliga a tomar medidas «no sean traumáticas y ofrezcan, por lo menos, opciones similares a las del último ERE».
Riesgo inmobiliario
Uno de los principales motivos que han provocado la caída del Popular es su exposición al ladrillo. Algunos expertos señalan que el banco llegó tarde al boom del ladrillo y que eso hizo que comprase a precios elevados y que financiase operaciones con un elevado riesgo. Sus activos inmobiliarios superan los 35.000 millones, aunque en Asturias «no tiene mucho y lo que tiene lo estaba vendiendo», explica Álvarez.
Según consta en la página web de Aliseda, el portal inmobiliario del Popular, la entidad tiene 88 propiedades en venta en Asturias. El texto que introduce el catálogo de inmuebles destaca que el banco ofrece «una oferta inmobiliaria adaptada a todos los gustos y necesidades». Aliseda señala que dispone de viviendas «en ciudades y localidades muy diferentes, que abarcan tanto las ciudades del Triángulo Astur (Gijón-Oviedo-Avilés) como poblaciones en primera línea de costa o a los pies de sus espectaculares parques naturales». El precio de las viviendas, el tamaño y los descuentos es muy variado, ya que hay ofertas muy dispares.