May restringirá los derechos humanos si dificultan la lucha antiterrorista
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Reacciona al descrédito de las autoridades por desoír las alertas sobre sospechosos
07 jun 2017 . Actualizado a las 15:55 h.La primera ministra en funciones y candidata conservadora para seguir en ese cargo, Theresa May, se ha visto acorralada por las últimas revelaciones sobre política antiterrorista. En varios casos de ataques en terreno británico, los terroristas eran conocidos por la policía, pero no se actuó. Las autoridades han quedado en entredicho por hacer oídos sordos a las alertas. Y May especialmente, porque ella fue, al frente de Interior entre los años 2010 y 2016, quien acometió una drástica reducción de las fuerzas policiales.
May anunció ayer por la tarde que se revisarán los protocolos de respuesta al terrorismo basándose en el examen de la actuación frente a los ataques del puente de Londres.
Poco después, a última hora de ayer, la primera ministra dio un paso más: anunció que si la legislación sobre derechos humanos dificulta la lucha antiterrorista, la cambiará. En un acto de campaña, May concretó al decir que, si sale elegida, restringirá los movimientos de los sospechosos de terrorismo aun cuando «no haya suficientes pruebas para presentar una acusación completa ante un tribunal».
El tercer criminal
La mandataria reacciona así a la indignación del público ante la creciente sensación de inseguridad. Ayer se produjo una nueva revelación de inacción policial frente una alerta de terrorismo. La prensa italiana publicó que el tercer yihadista del ataque en el puente de Londres es Youssef Zaghba, de 22 años, un italiano de origen marroquí que vivía en el este de Londres y que en el 2016 fue catalogado como sospechoso por la policía italiana, que lo comunicó a los servicios policiales británicos.
Los terroristas autores de los últimos atentados eran conocidos en mayor o menor medida por el servicio de inteligencia británico, el MI5, o por los responsables de Scotland Yard. De ahí que los medios de comunicación y la ciudadanía británica se preguntasen ayer hasta qué punto el sistema está funcionando.
En el caso de Zaghba, policías italianos lo detuvieron en el aeropuerto de Bolonia en marzo del 2016 y encontraron en su móvil material relacionado con el Estado Islámico, por lo que le impidieron viajar a Estambul.
Ahí no queda la cosa, pues Khuram Butt, de 27 años, otro de los terroristas que iba en la furgoneta blanca el sábado por la noche junto a Zaghba, también fue investigado por varios actos, pero se descartó que pudiese cometer ningún crimen y las diligencias se archivaron.
Butt siguió con su vida y fue contratado en la empresa del metro durante casi seis meses el año pasado. Pese a las dudas sobre su actividad, acabó trabajando en la céntrica parada de Westminster, una de las que más turistas recibe al año por su proximidad al Big Ben y a Downing Street, y que tiene acceso a los túneles que pasan por debajo del Parlamento.
Lo más sorprendente de todo son las imágenes que protagoniza en el documental televisivo de Channel 4, en el que se exponen los vínculos de los extremistas con el predicador encarcelado Anjem Choudary.