Lucía Guerrero: «Mis relaciones amorosas siempre las he vivido con mucha intensidad»

ANA MONTES

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En sus ojos solo tiene grabados los «maravillosos y nada traumáticos» atardeceres de Barbate, donde estuvo rodando «Perdóname Señor». Allí coincidió con el actor Jesús Castro, su novio en la ficción, cuyos azulísimos ojos dice que le inspiran. Pasional e intensa, Lucía también es muy guerrera.

03 jun 2017 . Actualizado a las 10:04 h.

Antes de la entrevista, Lucía Guerrero (Madrid, 1993) coloca sobre la mesa unos apuntes escritos de su puño y letra, «cosas que me he hecho yo sobre la peli porque hace tiempo que la rodé y hay cosas que se olvidan», dice resuelta la actriz. En estos folios con subrayados, tachones y redondeos a boli, «más por gusto que por obligación», recopila su visión sobre Demonios tus ojos que recogió tres premios en el Festival de Málaga en el 2017 como el premio Escuelas a la Mejor Película. Tachada por algunos de oscura e incestuosa, defiende que «va más allá porque habla de los límites, de jugar con fuego, cuestiona la ética y moral». Pero también la veremos en Money junto a Jesse Williams (Anatomía de Grey), un psicothriller que pone el dinero sobre la mesa. Más moral. Aunque de otra catadura.

-¿Qué crees que te dará «Demonios tus ojos»?

-No lo s pero ya me está dando la alegría de que esté yendo tan bien en los festivales, que tenga una crítica buena y que pueda llegar a ser una película de culto. Mi papel es muy pequeñito pero creo importante estar en películas cuidadas, con buenos profesionales.

-El slogan dice «cuidado con lo que ves: puede cambiar tu manera de mirar». ¿Hay algo en tu vida que se te haya grabado en la retina?

-Siempre hay imágenes que se van y otras se quedan y doy por sentado que alguna me ha marcado más porque estamos muy expuestos, voluntaria e involuntariamente. Muchas veces nos sorprendemos al descubrir que lo estamos más de lo que pensamos. Por eso con esta saturación de imágenes y de información, hay algo que seguro preferiría no haber visto.

-¿Eres guerrera como tu apellido?

-Sí, soy muy guerrera porque en esta profesión hay que ser guerrero, valiente, luchador y perseverante.

-Y para haberte comprometido con una película como «Demonios tus ojos», donde acecha la manipulación y el erotismo, alguno de estos ingredientes también debes tener...

-Sí, el guion me atrajo mucho cuando lo leí. Es una película muy controvertida, no oscura necesariamente aunque algunos dicen que perversa. Pero dentro del tema que trata es fresca y con ritmo.

-Tu papel es el de la amiga de la protagonista (Ivana Baquero) ¿Cuáles son las reglas que no te saltarías en una relación de amistad?

-No se pueden verbalizar unas reglas. Todo se resume en ser leal, honesto y fiel.

-¿En qué casos romperías una relación con alguien?

-Si hay mentira. No puedo con ella. Cualquier tipo de mentira, una mentira intencionada y planeada no la perdonaría.

-¿Y en qué no eres fácil de corromper?

-Pues cuando trabajo, soy muy mía con mis horas de sueño. Si me tengo que levantar muy pronto para rodar o ir a una rueda de prensa es muy complicado que me corrompan para trasnochar, aunque sea un pelín, si al día siguiente hay trabajo por mucho que me encante salir y divertirme.

-¿Nos asusta o nos gusta lo prohibido?

-Nos asusta y nos gusta sobrepasar los límites. Lo prohibido es tentador porque no es lo fácil, lo que se debe hacer. Para mí es muy tentador el cambio constante, que no siempre se puede. Dar giros de 180º es muy tentador.

-Has trabajado con Paz Vega en «Perdóname Señor» y con Belén Rueda en «Luna, el misterio de Calenda». ¿Intentas elegir repartos donde haya un actor veterano o alguien a quien admires?

-De los veteranos se aprende mucho y yo he tenido la suerte de aprender de grandes actores como Paz Vega; Belén Rueda o Antonio de la Torre. Cuanto más puedas aprender de ellos, mejor, porque aunque esta es una profesión muy intuitiva, cuanto más hayas estado en el campo de batalla, como ellos, más tienes que dar. Pero también me ha sorprendido la perseverancia y generosidad que han tenido Paz y Belén, y sus grandes dosis de paciencia sobre todo cuando en esta profesión se dice que nos pagan por esperar.

-¿Habláis los actores jóvenes la misma lengua que los veteranos?

-Yo creo que sí y más en esta profesión donde la edad importa menos. Desde los 16 he trabajado con gente mayor. Aprendes a entenderte y la edad deja de ser una barrera.

-¿Qué tipo de cosas te despistan más en pleno rodaje o pueden llegar a romperte el personaje?

-Algo que nos pasa a los actores es que nos quedamos un poco estancados en la secuencia que acabamos de rodar y cómo habríamos podido hacerla mejor. Y eso suele pasar en los momentos de espera donde o te enredas con esto o con lo siguiente que vas a rodar. Pero también hay muchos cambios de última hora, y eso sí me pone algo nerviosa porque me tengo que deshacer completamente de todo el trabajo que llevo hecho de casa y estar abierta a los cambios.

-¿Qué defecto típico del actor crees que no tienes?

-Sí lo tengo pero soy consciente de que cada vez lo tengo menos y es el de reconcomerme, machacarme y sufrir a posteriori: al salir de un casting, una prueba, un ensayo. Intento olvidarme del trabajo cuando ya está hecho poniendo la energía en otras cosas.

-¿En qué estás volcando ahora tu energía?

-Ahora estreno la serie de Telecinco (Perdóname Señor) y una peli americana que se llama Money, donde hago de novia de Jesse Williams, un thriller psicológico con secuencias muy largas por lo que me ha permitido disfrutar más de cada una para desenvolverme y explayarme, como sucede en el teatro.

-¿Qué experimentas cuando miras los inmensos y clarísimos ojos de Jesús Castro?

-Son muy inspiradores pero da igual lo guapo que sea. Jesús es un compañero muy generoso, muy abierto y siempre con ganas de ensayar, de prepararnos bien, y eso es también muy importante. Pero es cierto que sus ojos azules inspiran también [risas]. Aunque son camaleónicos: a veces son más azules o más verdes.

-¿Cómo se vive el amor a los 23 años?

-Yo soy muy pasional e intensa, en el buen sentido, y mis relaciones amorosas siempre las he vivido con mucha intensidad y me he entregado mucho. El amor a mi edad se vive con más ganas pero también con más subidas y bajadas y más desequilibrio de alguna manera. Pero enamorarte en todas las edades es muy bonito y especial.

-¿En qué te sientes verde y en qué madura?

-Creo que soy cada vez más madura emocionalmente y como actriz he intentado formarme mucho pero, aunque no me considero verde, sí intento mantenerme un poquito ahí para seguir teniendo ganas de seguir aprendiendo y formándome, que además es lo bonito de esta profesión.

-Has estudiado en la New York Film Academy y Periodismo. ¿Te ves más de actriz que de reportera o es tu as en la manga?

-Es más un as en la manga. Estudiar cine en Nueva York era mi sueño desde pequeña y lo hice pero no me sentía lo suficientemente formada y quería una carrera que me diera una base más profunda. Periodismo me parecía una buena idea, no porque tuviera vocación periodística sino porque me gusta leer y escribir, y algún día me gustaría crear algún guion.

-¿Te da miedo dar algún paso en falso?

-Sí, si no no hubiera hecho la carrera. Pero todos tenemos un poco de miedo a equivocarnos ¿no?