Las jóvenes se reunieron también con las más de veinte de sus compañeras liberadas en octubre del año pasado gracias a la intercesión del Comité Internacional de la Cruz Roja y el Gobierno suizo
20 may 2017 . Actualizado a las 21:00 h.Más de tres años después de que pistoleros de Boko Haram se las llevaran por la fuerza de su residencia estudiantil del noreste de Nigeria, 82 de las más de 200 adolescentes secuestradas volvieron a abrazar este sábado a sus padres y familiares en una emotiva ceremonia en Abuya.
Transmitido por varios canales de televisión, el acto llega dos semanas después de la liberación de este grupo de chicas a cambio de la puesta en libertad de cinco terroristas de la milicia islamista.
Vestidas con coloridas indumentarias africanas y pañuelos en la cabeza de los mismos tonos, las chicas abrazaron a sus familiares, que las recibieron con lágrimas en los ojos y expresión de júbilo. La danza y el baile acompañaron también al esperado reencuentro, mientras algunos de los padres preguntaban a sus hijas por su salud con ademán preocupado.
Las jóvenes se reunieron también con las más de veinte de sus compañeras liberadas en octubre del año pasado gracias a la intercesión del Comité Internacional de la Cruz Roja y el Gobierno suizo.
Algunas de las familias se arrodillaban y rezaban en señal de agradecimiento. Otras fotografiaban con sus móviles las amplias sonrisas de alegría.
La euforia y el alivio se mezclaban con la angustia aún presente en los rostros de muchas madres, mientras sus maridos las contemplaban de cerca enfundados en sus túnicas blancas tradicionales e intentaban mantener la compostura. «Hablar de lágrimas de gozo se queda corto para describir lo vivido por madres y padres», declaró en un comunicado Oby Ezekwesili, líder del movimiento «Bring Back Our Girls» (Devolvednos a nuestras chicas), creado por los padres y por grupos de la sociedad civil para pedir la puesta en libertad de las secuestradas.
Es la primera vez desde el fin de su cautiverio el pasado 6 de mayo que las más de ochenta pueden ver a sus familiares.
Las jóvenes habían estado hasta ahora a cargo de las autoridades, que las sometieron a numerosas pruebas psicológicas y médicas para mitigar los efectos de meses de sufrimiento.
Las estudiantes que lograron huir de sus captores a los pocos días del secuestro alertaron de que las rehenes más jóvenes sufrían hasta 15 violaciones al día y que los secuestradores las estaban obligando a convertirse al islam.
Las adolescentes contaron asimismo que los terroristas las amenazaban con degollarlas si se negaban a seguir sus instrucciones. Algunas de ellas, que eran todavía vírgenes, fueron vendidas por 2.000 nairas (menos de 10 euros) o entregadas como esposas a líderes de la secta.
El secuestro de las menores en abril de 2014 provocó indignación en todo el mundo. Figuras públicas como la entonces primera dama de Estados Unidos, Michelle Obama, o la premio Nobel Malala Yusufzai se sumaron a las campañas por su liberación.
De las 276 estudiantes secuestradas de la residencia de la escuela pública secundaria de Chibok 58 escaparon poco después del rapto.
Los terroristas liberaron a otras 21 el pasado mes de agosto, después de negociaciones auspiciadas por el Comité Internacional de la Cruz Roja y por el Gobierno suizo.
Más negociaciones y la puesta en libertad de cinco miembros de Boko Haram como moneda de cambio permitieron a principios de este mes el retorno a casa de más de ochenta secuestradas.
El Gobierno nigeriano ha prometido que continuará sus conversaciones con la banda para lograr la liberación de las más de cien chicas que se estima que siguen en manos de los yihadistas.