El misterio y las hipótesis siguen planeando sobre lo que le ocurrió a la pequeña británica, cuyo caso conmocionó al mundo
04 may 2019 . Actualizado a las 00:49 h.La desaparición de la niña británica Madeleine McCann todavía deja muchas preguntas sin respuesta sobre lo que pasó realmente en el apartamento 5A del complejo hotelero Ocean Club de Praia da Luz, en el Algarve, en el que el matrimonio McCann pasaba su vacaciones junto a sus tres hijos: Maddie, de tres años, y los gemelos, Amelie y Sean, que por aquel entonces tenían dos años.
Aquella fatídica noche del 3 de mayo del 2007, Kate y Gerry McCann salieron a cenar con unos amigos al bar Tapas, situado a tan solo 50 metros del apartamento en el que habían dejado durmiendo a sus tres hijos, y establecieron que cada uno de los adultos acudiría al inmueble cada media hora para comprobar que todo seguía bien y los niños descansaban plácidamente. En los dos primeros turnos no hubo ningún percance, pero cuando a las 22.00 horas le llegó el turno a Kate, se encontró con la puerta de la habitación de los niños abierta de par en par, la ventana que daba a la calle completamente abierta y con las persianas levantadas y sin la pequeña Madeleine durmiendo en su cama.
Durante la investigación en Portugal se abrieron 2.000 diligencias policiales, se realizaron 500 búsquedas por la zona, se investigó a cerca de veinte sospechosos y todo ello en un proceso que suma más de 12.000 páginas. Pero nada sirvió para encontrar una pista sobre la desaparición de Madeleine McCann que ayudara a esclarecer lo sucedido aquella noche. La falta de pruebas fiables sumada a los testimonios contradictorios de policía, padres y testigos derivó en la creación de diversas teorías que a lo largo de estos diez años no han hecho más que alimentar el misterio entorno a la desaparición de Madeleine McCann.
¿Fue un secuestro?
Diez días después de la desaparición de la pequeña la investigación puso en el punto de mira a Robert Murat, un británico de 35 años, divorciado y con una hija, que vivía con su madre Jennifer Murat en el chalet Casa Liliana, a pocos metros del apartamento de los McCann. Durante años estuvo señalado como sospechoso pero finalmente la policía lo exoneró de toda responsabilidad en el suceso y tras un acuerdo prejudicial con once periódicos y publicaciones británicas fue indemnizado con 750.000 euros por dañar su imagen.
La sombra del secuestro siempre planeó sobre la desaparición de Madeleine McCann. El exinspector Dave Edgar, que durante tres años estuvo investigando el caso, sostuvo en una entrevista al diario Birmingham Mail el pasado marzo que una banda de pedófilos podría estar detrás del secuestro y se mostró convencido de que la pequeña podría estar viva y que incluso haya pasado todo este tiempo en una celda subterránea o un calabozo.
Esta misma teoría del secuestro es la que sostenían los detectives contratados por la familia McCann, con la diferencia de que ellos apuntaban a una mafia como responsable y que habría sido vendida a una familia rica de Marruecos u Oriente Próximo. La hipótesis ganó fuerza cuando una pareja de turistas aseguró haber visto a la pequeña a la entrada del hotel Ibis, en Marrakech, el 9 de mayo del 2007. Días después esa vía se cerró cuando se descubrió que la niña que había fotografiado se llamaba Bouchra y vivía al norte de Tetuán con sus padres, que además mostraron sus papeles de nacimiento y diversos papeles más que probaban su identidad y filiación.
El testimonio de Jenny Murat puso en la pista a la policía sobre otra persona a la que ella definió como «la mujer de púrpura». En una entrevista concedida a The Mirror aseguró haber visto durante la noche de la desaparición a una mujer vestida de morado mirando desde la calle hacia el interior de la vivienda de los McCann. «Me llamó la atención porque estaba vestida con ropa color púrpura. Me pareció raro. No es habitual ver a una mujer sola en las esquina de una calle mirando a un edificio», explicó. Fuentes próximas a la investigación creen que esa mujer tenía algún tipo de conexión con un trabajador del complejo hotelero, y aunque decidieron proceder a su detención, finalmente no pudieron llevarla a cabo porque se le perdió la pista.
La falta de seguridad en la zona alentó la teoría del secuestro y todavía más tras el testimonio de la niñera que cuidó a la pequeña durante las vacaciones. En una entrevista al Daily Mirror, la trabajadora aseguró que desde el propio complejo hotelero les aconsejaron no salir solas y llevar consigo silbatos para alertar de una posible violación.
¿Qué pasa con los padres?
El 6 de septiembre del 2007 el caso de Madeleine McCann dio un giro inesperado cuando los padres de la pequeña, Kate y Gerrard, fueron declarados sospechosos de manera oficial después de que la policía judicial lusa encontrase restos de sangre y de un supuesto cadáver tanto en el apartamento en el que fue vista por última vez Maddie como en el coche que alquilaron los padres durante su estancia en Portugal.
El matrimonio declaró ante la policía durante más de 16 horas, y aunque no consiguieron explicar cómo llegaron los restos biológicos de su hija al coche alquilado un mes después de la desaparición, quedaron en libertad.
Esta hipótesis fue respaldada por el inspector de la policía portuguesa que investigó la desaparición de la menor, Gonçalo Amaral, que en su libro Maddie, la verdad de la mentira apunta a que la niña pudo fallecer tras caer de manera accidental del sofá que había en el apartamento o por una ingesta excesiva de medicamentos o tranquilizantes. En una entrevista al programa Sunday Night del Canal 7 de Australia señaló al matrimonio McCann como los responsables de la desaparición de Madeleine. «No hay pruebas de que la niña fuera secuestrada. Pero si que hay pistas que indican que los padres fueron negligentes y que el cuerpo pudo ser escondido», argumentó.
En julio del 2008 los padres de Madeleine McCann fueron exculpados por la justicia portuguesa y se archivó la causa por falta de pruebas.
¿Y si la niña se marchó por su propio pie?
Una nueva teoría sobre la desaparición de Madeleine McCann saltó a la luz cuando el periodista de investigación Danny Collins planteó a The Sun la opción de que la pequeña no fue secuestrada sino que salió por su propio pie y voluntariamente del apartamento ya que las persianas metálicas de la habitación solo podían abrirse desde el interior.
Tras un minucioso y exaustivo análisis de los miles de documentos sobre el caso, Collins explica que si hubiese sido un secuestro no lo puede considerar un «secuestro planeado» y establece que en ese caso la «conclusión más lógica» es que la pequeña Madeleine fuese vendida a unos gitanos rumanos.
¿Está viva Madeleine?
Desde un primer momento y hasta hoy, el matrimonio McCann se mostró convencido de que su hija está viva y así lo reiteraron en una entrevista concedida el pasado domingo a la BBC. Dos semanas después de la fatídica noche, la investigación amplió su radio de búsqueda a toda Europa. Sin embargo, tras las pesquisas en Portugal, Reino Unido, España y otros países de Europa, no se encontró ninguna nueva pista que ayudase a dar con el paradero de Madeleine McCann.
Las últimas investigaciones se centran de nuevo en el Algarve portugués, del que la niña podría no haber salido. Mark Rowley, director de investigaciones especiales en Scotland Yard, aseguro esta semana que no se puede descartar la opción de que la menor siga con vida.